Investigadores del Hospital Río Hortega patentan un método para detectar alergia a opioides
Cristina G. Pedraz/DICYT Un alérgeno o antígeno es la sustancia que induce a la alergia o a una reacción de hipersensibilidad en las personas que previamente han estado en contacto con él y son susceptibles. Es común encontrarse con pacientes alérgicos a productos vegetales como el polen, los frutos secos o las frutas, pero hasta hace relativamente poco tiempo no se ha pensado en una posible hipersensibilidad a otros productos de origen biológico, drogas como el cannabis, la cocaína o la heroína. Ésta fue la pregunta que se hicieron en 2008 un grupo de investigadores del Hospital Río Hortega de Valladolid, quienes han profundizado en esta novedosa línea de trabajo en los últimos cuatro años con resultados significativos.
Así lo indica la alergóloga Alicia Armentia, quien presentará estos avances en una sesión científica que tendrá lugar esta tarde a las 20 horas en la sede de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Valladolid, en el Palacio de los Vivero. Tal y como ha detallado a DiCYT, hasta el inicio de esta investigación en 2008 se ha considerado a las drogas como un producto que originaba diversos efectos tóxicos, “nada relacionado con una hipersensibilidad de tipo inmune”.
En colaboración con investigadores del área de Toxicología del Hospital Río Hortega, la Asociación Ciudadana de Ayuda a la Drogodependencia (Aclad), la Universidad del País Vasco y la propia Sección de Alergia, se ha llevado a cabo un proyecto financiado por la Junta de Castilla y León en el que se ha estudiado si las personas drogodependientes “tienen anticuerpos a drogas, es decir, si a la vez que tienen problemas tóxicos también generan anticuerpos que pueden ser medibles”.
El equipo científico diseñó una serie de experimentos y analizó a dos grupos de pacientes: personas alérgicas que acudían a la consulta del Hospital, “dado que estos pacientes son los que tienen más posibilidades tienen de sensibilizarse a cualquier producto, animal, vegetal o de cualquier otra fuente”; y personas drogodependientes que se prestaron voluntariamente a participar en las pruebas.
“Realizamos extractos de las drogas que podían afectar a la población, el cannabis es la más usada pero también está la cocaína o la heroína. Obtuvimos permisos para hacer los estudios en cannabis y cocaína, y en el caso de la heroína manejamos semilla de opio, que es la fuente, ya que lo importante son las proteínas alergénicas y no el tóxico en si, y la semilla contiene todo el proteoma, es decir, todas las proteínas que dan lugar a la planta”, detalla la doctora Armentia.
Método sencillo y económico
A través de los ensayos con estos extractos en los dos grupos de pacientes, los investigadores han podido diseñar y patentar “un método sencillo y barato para detectar anticuerpos a opioides”. Esto tiene gran importancia puesto que los opioides tienen muchos usos en medicina, como anestésicos en las intervenciones quirúrgicas y también como analgésicos. “En algunos casos no se utilizan mucho porque dan reacciones alérgicas serias, y con el método que hemos diseñado, basado en una tecnología simple, un inmunoensayo, podemos detectar anticuerpos a opioides, cannabis y cocaína”.
Esto supone superar las limitaciones que existen con las técnicas actuales, con las que solamente se pueden medir estas drogas en los periodos cercanos al consumo, “mientras que si una persona se sensibiliza a las drogas los anticuerpos son mensurables durante muchos años y podremos saber si ese paciente ha tenido contacto con esas drogas, lo que tiene también una repercusión legal y forense, además de ser útil para avisar a los pacientes en riesgo que se van a someter a cirugía para que cambien de anestésico, una aplicación que estamos utilizando ya”, destaca.
En la actualidad, el proyecto sigue avanzando y los investigadores han puesto a punto una nueva técnica basada en la proteómica, “una técnica de análisis molecular de alérgenos que sirve para conocer no solo la fuente de la alergia, sino concretamente el epítopo, que es la porción más pequeña de alérgeno que puede desencadenar la reacción inmune”. Asimismo, se ha solicitado la patente europea y se espera difundirla también en Estados Unidos.
Se trata así de considerar a la droga, a parte de un agente tóxico, “una sustancia capaz de desencadenar una reacción inmune como lo hace por ejemplo el veneno de una avispa, que es tóxico y que en un alérgico una sola picadura podría causarle la muerte”. Mediante la técnica desarrollada “se podrán prevenir reacciones adversas tan graves”. Hay una patente espalola, se ha emitido hace un mes una patente europea y se va a difundir en todos los países de la UE y posiblemente también en estados Unidos.
Un problema en auge
A pesar de que la Encuesta Nacional de Drogas indica que los consumos están descendiendo, en las consultas clínicas cada vez se están registrando más ingresos de urgencia. En el caso del cannabis, estos ingresos “se ha multiplicad por 10 en los últimos años”, mientras que con la cocaína “han pasado del 20 al 70 por ciento”. “Nos dimos cuenta que estos números no se podían justificar solo con la reacción tóxica, sino que tenía que haber una respuesta más grave que justificara el hecho de que cada vez haya más casos de afectados”, recuerda la doctora Armentia, quien añade que la alergia se da cada vez más con mayor frecuencia en la población joven, que vive en ciudades y fumador, un perfil de riesgo que tiende a “sensibilizarse a más alérgenos, y la droga es uno de ellos”.