Salud España , Salamanca, Viernes, 11 de abril de 2014 a las 18:44

La replicaci贸n del ADN sufre paradas para evitar mutaciones en el genoma

El Instituto de Biolog铆a Funcional y Gen贸mica (IBFG) de Salamanca ha acogido una conferencia de un experto del Centro de Investigaciones Biol贸gicas del CSIC

JPA/DICYT Pablo Hernández, científico del Centro de Investigaciones Biológicas (CIB, centro del CSIC), ha explicado hoy en Salamanca algunos avances que permiten comprender mejor procesos básicos de las células. Si algo falla y el genoma de las células sufre cambios, se pueden originar diversas enfermedades, por eso es importante conocer al detalle la maquinaria celular. Este experto del CIB ha ofrecido un seminario de investigación en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca) para exponer los últimos avances de su trabajo.

 

Uno de los aspectos que interesan a su grupo de investigación es el control del ciclo celular, es decir, el crecimiento de la célula y su división en dos células hijas. En particular, los investigadores del CIB quieren entender cómo se coordinan dos procesos básicos: la transcripción, que consiste en convertir los genes en un ácido nucleico que pueda ser traducido a proteínas; y la replicación, es decir, la generación de una réplica de todo el genoma para tener dos copias que vayan a las dos células hijas. Lo interesantes es que “estos dos procesos ocurren coincidiendo en el tiempo y en el espacio, así que nuestra pregunta fundamental es cómo se coordinan las dos acciones cuando una misma zona del genoma ha de ser replicada y transcrita”, comenta en declaraciones a DiCYT.

 

Para comprender esta coordinación entre la replicación y la transcripción el equipo de Pablo Hernández ha elegido genes modelo y ha comprobado que “la replicación del ADN sufre paradas, se detiene, hay puntos de bloqueo naturales que no son consecuencia de lesiones externas, sino que ocurren de forma natural programada”.

 

Los datos indican que estas paradas son un mecanismo para prevenir, precisamente, la colisión entre la maquinaria de transcripción y de replicación. Si no fuera así, “podrían producirse reordenamientos del genoma que conducirían a distintos tipos de enfermedades como el desarrollo de tumores”.


Además del cáncer, hay otras enfermedades que se originan por inestabilidad del genoma y más concretamente por la adición de trozos específicos del genoma. “Este problema está asociado a enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Huntington, algunas ataxias o el síndrome de X frágil, cuyas causas iniciales parecen estar relacionadas con fallos en el proceso de replicación del ADN”, lo que daría lugar a mutaciones en el genoma.


Para realizar estas investigaciones, el equipo de Pablo Hernández trabaja con la levadura Schizosaccharomyces pombe, un “modelo excelente”, asegura, porque “es más fácil y asequible manipular el genoma de estos organismos que hacerlo en células de mamíferos. Su grupo de investigación mantiene una estrecha relación con investigadores del IBFG que también trabajan con estos modelos y que tienen intereses comunes en cuanto al estudio de la estabilidad del genoma, como los grupos de Sergio Moreno y Francisco Antequera.