Detectan altas cantidades de mercurio en tiburones
UN/DICYT Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia tomaron muestras en tiburones y comprobaron que sus concentraciones de mercurio resultan excesivamente altas. Los análisis dan cuenta de una cantidad superior a los mil microgramos de mercurio orgánico (metilmercurio) por kilogramo de pez, lo cual representa una proporción que, técnicamente, está por encima de lo que debería tener un animal de estas características, explicó el doctor en Recurso Naturales y docente de la Universidad Nacional, Néstor Campos.
Este tipo de elementos, aunque son constituyentes naturales de la corteza terrestre, no son sintetizados o degradados por los seres humanos. El análisis se hizo en muestras de tejidos de cinco tiburones pequeños (aproximadamente un metro de longitud), atrapados por pescadores artesanales en aguas de La Guajira, la región de las Flores en Barranquilla, e Isla Fuerte, entre los departamentos de Córdoba y Sucre.
Las muestras fueron secadas, pulverizadas y sometidas a tratamiento con ácido para disolver la materia orgánica, con el fin de hacer el estudio correspondiente.
Adicionalmente, se analizó el mercurio orgánico en el componente estomacal para relacionar la concentración del alimento proporcionalmente con el del animal. Ese valor resultante se conoce como biomagnificación, que da cuenta de qué tanto se multiplica la concentración de mercurio de un nivel a otro.
La investigación, que hace parte de una tesis de maestría, busca establecer cuál es el papel de los tiburones en el metabolismo del metilmercurio dentro de los sistemas costeros del país. El metabolismo es clave porque es un proceso que puede convertir un mercurio inorgánico en orgánico.
En efecto, esta sustancia puede tener distintas formas de toxicidad, de las cuales la orgánica es probablemente la más riesgosa, toda vez que busca los tejidos adiposos e incluso alcanza los tejidos nerviosos.
Aunque se trata de una primera muestra, pues la investigación contempla el análisis de dos periodos de muestreo adicionales, el hallazgo inicial se convierte en el indicio de una problemática difundida por la Contraloría General de la República, en torno a presuntas afectaciones por presencia de mercurio, zinc y cobre en la Bahía de Cartagena.
Aunque el organismo de control advirtió que no hay reporte de malformaciones en especies, incluyendo casos de personas, pues un ciudadano había denunciado ante la Contraloría que medio centenar de niños y niñas de dos poblaciones de la región se habían visto afectados, señaló que hay evidencia de concentraciones de sustancias contaminantes que, eventualmente, se pueden convertir en factores de riesgo para la salud de las comunidades.
Todo indica que, en el caso de Cartagena, los residuos con esos componentes se relacionan con la remoción de sedimentos durante labores de dragado.
“Es clave cruzar los resultados con los parámetros de las agencias ambientales internacionales de Estados Unidos, Brasil o de la Organización Mundial de la Salud, para establecer la gravedad de las concentraciones de metilmercurio”, aclaró el docente.