La Escuela Politécnica Superior desarrolla nuevas variedades ecológicas de trigo y cebada
Silvia García/DICYT La Escuela Politécnica Superior de Zamora ha desarrollado un conjunto de estudios sobre agricultura ecológica, dentro de un convenio de colaboración con la Diputación Provincial, que ha fructificado en la implantación de nuevos cultivos en varias explotaciones agrícolas de la provincia. El convenio entre la Universidad de Salamanca y la institución provincial contempla la cesión de las instalaciones de La Aldehuela para realizar prácticas de alumnos sobre Tecnología de producción vegetal, y así surgió la iniciativa de fomentar la práctica de la agricultura ecológica y de crear cultivos referentes para los agricultores.
El estudio, que engloba diversos proyectos de fin de carrera de varios alumnos, está coordinado y dirigido por Margarita Morán, directora de la Escuela Politécnica Superior de Zamora, y comprende, por una parte, una selección de variedades de cebada y el análisis de su comportamiento agronómico y, por otra, un estudio de producción de las variedades que mejor respondieron a su transformación de la agricultura convencional a la ecológica. En segundo lugar, los investigadores hicieron una selección de las variedades de trigo que ya siembran los agricultores de la zona para observar su comportamiento en el cultivo ecológico, tanto con el trigo harinero como con el trigo duro. Esta experiencia ha sido puesta en práctica en Molacillos y Torres del Carrizal, en dos explotaciones agrícolas que ya tenían la denominación de ecológica.
Sin fertilizantes, herbicidas ni pesticidas
El cultivo ecológico no admite la utilización de fertilizantes químicos, herbicidas ni pesticidas, sino que establece un proceso de cultivo natural, libre de componentes químicos. De esta forma, la agricultura ecológica requiere la utilización de técnicas específicas que suplan la utilización de otros agentes, lo que supone controlar la correcta nutrición del suelo. El secreto de esta práctica reside en utilizar los nutrientes del suelo y mantener un alto nivel de material orgánico, así como buenas rotaciones de cultivos, todo ello unido a la utilización de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, para la eliminación de malas hierbas la agricultura ecológica hace uso de métodos mecánicos y del control biológico de las plagas con feromonas. En definitiva, se trata de mantener los cultivos sanos.
En total fueron implantadas y analizadas tres variedades de cebada y tres de trigo (Candeales, Barbilla y Taylor). Los resultados en los cultivos de cebada obtuvieron un comportamiento agronómico muy bueno, con una producción parecida al resto de la zona, sin incidencia de plagas y con escasez de malas hierbas. La cebada utilizada está destinada a la alimentación del ganado, concretamente a la raza alistana de ternera que está incluida en la ganadería ecológica. Tampoco está permitida en la agricultura ecológica la utlilización de organismos modificados genéticamente, de modo que no entren toxinas en la cadena alimenticia. En el trigo, sin embargo, la selección de semillas no fue la adecuada, y una de las variedades sufrió una contaminación elevada por tizón. Esta variedad fue desechada, si bien las dos restantes respondieron con resultados similares a los de la cebada.
Según explica Margarita Morán, la agricultura ecológica está especialmente indicada, hoy por hoy, más que para el cultivo extensivo para los hortícolas y frutales, en una constante adaptación a las condiciones clmáticas. La mejora genética de las semillas permite una selección de variedades a través de la identificación fenotípica de la planta que presente las características deseadas. De esta forma se obtienen semillas a gran escala a lo largo de varias generaciones.
Los canales de comercialización, el 'talón de Aquiles' | |
La agricultura ecológica es un círculo cerrado de producción, transformación y comercialización que vigila el CRAE (Consejo Regulador de la Agricultura Ecológica). En términos energéticos es más barata que la agricultura convencional, ya que reduce el consumo determinado por el uso de factores químicos. Sin embargo, a juicio de Margarita Morán, para que prospere este tipo de cultivos es precisa la implicación de los agricultores, que en la mayor parte de los casos carcen de la información sobre las técnicas que hay que emplear, debido a la falta de técnicos. Además, existe una pronunciada carencia de canales de comercialización de inputs (semillas bien seleccionadas, materia orgánica) y es necesario conseguir un círculo en el que estén integrados también la ganadería e incluso la promoción del turismo rural. Asimismo, la directora de la escuela pone de relieve la falta de cooperativas que canalicen los inputs a los agricultores y un escaso conocimiento por parte de los consumidores de los productos ecológicos, muy bien considerados en el resto de Europa. |