Nutrition Spain , León, Monday, June 27 of 2005, 20:12

Un grupo de investigadores de la Universidad de León sigue el rastro de las tormentas de granizo

El equipo realiza análisis de las marcas dejadas por las piedras para predecir fenómenos futuros

MJF/DICYT Seguir el rastro de las huellas dejadas por las tormentas de granizo. Ésta es la labor que realiza un equipo de investigadores de la Universidad de León que se encarga de analizar las marcas dejadas por las piedras de granizo en unas placas de material sensible, instaladas a modo de sensores, para recabar el mayor número de datos posible. Este sistema permite desarrollar varias aplicaciones relacionadas con la lucha antigranizo y con la predicción de fenómenos atmosféricos de peligro.

 

El coordinador de este grupo de investigación es José Luis Sánchez, profesor del departamento de Física Aplicada de la Universidad de León. Según explica a DICYT, el equipo desarrolla en la actualidad dos proyectos relacionados con la identificación de tormentas y el análisis de las características específicas del granizo. El primero de ellos se ubica en el desierto de los Monegros (Zaragoza) y forma parte del Plan Nacional de Investigación. Ahora se encuentra en su segunda fase de ejecución, y dispone de una financiación cercana a los 100.000 euros anuales.

 

El segundo proyecto que lleva a cabo este grupo de investigación se realiza en colaboración con la Confederación Hidrográfica del Ebro, y se dirige a la identificación de situaciones que pueden resultar peligrosas. En este caso el análisis no se limita sólo a las tormentas de granizo, sino que abarca todo tipo de tormentas severas. Según señala José Luis Sánchez, "podemos avisar con una antelación de ciertas horas acerca del fenómeno que se va a producir".

 

Esta predicción facilita la puesta en marcha de medidas desde el lugar en el que se espera que se produzca el fenómeno atmosférico. Según señala Sánchez, "damos el aviso y, si luego la situación detectada se confirma, actualizamos la información cada cuatro minutos en tiempo real". Este control se realiza en un radio de 100 kilómetros alrededor de Zaragoza, uno de los lugares de España donde más tormentas de granizo se producen. El presupuesto de este proyecto realizado para la Confederación Hidrográfica del Ebro alcanza los 60.000 euros anuales.

 

En el caso del granizo, la obtención de información se realiza mediante la instalación de una serie de placas de material sensible que actúan a modo de sensores. Según precisa José Luis Sánchez, en España existe una red compuesta por 260 sensores de este tipo en los que se recoge la marca dejada por la piedra de granizo. Estas placas llegan al Instituto de Medio Ambiente de la Universidad de León, donde son impregnadas con una capa de tinta para acentuar los relieves.

 

El siguiente paso consiste en escanear esta especie de moldes para procesar los datos en el ordenador mediante un sistema informático que se encarga de determinar características específicas, como la masa de hielo precipitada, el número de impactos por metro cuadrado y la energía cinética liberada.

 

Este sistema resulta determinante en el caso de la lucha antigranizo, donde puede contribuir a realizar la evaluación de daños una vez ocasionados y a activar los sistemas de prevención para futuros fenómenos similares, según explica Sánchez. Estos sistemas de prevención, añade, consisten en la instalación de núcleos de congelación, que actúan como freno de la aparición de precipitaciones de granizo. En este sentido, el equipo de investigación liderado por este profesor de la Universidad de León ha realizado importantes aportaciones a la hora de determinar la ubicación exacta de estos dispositivos, así como la cantidad adecuada en la que se deben emplear para reducir la probabilidad de estas precipitaciones.

 

Probabilidad de fenómenos extremos

 

En cuanto a las elevadas temperaturas anunciadas para este verano, José Luis Sánchez considera que el exceso de calor puede influir en la aparición de los denominados 'fenómenos extremos', que pueden manifestarse en forma de precipitaciones puntuales pero intensas ya sea en forma de fuertes tormentas de granizo o de lluvia e incluso con la formación de pequeños tornados ya detectados en los últimos años, según señala. También indica que estos fenómenos inusuales pueden estar relacionados con los efectos del cambio climático.