Nueva terapia para pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular
José Pichel Andrés/DICYT El Centro de Investigación en Ciencias de la Salud (CICS, Centro de Investigação em Ciências da Saúde) de la Universidad de Beira Interior investiga una nueva terapia para reparar las lesiones de los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular. La investigadora Raquel Ferreira ha logrado por este proyecto una de las Medallas de Honor de L'Oréal Portugal para las Mujeres en la Ciencia, un prestigioso galardón con el que en parte se financia este proyecto.
“La terapia consiste en utilizar células especializadas en reparación vascular de personas que han sufrido un accidente cerebrovascular, tratarlas con nanopartículas que contienen ácido retinoico y después inyectarlas de forma intravenosa para que migren hasta el cerebro, a la zona de la lesión, y reparen los vasos sanguíneos en una primera fase, de forma que la reparación neuronal sea eficaz en una fase posterior”, afirma la científica en declaraciones a DiCYT.
Después de un ictus, el paciente libera al torrente sanguíneo células especializadas en reparación vascular para que migren hasta el lugar en el que se ha producido la lesión. Sin embargo, este mecanismo de reparación endógena es ineficiente. Por eso, los investigadores proponen aislar estas células del paciente en una muestra de sangre y tratarlas in vitro con las nanopartículas que pueden potenciar sus efectos.
Para ver si esta terapia funciona, se realizarán experimentos con un modelo animal al que se le induce una lesión similar a la que tiene el paciente. De esta forma, comprobarán la efectividad de la propuesta. Si demuestra su eficacia, en un futuro se podría implementar en los pacientes. Por el momento, los científicos han realizado una primera fase de estudios in vitro y los resultados están siendo positivos, así que próximamente van a recoger células de los pacientes, tratarlas e inyectarlas en los animales.
La terapia propuesta es mínimamente invasiva y tiene como objetivo reducir la duración de la estancia hospitalaria y mejorar la recuperación de un daño cerebral al paciente. Hasta ahora, un posible enfoque terapéutico es la trombólisis, que consiste en inyectar sustancias para disolver la obstrucción de los vasos sanguíneos y restablecer la circulación, pero se tiene que aplicar en las horas inmediatamente posteriores a los primeros síntomas y, como efecto secundario, puede causar una hemorragia. Otra alternativa es la colocación de stents, pero ni este método ni el anterior tienen efectos reparadores.
Aunque los accidentes cerebrovasculares son muy comunes en la actualidad y conllevan una gran carga socioeconómica, “la inversión en esta área de investigación es escasa y hay pocos avances”, comenta Ferreira. Por eso, las terapias “siguen las líneas clásicas de la aplicación de agentes trombolíticos”.
Terapia segura y sin efectos secundarios
Si la nueva técnica sale adelante, “será más segura y con menos efectos secundarios porque nos aprovechamos de un mecanismo de reparación que se produce naturalmente en el paciente”, afirma la especialista. La técnica es mínimamente invasiva y evita una respuesta inmune debido a que emplea las propias células del paciente.
Además, aunque el objetivo de este proyecto es estudiar la efectividad de la propuesta en el ictus isquémico, los científicos confían en que los avances que consigan se puedan aplicar a otras dolencias cardiovasculares.
El proyecto, que se inició el año pasado, se prolongará hasta 2017 y para desarrollarlo el grupo de investigación cuenta con financiación de la Fundación para la Ciencia y la Tecnología de Portugal (FCT, Fundação para a Ciência e a Tecnologia), a la que se suma el dinero del premio L'Oréal. Además, confía en conseguir financiación adicional y colaborar con investigadores españoles.