Social Sciences Spain , Madrid, Wednesday, April 28 of 2021, 16:52

Identifican los factores que mejoran la resiliencia laboral en las ciudades norteamericanas

La “conectividad laboral” es clave para recuperar las economías locales

UC3M/DICYT La “conectividad laboral” (la posibilidad de encontrar trabajos parecidos) es un factor determinante clave de la capacidad de recuperación de las economías locales frente a situaciones de crisis, según un estudio publicado recientemente en Nature Communications por investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), la Sociedad Max Planck y de la Universidad de Pittsburgh. Para llegar a esta conclusión se han basado en investigaciones de modelado de redes y han mapeado el paisaje laboral de las ciudades de Estados Unidos durante crisis económicas.

 

Conocer los factores que contribuyen a la salud de los mercados laborales resulta interesante porque puede ayudar a promover una recuperación más rápida después de una crisis, como puede ser una recesión económica importante o la pandemia de COVID actual. Los estudios tradicionales conciben al trabajador como alguien ligado a un puesto de trabajo específico de un sector, pero en la vida real a menudo los profesionales terminan trabajando en otros sectores que requieren habilidades similares. En este sentido, los investigadores contemplan los mercados laborales como algo parecido a los ecosistemas, donde los organismos están vinculados en una compleja red de interacciones.

 

En este contexto, un mercado laboral eficiente depende de muchas cosas, como la diversidad y el número de ofertas de trabajo o las oportunidades de formación que tienen los trabajadores para adquirir nuevas competencias, por ejemplo. En este estudio científico los investigadores han comprobado que incluso ciudades en las que todos estos factores son muy similares responden de manera diferente en relación a la recuperación de crisis económicas. ¿Por qué? “Hemos descubierto que parte de la diferencia proviene del ‘mapa’ de los trabajos, una red que nos dice cómo están relacionados los trabajos dentro de una ciudad de acuerdo con la similitud de las competencias requeridas para realizar esos trabajos”, explica el profesor del departamento de Matemáticas de la UC3M y coautor del estudio, Esteban Moro, actualmente profesor visitante en el Media Lab del MIT.

 

“Cuando ese mapa es muy limitado, es decir, cuando hay muy pocas posibilidades de buscar otro empleo parecido (lo que nosotros llamamos “conectividad laboral”), las ciudades están peor preparadas para una crisis laboral. En cambio, cuando ese mapa ofrece muchas posibilidades de ir de un trabajo a otro similar, la ciudad está mejor preparada. Y también tiene un efecto sobre el salario de los trabajadores: en una misma ocupación se cobra más en una ciudad que tiene una red más diversa que en otra que sea más limitada”, añade Esteban Moro.

 

Ecología, redes complejas y conectividad laboral

 

En ecología y otros dominios donde existen redes complejas, la resiliencia ha estado estrechamente vinculada a la “conectividad” de las redes. En la naturaleza, por ejemplo, los ecosistemas con muchas conexiones han demostrado ser más resistentes a determinados choques (como los cambios en la acidez o en la temperatura) que aquellos con menos conexiones. Inspirados en esta idea y basándose en trabajos previos de modelado de redes, los autores del estudio modelaron las relaciones existentes entre los trabajos en varias ciudades de Estados Unidos. Así como la conectividad en la naturaleza fomenta la resiliencia, predijeron que a las ciudades con trabajos conectados por habilidades y geografía superpuestas les iría mejor frente al impacto económico que aquellas sin tales redes.

 

Para validar esto, los investigadores examinaron datos de la Oficina de Estadísticas Laborales para todas las áreas metropolitanas de EEUU desde el inicio hasta el final de la Gran Recesión (del 2008 al 2014). Con ello, crearon mapas del panorama laboral para cada área, incluyendo el número de trabajos específicos, su distribución geográfica y el grado en que las habilidades que necesitaban se superponían con otros trabajos en el área. El tamaño de una ciudad determinada, así como su diversidad de empleos, desempeñaron un papel en la resiliencia, y las ciudades más grandes y diversas obtuvieron mejores resultados que las más pequeñas y menos diversas. Sin embargo, al controlar el tamaño y la diversidad, al tener en cuenta la conectividad laboral, se mejoraron significativamente las predicciones de las tasas máximas de desempleo durante la recesión. Es decir, las ciudades donde la conectividad laboral era más alta antes del colapso fueron significativamente más resistentes y se recuperaron más rápido que aquellas con mercados menos conectados.

 

Incluso en ausencia de crisis temporales como la Gran Recesión o la pandemia de COVID, fenómenos como la automatización pueden cambiar radicalmente el panorama laboral de muchas áreas en los próximos años. ¿Cómo pueden prepararse las ciudades para esta disrupción? Los investigadores de este estudio ampliaron su modelo para predecir cómo se comportarían los mercados laborales al enfrentarse a la pérdida de empleo debido a la automatización. Descubrieron que si bien las ciudades de tamaños similares se verían afectadas de manera similar en las fases iniciales de los choques de automatización, aquellas con redes de trabajo bien conectadas brindarían mejores oportunidades para que los trabajadores desplazados encuentren otros trabajos. Esto proporciona un amortiguador contra el desempleo generalizado y, en algunos casos, incluso conduce a la creación de más puestos de trabajo como consecuencia del impacto inicial de la automatización.

 

Los hallazgos del estudio sugieren que los responsables de la formulación de políticas deberían considerar la conectividad laboral al planificar el futuro del trabajo en sus regiones, especialmente donde se espera que la automatización reemplace una gran cantidad de puestos de trabajo. Además, el aumento de la conectividad no solo da como resultado un menor desempleo, sino que también contribuye a un aumento de los salarios generales. Estos resultados ofrecen una nueva perspectiva en torno a los debates sobre el futuro del trabajo y pueden ayudar a orientar y complementar las decisiones actuales sobre dónde invertir en la creación de empleo y los programas de formación, según los investigadores.