Salud México , Baja California Sur, Viernes, 18 de junio de 2021 a las 13:04
ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

Humectantes naturales, orgánicos y gratis para el pelo y la piel

Las excreciones de nuestras glándulas sebáceas son más importantes de lo que se cree: éstas son sus funciones y beneficios

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/DICYT La capa más externa de la piel contiene queratina que evolucionó estructuralmente en los mamíferos dando origen al pelo. El pelo es una estructura vital de los mamíferos, ya que además de proteger al individuo de los elementos externos, tiene una función de camuflaje y ayuda a la regulación de la temperatura. El pelo es una estructura muerta, por lo que no tiene por sí mismo algún método de mantenimiento, pero la función que cubre es muy importante, por lo que necesita su sistema de mantenimiento y preservación para poder seguir realizando sus funciones.


En los folículos capilares dónde se origina el pelo, se encuentran las glándulas sebáceas, estructuras anatómicas que se encuentran presentes desde los primeros mamíferos, hace aproximadamente 250 millones de años. Se ha considerado que su origen es a partir del alveolo secretor lipoide, estructura de sus ancestros de la línea de los reptiles. Las glándulas sebáceas producen aceites de diferentes densidades y en cantidades variables en función de las especies. Se considera que en la mayoría de las especies su función es producir aceites para la lubricación y mantenimiento del pelo, lo que permite extender su vida útil, conservarlo y evita la pérdida de su elasticidad, previniendo resequedad y quiebre.

 

El sebum o sebo también es de alta importancia, debido a que contribuye a proteger y mantener la superficie de la piel, además de ser el vehículo para antioxidantes, lípidos antimicrobianos, feromonas, alomonas, entre otros productos. Las excreciones de las glándulas sebáceas varían en función de las estaciones del año, así en el periodo de calor son menos lipídicas (grasosas), lo que permite una menor repelencia a los líquidos por lo que se pueden mezclar más fácilmente con el sudor, cambiando las propiedades del sudor para poder tener un efecto que retrasa la deshidratación de los organismos. En el periodo frío, la cantidad lipídica se incrementa por lo que la excreción es más repelente al agua, lo que se ve reflejado en poder tener un pelo y piel más inpermeable, por lo que se mantiene seco por más tiempo y de esta manera ayuda a la manutención de la temperatura corporal, situación crítica en los ambientes de frío extremo.


Otra función es la producción de grandes cantidades de aceite que puede usar el organismo para untarse en el pelo y hacerlo impermeable, lo que en muchos casos le permite estar en contacto con el agua y que sea repelida a través de las diferentes capas del pelo, la piel se conserve seca a pesar de que los individuos este dentro del agua por largos periodos de tiempo, además ayuda a que la piel no absorba el agua en la que se encuentra inmersa como sucedería con una esponja.


El sebo es inodoro, pero es perfecto caldo de cultivo para muchas bacterias que sí tienen olor o pueden ser receptáculo para agentes de comunicación química como las feromonas. Se ha demostrado que la secreción del sebo se ve estimulado por la testosterona (hormona sexual característica de los organismos machos), por lo que éste aumenta considerablemente cuando están en periodo reproductivo, en algunas especies de mamíferos se puede observar a simple vista cómo escurre un aceite en áreas específicas del cuerpo que son reflejo de las glándulas en actividad como respuesta sexual. En los humanos, que no tienen temporadas reproductivas fijas, el mayor incremento se observa cuando se desarrollan los caracteres sexuales secundarios, es decir, durante la adolescencia. En este periodo existe un pico máximo en la producción de testosterona que a su vez estimula la producción del ácido sapiénico (ácido graso exclusivo de los humanos) lo que tiene como consecuencia el desarrollo del acné.


El sebo vertido a la piel también se ve involucrado en la manutención del pH de la piel, actúa como una barrera contra bacterias y virus potencialmente nocivos, y forma componentes como la vitamina E que ayuda a la preservación de la capa córnea más externa de la piel.


Existen diferentes glándulas sebáceas específicas por su función y localización, las más fáciles de identificar y ubicar son las sebáceas de los conductos auditivos. Éstas producen una secreción muy viscosa con un alto contenido lipídico. Su composición hace que sea un muy buen lubricante de la estructura, pero al mismo tiempo es pegajosa para retener posibles partículas y limitar su acceso al conducto del oído, es impermeable para reducir el ingreso de agua y funge como una barrera física que protege al delicado tímpano.


En general, se ha subestimado y hasta minimizado la importancia de las excreciones de nuestras glándulas sebáceas retirando sus productos naturales y después sustituyéndolas con cremas, no dándonos cuenta que ninguna crema o aceite puede sustituir los humectantes naturales que crea nuestro propio organismo de acuerdo a la función del área del cuerpo, edad, sexo, condición sexual y de la piel.

 

 

Autores
El doctor en Ciencias Sergio Ticul Álvarez Castañeda es investigador titular E, adscrito al Programa de Planeación Ambiental y Conservación en el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR). La doctora Alina Gabriela Monroy-Gamboa es posdoctorante en el mismo Programa del CIBNOR (correo: beu_ribetzin@hotmail.com).

 


Dirigir sus comentarios al doctor Álvarez-Castañeda, en el correo sticul@cibnor.mx.