Estudian cómo aumentar las propiedades anticancerígenas de la vinca
UNL/DICYT La planta vinca, cuyo nombre científico es Catharanthus roseus, produce dos tipos de compuestos muy valorados en la industria farmacéutica por sus propiedades para tratar algunos tipos de cáncer. Sin embargo, los genera en muy baja cantidad, por lo cual investigadores santafesinos estudian la mejor manera de incrementarlos.
Se trata de dos alcaloides que se usan en quimioterapia para tratar cáncer de mama, vejiga y testicular, entre otros, por lo cual cultivar la planta es de gran relevancia. “Gracias a una vinculación con una empresa, ingenieros agrónomos y fitoquímicos trabajan para mejorar el cultivo. Estamos evaluando cuáles son las mejores condiciones de estrés en el cultivo, necesarias para producir más alcaloides”, relató Marcos Derita, investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de UNL y el CONICET que trabajó junto a Norma Álvarez, Carlos Bouzo y Melina Di Liberto, esta última de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
El cultivo fue sometido a un estrés de tipo hídrico, es decir, a distintas condiciones de riego. De esta manera, los investigadores podían evaluar cuáles eran las condiciones en que las plantas producían mayor cantidad de compuestos. Pero también las sometieron a un segundo tipo de estrés, aplicando hormonas en el suelo para ver cómo las plantas generaban los alcaloides.
“Optimizar la producción de los compuestos de la vinca es muy importante porque las plantas los producen en muy baja cantidad. Incluso hay ciertas técnicas analíticas que no los detectan: es el 0,0002 por ciento del peso seco de la planta”, enfatizó Derita.
Mejor poco riego
La vinca produce los alcaloides vincristina y vinblastina, que se conocen desde hace mucho tiempo. “Desde los 70 y 80 se sabe muy bien qué dosis se deben aplicar para combatir el cáncer por medio de quimioterapias, son compuestos bien estandarizados y evaluados. Por eso, a pesar de que con el tiempo se conocen productos nuevos para el cáncer, es importante saber cómo mejorar el cultivo de la planta”, continuó Derita.
En las distintas experiencias los investigadores encontraron que, efectivamente, la planta se vio afectada por los distintos tipos de estrés a los que la sometieron y que en ciertos casos aumentaba la producción de precursores químicos que luego forman los dos alcaloides de interés. “El estrés hídrico fue el que dio mejores resultados: cuando se riega poco la planta, produce más alcaloides. Es un método muy económico. Ahora debemos hacer un protocolo que indique cómo hacerlo”, manifestó.
Para medir los resultados, los investigadores cosecharon las plantas, las dejaron secar y separaron la parte aérea de las raíces, que también fueron estudiadas para ver si hallaban los compuestos. “Luego realizamos extractos etanólicos totales que nos permitieron saber toda la composición química de las plantas.
Finalmente llegamos a una fracción rica en alcaloides y evaluamos el peso de los extractos comparados con el peso total de cada planta”, aseveró.
Un nuevo tipo de estrés
Evaluar esos dos tipos de estrés les llevó a los especialistas un trabajo de dos años. Sin embargo, ahora planean someter las plantas, cuya producción lleva un promedio de ocho meses, a condiciones en que deban defenderse. La idea es colocarles algún tipo de predador, ya sean parásitos, insectos u hongos, por ejemplo, para observar si se defienden y generan más alcaloides. “Las moléculas que nos interesan son respuestas de la planta a las agresiones”, acotó.
Por ahora el nuevo método de estrés es una idea. Ahora están abocados a someter las muestras a nuevas técnicas analíticas para establecer exactamente los porcentajes de los alcaloides logrados por medio de los distintos tipos de estrés.
El trabajo sobre vinca mereció una mención en el catálogo del 12° Concurso Nacional de Innovaciones - INNOVAR 2016, organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT).