El Centro Hispano Luso de Investigaciones Agrarias analiza los mecanismos químicos de defensa en las plantas
AVPR/DICYT El joven investigador Ramón y Cajal, Óscar Lorenzo Sánchez, será el encargado de impartir el próximo jueves día 30 de junio una charla en la que expondrá los avances registrados en el desarrollo de sus estudios sobre los mecanismos químicos de defensa que se activan en las plantas. El acto se desarrollará a partir de las 12:30h. en el Salón de Grados de la Facultad de Biología.
En la actualidad, Óscar Lorenzo trabaja vinculado al Departamento de Fisiología Vegetal del Centro Hispano Luso de Investigaciones Agrarias de la Universidad de Salamanca, donde se ha centrado en el estudio de las funciones que desempeñan los genes ERF1, AtMYC2 y SGT1b, en la activación de la respuesta celular que da una planta al ataque de un patógeno.
En este proceso, y según los estudios desarrollados por el investigador Lorenzo Sánchez, parecen desempeñar un papel fundamental tanto el etileno como el ácido jasmónico. El primero de ellos es la única hormona volátil específica de las plantas, y es liberada por los tejidos dañados, lo que permite la activación sistemática de genes defensivos en tejidos sanos distantes.
Por su parte, el éter metílico presente en el ácido jasmónico es un componente habitual en el aroma de las flores, pero también una de las sustancias responsable de un complejo sistema de defensa vegetal que inician varios tipos de lípidos (grasas) en las membranas celulares.
Plantas de laboratorio
Los resultados obtenidos hasta el momento por Óscar Lorenzo se desprenden de los trabajos de investigación básica desarrollados por el investigador en un organismo modelo conocido como Arabidopsis thaliana, una pequeña planta de la familia de la mostaza que se ha convertido en el organismo más utilizados por los científicos para realizar investigaciones básicas en biología vegetal.
Se trata de una planta de cuya producción general es barata, con un ciclo de vida corto de aproximadamente ocho semanas, que además es fácil de cultivar y que produce un gran número de semillas. Arabidopsis thaliana permite hacer múltiples ensayos en espacios relativamente reducidos, y en comparación con otras plantas, posee un genoma pequeño cuya secuencia se conoce desde 2001.
Este genoma contiene un bajo número de secuencias repetitivas, lo que simplifica su análisis genético; por otra parte, la relativa facilidad con que estas plantas se pueden transformar hace que cada vez sea más utilizada en estudios biológicos en los que se incorporan al genoma de la planta secuencias de ADN tanto propias, como provenientes de otros organismos.