Nuevos datos sobre el papel de la fauna silvestre en la transmisión de la forma más grave de leishmaniasis
Cristina G. Pedraz/DICYT La leishmaniasis es una enfermedad tropical desatendida que representa un importante problema de salud pública en el mundo. Está causada por especies de protozoos del género Leishmania que se transmiten a humanos y animales a través de la picadura de moscas de la arena infectadas. Las consecuencias suelen ser úlceras cutáneas, especialmente graves las próximas a las mucosas, pero también puede afectar a órganos internos como el hígado y el bazo. La enfermedad registra cerca de un millón de casos anuales en humanos, sobre todo en áreas tropicales, además de en animales.
La leishmaniasis visceral (VL, por sus siglas en inglés) es la forma más grave y mortal en los casos en los que no es tratada. Siete países, entre ellos Brasil, registran la mayoría de casos de LV en el mundo. En el pasado, la leishmaniasis se limitaba a las zonas rurales en desarrollo, pero recientemente, se han registrado brotes en entornos urbanos, en concreto en áreas a las afueras de reciente construcción.
Concretamente, la ciudad de Campinas, ubicada en el sureste de Brasil, dentro del estado de São Paulo, reportó el primer caso de VL en un perro en 2009, dentro de un condominio residencial localizado en un área protegida ambientalmente (EPA) de 223 kilómetros cuadrados. Esta zona protegida ha sufrido importantes cambios debidos a la acción humana en los últimos años, lo que ha facilitado el contacto entre la vida silvestre, los humanos y sus mascotas.
Investigadores brasileños de la Universidad de Campinas, del Instituto Adolfo Lutz y del Departamento Municipal de Salud, preocupados por el papel de la fauna silvestre en la transmisión de la VL, han examinado perros domésticos, animales salvajes y moscas de la arena en 18 puntos distribuidos en el área protegida de Campinas, donde se reportó el primer caso.
El equipo recolectó cerca de 600 muestras de sangre en perros domésticos y establecieron trampas para capturar pequeños mamíferos e insectos en 2013 y 2015. Para detectar la infección en perros se aplicaron pruebas serológicas y se realizaron pruebas genéticas para estudiar la VL en fauna silvestre e insectos.
En 2013, el 1’5% de las muestras tomadas a los perros resultaron positivas y, en 2015, el 1’3%. Se recogieron 477 moscas de la arena, de las cuales tres estaban infectadas de Leishmania responsable de VL. Asimismo, de los 82 mamíferos salvajes de seis especies diferentes capturados, dos zarigüeyas portaban Leishmania en sangre, lo que constituye el primer reporte del parásito en mamíferos salvajes de la región. Es decir, la EPA de Campinas tiene un foco activo de leishmaniasis visceral.
Según apuntan los autores del trabajo, existe riesgo en escenarios similares, áreas silvestres que experimentan modificaciones ambientales. Además, resaltan las implicaciones del trabajo. “Investigar un foco de VL en todos sus aspectos contribuye a una mejor comprensión de los elementos clave de la dinámica de transmisión y control de enfermedades”, subrayan. Y es que, a su juicio, “se deben incluir diferentes perfiles epidemiológicos de VL para elaborar medidas de prevención y control que consideren las particularidades de cada área de transmisión”.
Referencia bibliográfica: | |
Donalisio MR, Paiz LM, da Silva VG, Richini-Pereira VB, von Zuben APB, Castagna CL, et al. (2017). “Visceral leishmaniasis in an environmentally protected area in southeastern Brazil: Epidemiological and laboratory cross-sectional investigation of phlebotomine fauna, wild hosts and canine cases”. PLoS Negl Trop Dis 11(7): e0005666. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0005666 |