Cultura México Monterrey, Nuevo León, Miércoles, 21 de diciembre de 2011 a las 09:59

Analizan las memorias de Diego de Ocaña por el Nuevo Mundo

La doctora Blanca López de Mariscal realizó una investigación minuciosa acerca de los viajes y recorridos del Fray Diego de Ocaña

JST-Tec de Monterrey/DICYT Misionero, escritor y pintor, Diego de Ocaña (1565-1608) nació en Villa de Ocaña, provincia de Toledo, España. Fraile viajero, su misión consistió en supervisar y difundir la devoción a la Virgen de Guadalupe a través de América del Sur, recoger los donativos que en aquellas tierras se hacían al monasterio y reglamentar su envío para el futuro para finalizar algunos abusos que se habían cometido con los mismos. Su labor quedó plasmada en un manuscrito autógrafo del siglo XVII (1605) que recoge su recorrido por diversas tierras del Nuevo Mundo, así como dibujos de indígenas americanos y mapas que acompañan al texto.

 

Su misión y lo que representó en la historia de América del Sur fue analizado por la doctora Blanca López de Mariscal en el libro "Fray Diego de Ocaña, Viaje por el Nuevo Mundo: de Guadalupe a Potosí, 1599-1605", que escribió en coedición con el investigador Abraham Madroñal.

 

La Directora de la Maestría en Estudios Humanísticos (MEH) y el Doctorado en Estudios Humanísticos (DEH) y de la Cátedra de Investigación Memoria, Literatura y Discurso del Campus Monterrey, y el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España, realizaron este análisis que concentra además de la edición de los escritos originales realizados por el fraile, un minucioso estudio introductorio a su obra.

 

Su libro fue publicado en Madrid por el Grupo de Investigación Siglos de Oro (GRISO), en la colección Biblioteca Indiana de la editorial Iberoamericana Vervuert, en coedición con la Universidad de Navarra y el Tecnológico de Monterrey, con ISBN 978-84-8489-505-3 e ISBN 978-3-86527-551-6.

 

Estructura de la obra

 

El libro "Fray Diego de Ocaña, Viaje por el Nuevo Mundo: de Guadalupe a Potosí, 1599-1605", consta de dos grandes apartados: una amplia introducción en la que los autores ofrecen al lector una vasta explicación de sucesos y datos. Se explican y analizan diversos rasgos del autor y su relación de viaje por América del Sur y todos los acontecimientos que Fray Diego de Ocaña va narrando, como: los festejos y entronizaciones que se realizaban cuando se colocaban las imágenes de la Virgen de Guadalupe en los altares de las iglesias; la representación de la "Comedia de Nuestra Señora de Guadalupe y sus Milagro" -obra teatral realizada por fray Diego de Ocaña y que transcribe íntegramente en el manuscrito-; información sobre el manuscrito original, como por ejemplo el número de folios, y el lugar en donde están resguardados; una breve explicación de la edición de la obra que ellos realizaron, así como una relación de diversas interpretaciones que otros editores han hecho a través de los años y de algunas lecturas erróneas del manuscrito en ediciones modernas.

 

En la segunda parte de la obra, se incluye la edición del manuscrito a fin de reflejar lo más fielmente posible la voluntad del autor, adaptándolo y modernizando grafías y uso de mayúsculas, e introduciendo títulos en capítulos para facilitar su lectura. En él fray Diego de Ocaña narra su viaje que inicia en el convento de Guadalupe en Extremadura y que por azares del destino lo lleva, no a México, que era su plan original, sino a Centroamérica y Sudamérica.

 

Y es que debido a un ataque de piratas ingleses la flota cambia de ruta y desembarca, primero en lo que se conocía como Cartagena de Indias y posteriormente en Nombre de Dios, territorio donde se encuentra actualmente Panamá. El viaje, de más de 35 mil kilómetros, se describe como impresionante, y señalan los autores que "no podemos imaginar que tales distancias se hayan podido recorrer a pie o a lomo de mula".

 

Los autores también detallan que se trata de un viaje que lo llevó desde el monasterio de Guadalupe en Extremadura y a través del Atlántico, a recorrer de norte a sur la costa occidental de América del Sur, hasta llegar a Chiloé; cruzar la cordillera de los Andes; transitar una buena parte de las pampas argentinas; visitar Buenos Aires; y, ya en su camino de regreso, atravesar el Paraguay y Tucumán para finalmente llegar a las ciudades de La Plata y Potosí, en las que fue el artífice de las celebraciones en honor de la imagen de Guadalupe que él mismo pintó. Su recorrido lo llevó también a Chuquiapo, Arequipa y el Cusco, ciudad sagrada de los incas, para posteriormente regresar a Lima desde donde nos informa que había de embarcarse rumbo al Virreinato de la Nueva España en el que, seguramente, murió.

 

"Lo que sabemos de él después, es que murió en 1608, en México. Concretamente el 17 de noviembre de ese año llega la noticia de su muerte a su monasterio de Guadalupe, donde se celebraron en su honor las honras de precepto", comentó la doctora López de Mariscal.

 

"Fray Diego de Ocaña, Viaje por el Nuevo Mundo: de Guadalupe a Potosí, 1599-1605", contiene también una sección donde se muestran algunas ilustraciones originales de los indios americanos, sus trajes y sus armas, así como algunos mapas de las regiones que fray Diego de Ocaña iba visitando, todas ellas realizadas por él mismo, y finalmente un mapa general que muestra el recorrido total que realizó.