Alimentación Argentina , Argentina, Martes, 17 de julio de 2018 a las 11:02

Así se ve a través de los ojos de un cangrejo

Una investigación desarrollada en Argentina proporciona nuevos datos sobre la visión de un crustáceo

Society for Neuroscience/DICYT Los ojos marcadamente espaciados y los comportamientos guiados por la visión del cangrejo ‘Neohelice granulata’ o cangrejo granuloso, del barro o cavador, sugieren que este depredador altamente social puede calcular los parámetros visuales de los objetivos móviles combinando datos de ambos ojos, pero no está claro dónde y cómo se fusionan y procesan las dos fuentes de información visual.


Ahora, una nueva investigación llevada a cabo en Argentina proporciona información sobre la visión de este crustáceo. Un equipo de científicos del CONICET y la Universidad de Buenos Aires ha descubierto que los cangrejos combinan la entrada de información a sus dos ojos desde el principio, en el camino visual de su cerebro, para seguir un objeto en movimiento.


La investigación, publicada en ‘Journal of Neuroscience’, se centró en cangrejos machos adultos de la costa atlántica de Argentina. Al manipular el campo visual de los animales y registrar la actividad de unas neuronas gigantes del cerebro de estos crustáceos sensibles al movimiento, mientras se presentaba una barra móvil en pantallas de computadoras, Daniel Tomsic y sus colegas demostraron que estas células realizan integraciones complejas de información visual de ambos ojos.


Tal procesamiento visual binocular puede ser importante en la capacidad de la especie para capturar presas e interactuar con otros cangrejos. Los cangrejos de la especie ‘Neohelice granulata’, habitan costas y estuarios atlánticos desde Río de Janeiro hasta la Península Valdez y cuyo predador más habitual es la gaviota.


En estudios anteriores, Tomsic y su equipo habían identificado las neuronas cerebrales encargadas de ajustar la velocidad de la carrera de escape de los cangrejos en función de la velocidad de expansión de la imagen percibida del objeto que se les acerca. Y luego investigaron los mecanismos biofísicos que permiten a esas células nerviosas convertir la información visual en el mensaje eléctrico enviado a los centros motores para controlar la velocidad de la huida.