Salud México , México, Jueves, 12 de noviembre de 2015 a las 16:01

Descubren mecanismos de las células madre que permitirían combatir cáncer y enfermedades inflamatorias

Al introducirlas con microorganismos (virus o bacteria) el cuerpo las reconoce como propias e inicia la producción del interferón

AGENCIA ID/DICYT La empresa Commence Bio de origen latino descubrió que al administrar señales diferentes a las células madre mesenquimales se altera de manera consistente su comportamiento, lo que produce dos efectos farmacéuticos: uno antinflamatorio que ataca enfermedades como esclerosis múltiple o diabetes y otro que reactiva la función del sistema inmunológico a fin de atacar el cáncer.


“Se puede prevenir el cáncer y otras enfermedades crónicas al adicionar a las células madre una serie de moléculas llamadas TLR, muy similares a virus de doble cadena de ácido nucleico, las cuales al entrar en el cuerpo generan una señal de alerta para protegerlo, lo que conlleva a la segregación del interferón, una sustancia que quita el potencial de los virus”, explicó Alina Betancourt, directora científica de la compañía ubicada en San Diego, California.


La molécula química se hace en el laboratorio y se adiciona a las células madre, agregó la investigadora cubana-americana, sin embargo, existen dos variantes: la primera se comporta como virus y disminuye la inflamación, mientras que la otra es semejante a una bacteria que despierta el sistema inmune y lo hace reaccionar contra las unidades cancerígenas.


Los receptores TLR´s (Toll-Like Receptors) son cruciales en la respuesta inmunitaria innata, ya que al introducir células madre con microorganismos (virus o bacteria) el cuerpo las reconoce como propias e inicia la producción del interferón, la cual es una alternativa terapéutica para el tratamiento del cáncer, alergias e infecciones.


Por ahora se han hecho pruebas en ratones con cáncer de ovario, pulmón, próstata, mama, hígado, mientras que en el sector inflamatorio se hicieron estudios de esclerosis múltiple, inflamación del pulmón, enfermedad de Crohn (ulceras en intestinos) y de depósito lisosomal, padecimiento genético que retarda el desarrollo cerebral, en todos los casos han tenido éxito.


La bioquímica cubana además de curar el cáncer, quiere prevenirlo, así que enfocó su investigación en las células madre de la médula espinal o tejido graso. Donde existen dos variantes que funcionan de manera conjunta: las primeras dan vida a todas las unidades del sistema inmune y circulatorio, mientras que las llamadas mesenquimales, se encargan de reparar las fallas y resolver problemas como las enfermedades humanas.


Una vez que se descubrió la doble funcionalidad de las células madre, se realizaron pruebas en cultivos y después éstas se inyectaron a los ratones donde se observó que a través de unas señales químicas emitidas por el cuerpo, llegaron hasta el sitio del problema, lograron curar el tejido dañado y se balanceó la cantidad de unidades del organismo.

Origen de las células madres

Existen distintas células madre: las embrionales, y las extraídas de la médula ósea o de tejidos grasos, la microbióloga Aline Betancourt utilizó las últimas, debido a la ventaja de utilizarse con donantes universales, pueden colocarlas en otra persona, sin importar la raza o el parentesco, ya que no las rechaza, a diferencia de las otras cuya compatibilidad es casi nula.


“Otro problema de las células embrionarias es que a pesar de ser conocidas y estudiadas desde hace años, aun no se ha logrado comprender a la perfección cómo es que funcionan, ni se han podido controlar para evitar un crecimiento desmedido. Al contrario si se utilizan las de tejido graso no existe el riesgo de que muten las unidades, puesto que provienen de una persona adulta”, argumentó la especialista.


El objetivo es utilizar las células como si fueran medicamentos para que ataquen el problema de la respuesta inmune en los tejidos que están dañados.


Las células con las que se realizaron los estudios fueron extraídas a partir de la donación del tejido de la médula ósea, y después las sembraron y reprodujeron en el laboratorio de San Diego.


La doctora ha trabajado durante dos años en San Diego, pero su investigación la comenzó como académica en la escuela de medicina Nueva Orleans. Cuando obtuvo una beca de medio millón de dólares por parte del gobierno estadounidense logró estructurar la empresa Commence Bio en California.