Científicos de la UNAM desarrollan un nuevo método para producir antibióticos
UNAM/DICYT Un grupo de compuestos químicos llamados imidazoles, ampliamente utilizados para combatir alergias, hongos e hipertensión arterial, ahora pueden producirse mediante una ruta más barata, eficiente y limpia gracias a un nuevo método desarrollado y patentado por Juventino García Alejandre, profesor de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
Experto en catálisis, el doctor en química explora una tendencia mundial, la química verde, que impulsa procesos más eficientes con menos residuos contaminantes.
El trabajo fue uno de los 10 reconocidos por el Programa de Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI), una iniciativa de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de esta casa de estudios para vincular desarrollos científicos con la sociedad y la industria. Con otra investigación, dedicada a la devulcanización de llantas, García Alejandre obtuvo el primer lugar del concurso.
“Dos de los proyectos que hemos patentado encontraron eco en este programa. Es un estímulo. Muchos investigadores nos centramos en producir artículos científicos o tesis, y no vemos que, si se le da un enfoque de aplicación, podemos proteger los desarrollos y vincularnos con la sociedad. Si esto se reconoce da mucho gusto y es un camino para conectarnos con la industria”, dijo.
Tres sustitutos en una molécula
Los imidazoles son compuestos que tienen una forma de pentágono, con dos nitrógenos y tres carbonos. “Esa estructura básica puede modificarse con el uso de diferentes sustituyentes. En nuestro proyecto utilizamos los llamados tri-sustituidos, pues a ese pentágono le añadimos tres grupos más”, detalló.
Su estructura pentagonal está presente en muchos medicamentos, por ello, los imidazoles son de gran interés farmacéutico. “De los que nosotros preparamos, al menos uno se usa como antimicótico, pero la diferencia es que nosotros hacemos ese mismo mediante una nueva reacción y en un solo paso, a partir de materias primas, como el níquel, que son baratas”, explicó.
Para hacer la preparación convencional se emplea una metodología química conocida, que resulta cara, contaminante y poco eficiente. “Llevamos a cabo un proceso más eficiente y de alto rendimiento. Más que el resultado, lo que cambiamos fue el camino, llegamos al imidazol en un solo paso”, añadió.
Esta ruta para lograr el antibiótico se inscribe en la química verde, pues genera pocos residuos. “Usamos nitrilos, que son contaminantes, pero los transformamos y los convertimos en fármacos de uso conocido. Prácticamente no afectamos el ambiente, pues no se origina residuo mayor y todos los átomos que usamos en la reacción forman parte de los productos, así que es un proceso de economía atómica”.
Entonces, se obtienen imidazoles ya conocidos y también otros novedosos. “Nos interesa lograr nuevas generaciones de antibióticos y fármacos en general para combatir la resistencia en los pacientes”, abundó.
Con este método, ya patentado, se pueden hacer otros productos, además de los farmacéuticos, como intermediarios químicos y preparación de materiales. “Una de nuestras premisas es usar metodologías baratas en un país pobre”, finalizó.