Tecnología España , España, Martes, 27 de enero de 2009 a las 16:45

2009 será un año clave para las misiones científicas de observación de la Tierra

Son tres satélites del programa 'Earth Explorers' programados para este año, otros tres satélites en construcción y hasta tres más que podrán ser seleccionados para el 2009

ESA/DICYT Comprender cómo funciona la Tierra y la forma en que los procesos naturales responden al cambio climático global es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta la ciencia hoy en día. Siguiendo una nueva aproximación para observar la Tierra desde el espacio, las misiones “Earth Explorers” de la Estación Espacial Europea, ESA, han sido desarrolladas en respuesta directa a una serie de desafíos de las ciencias de la Tierra identificados por la comunidad científica.

 

El principio fundamental de definir, desarrollar y operar misiones en estrecha cooperación con la comunidad científica pretende proporcionar una herramienta eficaz con la que tratar las cuestiones de las ciencias de la Tierra de la forma más eficiente posible. Además, estas cuestiones científicas sientan la base para el desarrollo de nuevas aplicaciones para los datos de observación de la Tierra. Esta aproximación dirigida por el usuario ha dado como resultado inicial seis “Earth Explorers”, tres de los cuales se prevé lanzar este año, así como otros seis conceptos para nuevas misiones que fueron presentados a la comunidad científica la semana pasada en Lisboa, Portugal. Las seis misiones candidatas serán sometidas a un proceso de selección antes de entrar en la siguiente fase de desarrollo.

 

Gravedad, humedad y hielo

 

El primer “Earth Explorer” que será lanzado es la misión de la ESA para estudio de la gravedad GOCE (Explorador de la Circulación Oceánica y de Gravedad), que tras haber sido retrasado el año pasado debido a un problema con el lanzador ruso, está programado para despegar en Marzo. GOCE estudiará las variaciones globales del campo gravitatorio con una precisión y un detalle extremos. Esto es crucial para obtener medidas precisas de la circulación oceánica y de la subida del nivel del mar, dos fenómenos afectados por el cambio climático.

 

El siguiente será SMOS (Humedad del Suelo y Salinidad del Océano), cuyo lanzamiento está previsto para Julio. Actualmente, el satélite está depositado en Thales Alenia Space en Cannes, Francia. Una vez lanzado, SMOS proporcionará datos para paliar la ausencia actual de observaciones globales de la humedad del suelo y salinidad de los océanos. Estos datos son necesarios para aumentar nuestro conocimiento sobre los ciclos del agua y contribuir a la predicción del clima, de los desastres naturales y del clima estacional.

 

Hacia finales del año 2009, se lanzará la misión del hielo de la ESA CryoSat-2. Ante la realidad de la disminución de la capa de hielo del planeta, CryoSat-2 ha sido diseñado para medir la tasa exacta de cambio del espesor del hielo flotando en los océanos y de las capas de hielo sobre tierra. Esto ayudará a explicar la conexión entre la pérdida de hielo polar, la subida del nivel del mar y el cambio climático. Según está planeado, los lanzamientos de este año estarán seguidos por la Misión de Dinámica Atmosférica ADM-Aeolus y la misión del campo magnético Swarm, ambas en el marco de 2010. 

 

ADM-Aeolus será la primera misión espacial en medir los perfiles de viento a escala global. Esto mejorará la precisión de los métodos numéricos de predicción del tiempo y avanzará nuestro conocimiento de la dinámica atmosférica y de los procesos de importancia para las variaciones del clima, así como de su modelado. Swarm proporcionará medidas de alta precisión y alta resolución de la intensidad y dirección del campo magnético de la Tierra. Más adelante, en el marco temporal de 2013, está previsto el lanzamiento de la misión EarthCARE (Acrónimo en inglés de Explorador de las Nubes, Aerosoles y Radiación de la Tierra). EarthCARE abordará la necesidad de comprender mejor las interacciones entre los procesos de las nubes, la radiación y los aerosoles que juegan un papel en la regulación del clima.