La Universidad de Salamanca presentará en mayo una aplicación informática para la investigación lingüística
Ana Victoria Pérez/DICYT La Universidad de Salamanca a través del catedrático Julio Borrego y el profesor José Antonio Bartol, ambos del Departamento de Filología Hispánica, presentará el próximo mes de mayo una aplicación informática denominada Dispolex destinada al estudio de la disponibilidad léxica de los hispanohablantes. La presentación tendrá lugar durante el VI Congreso Internacional de Lingüística que se celebrará en Santiago de Compostela.
La herramienta informática, diseñada por la empresa salmantina Undanet, pretende convertirse en una gigantesca base de datos que recoja el resultado de los estudios realizados en el área de la disponibilidad léxica por diferentes grupos de trabajo ubicados en regiones de habla hispana. El objetivo final del Proyecto Panhispánico, que dirige el lingüista Humberto López Morales, tal y como explica a DICYT Julio Borrego, es "elaborar un diccionario donde se recojan los términos más usados en el español actual y en todas las regiones hispanoparlantes".
Dispolex cuenta ya con 42 estudios registrados, cuyos datos sólo estarán accesibles al resto de investigadores cuando los autores de los mismos den su permiso o hayan editado sus propias publicaciones. Esta herramienta se encuentra a disposición de los investigadores a través de www.dispolex.com desde el Encuentro Internacional de Disponibilidad Léxica que se celebró en abril de 2003 en San Millán de la Cogolla (La Rioja) y su verdadero valor reside en la cantidad de datos que los investigadores sean capaces de registrar a partir de ahora. Por este motivo la versión actual ofrece más facilidades para volcar los datos desde los ficheros originales, para establecer cruces entre las distintas categorías y para poder imprimir los archivos. "Además, en el futuro queremos conectar la herramienta al programa estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) que nos permitan realizar cálculos más precisos", afirma a DICYT José Antonio Bartol.
En busca del español neutro
"Si se terminan todos los estudios que hay en marcha sobre disponibilidad léxica en Castilla y León, se popdría tener listo un diccionario de la región en año y medio", advierte el profesor Bartol. Por lo que respecta a España hay grupos trabajando en esta materia en casi todas las comunidades autónomas excepto en Galicia, Navarra, La Rioja y Extremadura.
Pero para desarrollar un gigantesco diccionario panhispánico, tal y como explica José Antonio Bartol, "es indispensable contar con una herramienta como Dispolex, ya que en los estudios de disponibilidad léxica nos interesan tanto la cantidad de palabras que es capaz de citar un hablante referidas a un campo temático determinado como la calidad de las mismas y el orden en el que son citadas". Por lo tanto, para obtener resultados reales de un área tan extensa como la de los países hispanohablantes es imprescindible cruzar los datos en bruto, tal y como los cita la persona objeto de estudio. "No serviría cruzar los resultados finales de cada uno de los estudios, ya que en ellos pervivirían localismos y vocablos propios de una zona determinada que no serían representativos del idioma. Un buen ejemplo sería la importancia que el vocablo guagua tiene en el contexto de los medios de transporte para los canarios, mientras que en el resto de países hispanohablantes apenas se utiliza".
Cinco siglos rastreando palabras | |
Los estudios de disponibilidad léxica surgieron hace cinco siglos, cuando un grupo de lingüistas franceses se propuso conocer cuáles serían las palabras que deberían enseñarse a un extranjero que quisiera aprender el idioma. Había que localizar cuáles eran las más usadas en cada contexto, e incluirlas en los manuales de lengua. Años más tarde el lingüista mejicano López Chávez y el estadístico Strassburger idearon una fórmula matemática para conocer el porcentaje de relevancia que tiene una palabra en una lengua, en función de las veces que es citada por lo hablantes y estudiando el orden en el que la nombran. Los estudios de disponibilidad se basan en encuestas realizadas a personas de entre 17 y 18 años que cursan estudios preuniversitarios, con lo que se evita que el lenguaje específico de las carreras universitarias influya en las respuestas. A los encuentados se les proponen 16 campos temáticos y se les dan dos minutos para pensar palabras relacionadas con los temas propuestos. Para el estudio de disponibilidad se recogen las 50 primeras palabras citadas por cada persona, y los resultados pueden ser utilizados en análisis sociológicos, psicológicos o para estudios publicitarios, entre otros. |