Crean un novedoso sistema de recirculación para disminuir el consumo de agua potable en laboratorios
UCR/DICYT El Centro de Investigación en Nutrición Animal (CINA) de la Universidad de Costa Rica desarrolló un sistema de recirculación de agua en sus laboratorios que bajó a cero el consumo de agua potable y redujo el impacto ambiental de las aguas servidas. El proyecto surgió el año pasado por iniciativa de Alexander Jiménez Monge, técnico especializado del Laboratorio de Química de ese centro, debido a que cada minuto de trabajo se gastaban aproximadamente entre cinco y siete litros de agua potable.
Al realizar las pruebas de control de calidad que ofrece el CINA al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y a todo el sector pecuario nacional, en alimentos para consumo animal, el gasto en agua había que multiplicarlo por seis horas diarias de operación, por tres días a la semana.
La mayoría de los equipos son enfriados por agua. Por ejemplo el digestor y extractor que se usan para determinación de fibra cruda y de extracto etéreo (Goldfisch) en alimentos para animales, gastaban más de 2100 litros de agua diarios. Con un flujo normal de agua, esto representaba para el centro un costo aproximado de ¢64 506 colones por semana; es decir ¢285 024 colones por mes. La proyección anual indica que solo estos dos equipos gastarían ¢2 838 264 colones. Sin embargo, desde que inició el proyecto, el consumo de agua potable por este rubro y el gasto correspondiente, disminuyó a cero.
¿Como lo hicieron?
La idea de Jiménez consistió en habilitar un tanque subterráneo de tres metros cúbicos de agua con el que ya contaba el CINA, pero que no se utilizó por más de 20 años, colocar una tubería paralela al sistema que utiliza agua potable y adquirir una bomba hidropática, cuyo costo apenas alcanzó los ¢165 000 colones.
Se consideró una pérdida mínima de uno a dos centímetros cúbicos de agua por evaporación, por lo que Jiménez añadió un sistema de campana con un recipiente reciclado del mismo laboratorio que recoge y filtra agua de lluvia, e incluso podría recoger el rocío en la noche, que equilibra automáticamente el nivel de agua del tanque, el cual está regulado por una boya.
De esta manera, el agua del tanque es bombeada a la tubería, enfría los condensadores de los equipos y vuelve al tanque por la misma tubería. Hasta ahora este circuito ha funcionado perfectamente y no ha influido de ninguna manera en los resultados de las pruebas que realiza el laboratorio.
En caso de alguna eventualidad, el circuito ambiental de enfriamiento desarrollado por el CINA puede sustituirse inmediatamente por el sistema que utilizaba agua potable de la cañería, para ello basta con abrir las llaves de paso del circuito antiguo.
Además resulta útil mantener el sistema anterior en caso de que se requiera darle mantenimiento al nuevo sistema de recirculación, cosa que normalmente se puede hacer cada seis meses o una vez al año.