Una experta señala los efectos perjudiciales de la acción humanan en la cría del águila imperial
MMG/DICYT Castilla y León tiene censadas en las provincias de Ávila y Segovia y sus límites con Salamanca y Valladolid, al 15% de la población mundial de águila imperial, es decir, 29 de las 217 parejas reproductoras de las que se tiene constancia en España. Se trata de una especie en extinción, por lo que la ley obliga a que las comunidades autónomas que las alberguen desarrollen un plan de protección. En el caso de la región castellano leonesa, este plan se redactó en 2003 y Gloria Palomo, responsable de comunicación de la Fundación para la Conservación de la Biodiversidad y su Hábitat (CBD-Hábitat) y experta en medio ambiente lo conoce bien.
En unas jornadas celebradas en Ávila, Palomo destacó que la clave en la desaparición de tantos ejemplares de águila imperial ibérica está en las manos del hombre. “Es que la presión humana es lo peor para la cría del águila imperial ibérica”, recalca Palomo, que cree que a pesar de esa presión la especie ha podido encontrar algunos reductos de tranquilidad en los montes de Ávila y Segovia.
“Para criar necesita tranquilidad y árboles muy altos”, continúa su explicación la miembro de CBD-Hábitat. “Son animales muy sensibles a las perturbaciones y a los ruidos como los provocados por el hombre, y cualquier cosa de este tipo es suficiente para que el águila se estrese y abandone el nido, por lo que los pollos no salen adelante”.
Pero Palomo también aclara que el hombre no ha sido el único responsable de la reducción del número de ejemplares. En ello también tuvo mucho que ver la reducción en la población de conejos, principal fuente de alimentación de esta ave, junto con otro tipo de aves, los reptiles y la carroña. “En las últimas décadas los conejos han sufrido la mixomatosis y la hemorragia vírica”, aclara Palomo, “por lo que al reducirse sus poblaciones el águila ha tenido carencia de alimentos, como también le ocurrió al lince”.
Por todo ello, desde CBD-Hábitat se apuesta por la concienciación ciudadana a la hora de respetar el hábitat y las costumbres de estos animales, así como por cuidar la población de conejos, un consejo que dirigen ante todo a agricultores y cazadores.
¿Cómo se distingue un águila imperial ? | |
Se trata de un águila grande de plumaje pardo-negruzco oscuro cuando es adulta. En ella destacan sus hombros blancos, así como su cabeza y su nuca. Su cola es rectangular con franjas oscuras en su extremo. Mide entre 72 y 83 centímetros y puede llegar a tener una envergadura de 210 centímetros y un peso de 3'5 kilos. Las hembras suelen ser un 10% mayores que los machos y posee una voz parecida a un ladrido corto y agudo. El águila imperial ibérica llega a vivir hasta 20 años. |