Detectan efectos del Zika en niños que al nacer no presentaban anomalías
DICYT - Un estudio publicado en la revista ‘JAMA Pediatrics’ ha comprobado que algunos niños colombianos que estuvieron expuestos al virus Zika en el útero -ya que sus madres estaban infectadas- y que al nacer no presentaron anomalías (con pruebas de imagen cerebral y circunferencia de la cabeza “normales”), sí que han sufrido retrasos en su desarrollo neurológico. El hallazgo subraya la importancia de realizar un seguimiento neurológico a largo plazo de estos niños.
"En estos bebés no había evidencia de déficits o microcefalia por Zika al nacer. Los déficits de neurodesarrollo, incluidas las disminuciones en la movilidad y la cognición, surgieron en su primer año de vida, incluso cuando la circunferencia de su cabeza se mantuvo normal", afirma Sarah B. Mulkey, investigadora en el Children's National Hospital de Estados Unidos y primera autora del estudio.
El grupo de investigación analizó a mujeres embarazadas en el Departamento del Atlántico, en la costa caribeña de Colombia, que habían estado expuestas al Zika, y realizó una serie de imágenes de resonancia magnética fetal y ultrasonidos a medida que avanzaban sus embarazos.
A pesar de que las madres tenían infecciones por Zika confirmadas en el laboratorio, 77 de los 82 descendientes nacieron sin signos de Zika congénito, una conjunción de defectos de nacimiento que incluye anomalías cerebrales graves, problemas oculares y contracturas congénitas. Asimismo, 70 se sometieron a pruebas adicionales de neurodesarrollo durante su infancia. Estos bebés aparentemente normales nacieron entre el 1 de agosto de 2016 y el 30 de noviembre de 2017, en el apogeo de la epidemia de Zika, y tenían una circunferencia normal de cabeza.
Cuando tenían entre cuatro y ocho meses, y después entre nueve y 18 meses, se evaluó el desarrollo neurológico de los bebés mediante dos herramientas validadas, una de habilidades como el autocuidado, la movilidad, la comunicación y la cognición social, y una escala de evaluación motora infantil.
Alrededor de un tercio de los recién nacidos que se sometieron a ultrasonido postnatal de la cabeza obtuvieron resultados de imagen inespecíficos. “Creemos que son los primeros resultados publicados que encuentran un vínculo entre lesiones cerebrales sutiles y el un desarrollo neuromotor deteriorado en los niños expuestos al Zika", asegura la investigadora.
"Normalmente, el desarrollo neurológico en bebés y niños pequeños continúa durante años, construyendo una red neuronal resistente que luego utilizan para llevar a cabo funciones neurológicas y cognitivas complejas cuando los niños ingresan a la escuela", agrega Mulkey. "Nuestros hallazgos subrayan las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de que todos los bebés expuestos al Zika en el útero se deben someter a un seguimiento a largo plazo, lo que brinda la oportunidad de intervenir antes".
Aunque los investigadores del Children's National Hospital se desplazaron a Colombia para instruir al equipo que tomó las medidas, parte del estudio se realizó de forma remota, en concreto, las pruebas de la escala motora infantil. Según el equipo, este hecho no tiene precedentes en la investigación y muestra el potencial de calificar de forma remota la madurez de la motricidad infantil en regiones del mundo donde faltan especialistas en pediatría, como neurólogos infantiles.