Miden el efecto del ejercicio físico sobre los niveles de ansiedad en roedores
UN/DICYT Un experimento de estudiantes de Psicología de la Universidad Nacional (U.N.) de Colombia permitió medir el efecto que tiene el ejercicio físico sobre los niveles de ansiedad de las ratas, a través del instrumento conocido como laberinto en T elevado. Este tipo de laberinto (que se caracteriza por tener brazos abiertos y cerrados) se usa para medir el miedo innato que presentan los roedores a espacios abiertos. Las ratas tienden a evitar los brazos abiertos y a permanecer en los brazos cerrados.
Un experimento de estudiantes de Psicología de la U.N. permitió medir el efecto que tiene el ejercicio físico sobre los niveles de ansiedad de las ratas, a través del instrumento conocido como laberinto en T elevado.
Este tipo de laberinto (que se caracteriza por tener brazos abiertos y cerrados) se usa para medir el miedo innato que presentan los roedores a espacios abiertos. Las ratas tienden a evitar los brazos abiertos y a permanecer en los brazos cerrados.
La exposición a este instrumento les genera un alto grado de ansiedad y cuando los roedores tienen comportamientos ansiosos tienen a permanecer por más tiempo en el brazo cerrado. “Una mayor permanencia en el brazo abierto puede indicar que el roedor presenta niveles de ansiedad disminuidos en relación con la respuesta esperada”, explica Angie Páez, egresada de Psicología de la Universidad Nacional de Colombia.
Dentro del laberinto se mantuvieron 12 ratas hembras criadas en el Laboratorio de Aprendizaje y Comportamiento Animal de la Institución, en una vivienda de alojamiento compartido con acceso de agua y alimento a voluntad.
Un primer grupo tuvo acceso a la rueda de actividad durante una hora en un periodo de 10 días, alternando entre mañana y tarde. El segundo grupo no tuvo acceso a la rueda de actividad durante esos 10 días. Luego se variaron los tiempos.
Tras un periodo de sometimiento de actividad física hubo un aumento en el tiempo que permanecían los roedores en el brazo abierto. Sin embargo, consideran que ese efecto se vería mejor reflejado en grupos poblacionales un poco más grandes.
“Aunque que el estudio tuvo un número limitado de individuos y la información que se obtuvo también fue limitada en ciertos términos, fue suficiente para establecer una relación entre la actividad física y los comportamientos ansiosos. Sin embargo, es importante explorar y medir con detalle dicho fenómeno en futuras investigaciones”, agregó Páez.
Hay que tener en cuenta que los modelos animales están diseñados como un espejo de la condición humana en la medida en que ofrecen oportunidades para entender mejor los orígenes, el desarrollo o el tratamiento de las enfermedades.
De acuerdo con la egresada, este tipo de experiencias desde la psicología comparada se pueden usar para determinar qué tipo de ejercicio es apropiado para una persona que busque reducir sus niveles de ansiedad en situaciones que generen comportamientos de miedo.
“Por ejemplo, en el caso de fobias específicas podría ser útil emplear el ejercicio como un medio para reducir la ansiedad a la hora de enfrentar el estímulo que genera el miedo”, concluyó Páez.
Además de Angie Damaris Páez, el estudio fue realizado por otros estudiantes de noveno semestre de Psicología de la U.N., entre ellos Carolina Castro Morales, Daniel Andrés García Patarroyo y Leydi Milena Díaz Camelo.