Un hallazgo que podría disminuir el riesgo de deficiencia de hierro y mejorar la relación madre-bebé
Bruno Geller/Agencia CyTA-Instituto Leloir/DICYT En muchos de los centros de maternidad, existe la creencia (a raíz de estudios previos) de que una vez que nace el bebé, este debe ser sostenido por el neonatólogo o por el obstetra durante dos minutos a la altura de la placenta o vagina para que la sangre pase al bebé. Esa medida está basada en la suposición de que si el recién nacido es colocado sobre el pecho de la madre durante ese procedimiento, por efecto de la fuerza de gravedad la sangre no le llegaría.
Ahora, un trabajo argentino demuestra que está última idea es errónea. El estudio fue conducido por el doctor Nestor Vain, vicepresidente de la Fundación para la Salud Materno Infantil (FUNDASAMIN) y director de la Carrera Universitaria de Neonatología de la UBA. Junto a su equipo, evaluaron a 391 bebés (previo consentimiento de las madres) que nacieron en el Sanatorio de la Trinidad Palermo, en el Hospital Materno Infantil de San Isidro y en el Instituto de Maternidad de Nuestra Señora de las Mercedes en Tucumán.
“Apenas nacían, los bebés eran pesados en una balanza electrónica de alta sensibilidad. A la mitad (seleccionados al azar) se los sostenía a la altura de la vagina, y a la otra mitad se los ubicaba sobre el abdomen o el pecho de la mamá”, dijo Vain, quien también es jefe de Neonatología de los sanatorios de la Trinidad en Palermo y San Isidro.
A los dos minutos, los médicos ligaban y cortaban el cordón y luego volvían a pesar a los niños. “Los resultados demostraron que si los bebés son colocados sobre el pecho de la madre, la sangre pasa de la placenta a su cuerpo sin inconvenientes, y los niños ganan peso (por la entrada de esa sangre) en forma similar en las dos posiciones”, subrayó el especialista. Y agregó: “Esto es de mucha importancia si tenemos en cuenta que el contacto inmediato con la mamá mejora la lactancia y su relación”.
Por otra parte, Vain enfatizó la importancia de esperar dos minutos antes de realizar el corte del cordón, una recomendación que no todas las maternidades respetan. El especialista explicó que si se corta el cordón umbilical apenas nace, 55 gramos de la sangre del bebé, es decir 50 centímetros cúbicos, quedan en la placenta. “Es una cantidad muy alta si consideramos que se trata del 20 por ciento del total de su sangre que en promedio tiene un volumen total de 250 centímetros cúbicos”, puntualizó Vain.
El hierro de la sangre que pasa al bebé es vital para el desarrollo de su sistema nervioso y para que no padezca anemia en sus primeros meses de vida.