La fábrica de calderas de biomasa Buyo considera que Castilla y León ofrece grandes posibilidades de negocio
MJF/DICYT Castilla y León ofrece prometedoras posibilidades de negocio en el sector de la biomasa. Al menos así lo cree la fábrica de calderas de este tipo de energía Buyo, que ha sido una de las empresas que ha participado en la última sesión de la workshop o ronda de negocios celebrada hoy en el congreso de Congreso de Soluciones Bioenergéticas para Municipios (Biomun). Federico Buyo, responsable químico de la compañía, asentada en Córdoba, apunta a la gran existencia de recursos forestales de la región como su gran baza en el sector y los problemas de logística como mayor obstáculo.
La empresa, que diseña y fabrica calderas con una capacidad de producción situada entre los 300 kilovatios y los 50 megavatios, apuesta por la expansión de sus servicios en la región, aunque su responsable químico no ha querido desvelar los negocios que podría cerrar en los próximos meses en Castilla y León. Entre los que ya mantiene se encuentra una caldera instalada en el Campus de Soria, de 600 kilovatios de potencia, instalada el pasado mes de enero.
Sobre las razones que sustentan las posibilidades de negocio de Castilla y León, Federico Buyo señala la gran disponibilidad de recursos forestales y, en concreto al Norte de la Comunidad, en las provincias de León y Soria. Por el contrario, el responsable químico de la empresa asegura que uno de los grandes obstáculos para el desarrollo del sector es la logística para afrontar todas las partes del proceso, desde la recogida y trituración de la madera hasta su conversión en astillas dirigidas a la generación de biomasa.
El especialista también considera necesario para el completo despegue del sector en la región un mayor respaldo institucional. En este sentido destaca que Andalucía, como comunidad autónoma más avanzada de España en el ámbito de las energías renovables, cuenta con subvenciones de hasta el 60% a fondo perdido procedentes de la Agencia Andaluza de la Energía.
En cuanto a la apuesta por sistemas de biomasa, Federico Buyo señala que aunque requieren una inversión inicial que puede llegar a ser cinco veces mayor que una instalación tradicional, tienen un periodo de amortización que puede reducirse a los tres años gracias al ahorro de consumo que ofrecen, en función del tipo y tamaño de la caldera.