Salud España Salamanca, Salamanca, Lunes, 05 de febrero de 2007 a las 19:30

El 75% del cáncer de mama se diagnostica en fase precoz

El Consejo Genético realiza en Salamanca unas 20 pruebas al mes para detectar los tumores hereditarios, que constituyen entre el 5 y el 10% del total en esta tipología

José Pichel Andrés/DICYT El Consejo Genético de la Junta de Castilla y León realiza en Salamanca entre 15 y 20 pruebas al mes para detectar la predisposición genetica hereditaria a padecer cáncer de mama. Se trata de una labor preventiva, fundamental en la lucha contra estos tumores, ya que el 75 por ciento de ellos se pueden diagnosticar en fase precoz, y eso ha permitido que en la última década el número de muertes no haya dejado de descender, según los datos del reciente Simposio Anual de Cáncer de Mama de San Antonio (Estados Unidos).

 

En Castilla y León hace tiempo que se viene realizando esta labor preventiva, de hecho, ya está en marcha un servicio que permite detectar la posible predisposición genética a padecer tumores de mama por parte de mujeres. Este servicio divide por un lado, los posibles casos de las provincias de León, Zamora, Salamanca y Ávila, que se analizan mediente unas pruebas coordinadas desde el Centro de Investigación del Cáncer y el Hospital Clínico de Salamanca, en la Unidad de Oncología Médica dirigida por Juan Jesús Cruz. El Hospital General Yagüe de Burgos y la Universidad de Valladolid se encargan del resto de la comunidad. 
 

"Hay pocos cánceres de mama hereditarios" señala Rogelio González, catedrático de Medicina de la Universidad de Salamanca, que explica que en una misma familia puede aparecer más de una persona afectada, pero eso no significa que exista un componente hereditario, "ya que puede haber factores ambientales que estén favoreciendo esa aparición, lo que se conoce como agrupaciones de cánceres" explica. De hecho, añade que sólo entre el 5 y el 10% de estas dolencias tienen ese componente.

 

"Lo que sí está claro es que dentro de ese 5 ó 10% de cánceres de mama el Consejo Genético sí que es útil, porque permite emplear estrategias de diagnóstico precoz. Dentro de esas estrategias está la caracterización de alteraciones en los genes que puedan heredarse y, cuando se encuentra a una mujer con una alteración de este tipo, se le practican exploraciones más frecuentes, tanto médicas como radiológicas, y se puede plantear la extirpación de la glándula mamaria para impedir el desarrollo del tumor o la administración de fármacos para intentar prevenir el desarrollo del mismo. En las mujeres portadoras de alteraciones genéticas se pueden emplear estrategias de prevención eficaces, pero el número de mujeres que se pueden beneficiar de estas estrategias a día de hoy es pequeño", señala Rogelio González.

 

Otros estudios genéticos

 

Dentro de los estudios généticos del cáncer de mama existen algunos que tienen una aplicación inmediata en el tratamiento las mujeres, pero no están relacionados con los genes del cáncer hereditario. "En cualquier tumor de mama que se opera, los anatomopatólogos estudian la expresión de genes como el receptor de estrógenos (las hormonas sexuales femeninas que modifican el riesgo de padecer cáncer de mama) o el del receptor ERb (Estrogen receptor beta); para los que existen fármacos que actúan directamente sobre ellos. Estos se estudian ya de forma sistemática, pero al margen de ellos hay otros específicos de los cánceres familiares y estos, que son los que se estudian en el Consejo Genético, no modifican el tratamiento", apunta González.

 

El trabajo de prevención con respecto al cáncer de mama es en la actualidad el más completo junto al de colon y al de cuello uterino. De hecho, este último estaba casi desaparecido en España, aunque ha sufrido un repunte debido a la llegada de mujeres inmigrantes. Las revisiones periódicas y sistemáticas están haciendo de la prevención el mejor arma contra esta enfermedad.

 

Una muestra de sangre
Cuando se dan varios casos de tumores en una misma familia, el Consejo Genético puede determinar si existe predisposición genética o, por el contrario, si la explicación se encuentra en factores ambientales o en un cúmulo de casualidades. Las pruebas que se requieren deben ser prescritas por el médico de cabecera, que conoce los criterios que lo aconsejan. Un análisis de sangre puede determinar si un gen tiene una mutación, en el caso del cáncer de mama, se trataría de detectar el brca1 ó el brca2, y de conocer si se manifiesta con el mismo defecto que en un familiar enfermo. También es posible realizar la comparación con la muestra de otra persona si no es posible con el familiar. Cuando existe en una misma familia un número llamativo de distintos tipos de cáncer se analizan otros genes, como el p53. En el supuesto de que se haya heredado una mutación, la persona se somete a una mayor vigilancia médica.