Científicos argentinos describen por primera vez la hembra de un arácnido australiano
CONICET/DICYT Un equipo internacional de científicos argentinos y europeos describió por primera vez la hembra de una especie de acrácnidos australianos, Progradungula otwayensis. El macho ya había sido descrito hace casi diez años en el mismo lugar, el Parque Nacional Otway en Australia. Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista ZooKeys en septiembre de este año.
“Estas arañas son como fósiles vivientes. Se las considera como un eslabón intermedio entre especies antiguas y modernas de esta familia”, explica Martín Ramírez, doctor en biología e investigador independiente del CONICET en el Museo Argentino de Ciencias Naturales, “Bernardino Rivadavia” (MACNBR-CONICET). Ramírez participó de la investigación junto con su becario Luis Piacentini.
También integraron el equipo los científicos Peter Michalik y Elisabeth Lipke, del Allgemeine und Systematische Zoologie, Zoologisches Institut und Museum en la Universidad Ernst-Moritz-Arndt en Alemania.
Ramírez y Michalik realizaron una expedición en estos bosques templados de Australia y Tasmania, donde sobrevive esta clase de arácnidos primitivos. Hace dos años también viajaron para estudiar las especies que habitan los bosques del sur de Chile y Patagonia argentina.
En esta expedición lograron documentar 47 especímenes en distintas localidades del Parque Nacional, de donde es endémica la especie. Según comentan en su trabajo, los datos recolectados sugieren que Progradungula otwayensis depende del microclima creado en estos bosques húmedos. “Algunas especies de árboles de este ambiente australiano son parientes cercanos de ciertas formaciones boscosas de la Patagonia, como la lenga o el coihue”, señala Ramírez.
Los datos de la investigación indicarían que Progradungula otwayensis habita especialmente en estos árboles nativos que cuando envejecen forma huecos en su interior, dado que allí es donde se observaron mayores concentraciones de estas arañas.
“Este tipo de bosques soporta una comunidad de seres vivos estrechamente dependientes de ellos, desde arañas hasta ratones”, explica el investigador y agrega que por estas particularidades es que la flora boscosa de este parque nacional no debe ser destinada para la producción maderera.
Mientras que las arañas más evolucionadas tienen solamente dos pulmones, las más primitivas tienen cuatro, Progradungula otwayensis retiene esta característica, un indicador de sus cualidades primitivas. Uno de los objetivos de esta expedición fue estudiar el aparato circulatorio, que debería tener un funcionamiento acorde al desarrollo de los pulmones. Ramírez comenta que en este momento están desarrollando estos estudios mediante reconstrucciones 3-D virtuales, obtenidas mediante microtomografías de rayos X.
“Para la descripción de estos ejemplares hemos utilizado la tecnología de microtomografías de rayos X, que permite ‘navegar’ virtualmente en el interior del organismo sin necesidad de técnicas invasivas o preparaciones complejas”, explica Ramírez, y destaca que las mil imágenes de alta resolución que componen cada modelo 3-D han sido colocadas con acceso abierto en un repositorio digital.
Además de describir la morfología, los investigadores pudieron documentar la secuencia completa de construcción de las telas. Según Ramírez, estas arañas tienen un modo único de tensar sus redes usando sus patas, y aguardar la aproximación de una presa, a la que envuelven como si se tratara de la red de un gladiador.
“Siempre es importante para los estudios evolutivos encontrar y describir estos eslabones intermedios, porque las transiciones evolutivas más drásticas son difíciles de documentar. Estos grupos de arácnidos son relictos de una fauna mayormente extinta, y nos dan información más precisa acerca de esos grandes eventos y un entendimiento más cabal de los sistemas biológicos”, señala Ramírez.