Space Spain , Canarias, Wednesday, February 14 of 2024, 09:01

Aumenta la contaminación lumínica en la Macaronesia

Los resultados obtenidos por los más de doscientos fotómetros desplegados por el proyecto Interreg EELabs a lo largo de los últimos cuatro años, han servido para evaluar el impacto de la luz artificial nocturna

IAC/DICYT Desde que a finales de 2019 el proyecto Interreg EELabs comenzase su andadura, se han instalado 12 redes de fotómetros para monitorizar la oscuridad natural de los espacios naturales de los distintos archipiélagos de la Macaronesia. Un total de 222 fotómetros autónomos, desarrollados para este proyecto, distribuidos en las islas de Tenerife, La Palma, Madeira, Corvo, Flores, Gran Canaria, La Graciosa, Alegranza, Lanzarote, La Gomera, Fuerteventura, El Hierro, Ilhas Desertas, Graciosa y São Miguel. La información que recogen, es enviada al portal público IoT-EELab, para que la comunidad científica y educativa pueda hacer uso de ella.

 

Las primeras conclusiones son claras: la oscuridad natural solo se conserva en reservas naturales muy aisladas como en las islas de Corvo o Graciosa (Azores), Alegranza (Archipiélago Chinijo, Canarias) o protegidas por Ley como el PN del Roque de Los Muchachos (La Palma, Canarias). El resto de los lugares medidos presentan un exceso de contaminación lumínica (LPE del inglés Light Pollution Excess) medio del 40%.

 

“EELabs ha servido para tener una instantánea cuantitativa de la contaminación lumínica de los principales espacios naturales de la Macaronesia. Aunque es cierto que lugares aislados, como Corvo, Graciosa o Alegranza, o protegidos por Ley, como La Palma, conservan la oscuridad natural, en general, la contaminación lumínica está presente en todos los puntos medidos. Debemos prestar especial atención a la isla de Gran Canaria. De los 25 fotómetros instalados en el municipio de Tejeda la mejor oscuridad se ha medido en la Presa del Parralillo y aún así tiene un exceso de contaminación lumínica del 48%. Si queremos conservar la oscuridad de los cielos canarios es preciso regular, de forma sostenible, el alumbrado de los grandes núcleos de población empezando por las dos capitales“, comenta Miquel Serra-Ricart, investigador del IAC y coordinador del proyecto.

 

Pero las redes de fotómetros -llamadas Laboratorios de Polución Lumínica (LPL)- están compuestas también por controladores MiNiOs cuyo cometido es: por un lado, facilitar el envío de datos de los fotómetros y, por otro, enviar información sobre las condiciones meteorológicas del punto en el que se encuentran.

 

Inicialmente los controladores MiNiO necesitaron un punto de suministro eléctrico para realizar su funcionalidad, pero tras surgir la necesidad de instalarlos en espacios naturales protegidos, el socio ITER propuso la solución técnica que mejor se adaptó a las características físicas, energéticas y de operatividad de estos dispositivos. La solución consistió en implementar un sistema de alimentación fotovoltaico junto al dispositivo que le proporciona autonomía energética durante todo el año, o la mayor parte del mismo, y que ha permitido su instalación en espacios naturales aprovechando el recurso solar disponible. Partieron de la construcción de un prototipo funcional que fue puesto a pruebas en el Observatorio del Teide y posteriormente se instaló sobre el teleférico del parque nacional del Teide. Este equipo se utilizó de modelo para la construcción de los siguientes MiNiOs Autónomos que fueron instalados en Madeira (Parque natural Pico do Arieiro) y en Groenlandia (Frente Glaciar Qaleraliq).

 

Los resultados obtenidos por todos estos dispositivos han dado lugar a un método para calibrar imágenes de satélites. Este sistema está orientado a evaluar de forma más detallada la contaminación lumínica. Las imágenes satelitales no son lo suficientemente sensibles como para tomar medidas precisas en zonas muy oscuras, a diferencia de los fotómetros, que no tienen esta limitación. Por ese motivo, el mapa resultante es extremadamente valioso, ya que combina ambas fuentes y posibilita un análisis muy exacto del brillo de la noche en todo el planeta.

 

Impacto sobre los ecosistemas nocturnos

 

La contaminación lumínica afecta a varias especies de aves marinas y la Macaronesia alberga a 10 de ellas. Muchos de los ejemplares más jóvenes de estas especies, atraídos por las luces de las ciudades durante sus primeros vuelos, acaban muriendo. Por ello, en el marco del proyecto Interreg EELabs se han llevado a cabo varias iniciativas de voluntariado que han permitido rescatar cientos de aves; y miles de escolares de Madeira y las Azores han aprendido sobre este problema y actúan como embajadores de la conservación de las aves marinas y los cielos oscuros, como medida de protección de la biodiversidad. La instalación de fotómetros y el seguimiento de las pardelas cenicientas mediante dispositivos GPS han permitido conocer mejor cómo interactúan estas aves con la iluminación costera, además de aportar datos muy importantes sobre la ecología de esta especie. Todas estas iniciativas se desarrollarán y continuarán en el proyecto LIFE Natura@night.

 

Con el fin de proteger los ecosistemas nocturnos y el cielo estrellado de la luz artificial nocturna, los municipios de Güímar, Santiago del Teide y Mogán se han comprometido a ampliar sus normativas para proteger la noche a través de convenios de colaboración en el marco del proyecto Interreg EELabs. Estos son los primeros ayuntamientos de la Macaronesia que se han propuesto velar por la protección de la oscuridad natural de la noche a través de ordenanzas municipales, pero nuevas iniciativas que ya están en marcha, como el proyecto LIFE Natura@night, colaboran con muchos otros consistorios dispuestos a conservar los ecosistemas nocturnos bajo el lema “Por una noche con más vida”.

 

Además del compromiso de las administraciones públicas, otra parte muy importante del proyecto ha sido concienciar a la población sobre la problemática que supone la contaminación lumínica. Para transmitir la necesidad de proteger la oscuridad de la noche, se han realizado 25 retansmisiones de eventos celestes, como lluvias de estrellas, eclipses o auroras; además de la serie #UniversoEnCasa, que tuvo lugar durante las primeras semanas de confinamiento por el COVID19. A estos vídeos, se unen las charlas presenciales en centros educativos, museos, jornadas de puertas abiertas y planetarios, y la película “El Lado Oscuro”, traducida también al portugués, para continuar divulgando la importancia de conservar el cielo estrellado.