Ciencias Sociales España , Salamanca, Martes, 24 de julio de 2012 a las 17:05

‘Crowdfunding’ científico, ¿financiación o divulgación?

Artículo de opinión de Marisa Alonso, doctora en Microbiología y Genética Molecular por la Universidad de Salamanca e investigadora del Patterson Institute for Cancer Research de Mánchester (Reino Unido)

DICYT Cuando el dinero escasea la creatividad aumenta. En investigación esto está a la orden del día últimamente. Tanto lo primero como lo segundo. Por eso, y viendo cómo se reducen los presupuestos para financiación de sus proyectos de investigación, varios científicos se han lanzado al crowdfunding o micromecenazgo. Este es un fenómeno que para las industrias cinematográfica y discográfica no es nuevo y que lleva funcionando durante bastantes años con resultados muy positivos. Sin embargo, utilizar el crowdfunding como método de financiación científica, aunque supone un reto, tiene ciertas limitaciones. Partiendo de la premisa de que la financiación de la investigación científica es responsabilidad de gobiernos, instituciones públicas y empresas privadas, el crowdfunding científico no puede ser un método alternativo de financiación.

 

He de reconocer que la primera vez que escuché hablar del crowdfunding científico, gracias a la iniciativa conocida como SciFund Challenge (http://scifundchallenge.org) el año pasado, lo primero que pensé fue: “A ver si saco algo de dinero para mi proyecto”. Y esta es la impresión que tienen muchas personas sobre el crowdfunding aplicado a la ciencia. Sin embargo, cuanto más experimentaba en mis propias carnes esta iniciativa más me daba cuenta de que recaudar dinero no podía ser el principal objetivo de una campaña de crowdfunding, al menos en lo que a proyectos de investigación se refiere. Puede que proyectos que requieran de un bajo presupuesto puedan ser parcialmente financiados de esta forma, pero para proyectos de otras disciplinas, que necesitan una inversión mayor y continuada para poder llevarse a cabo, una campaña de crowdfunding solo daría para comprar algún reactivo o aparato no demasiado caro.

 

Sin embargo, aunque no pueda utilizarse para financiar proyectos de investigación en sí, el crowdfunding es una herramienta muy útil para la divulgación científica. Y la principal razón es que incluye un aspecto relativamente nuevo en este campo: el involucrar al público general en los propios proyectos de investigación. Las personas que participan financiando un proyecto de investigación a través de crowdfunding se convierten en parte de ese proyecto y además reciben recompensas a cambio de su participación. El sistema de crowdfunding no es un simple sistema de donaciones, sino que se basa en un sistema de intercambio donde el público podrá elegir el proyecto que más les gusta, el que mejor entiendan, el que les parezca más interesante o el que les ofrezca unas recompensas más atractivas, para participar en él con su dinero.

 

Y es que llevar a cabo con éxito un proyecto de crowdfunding no es fácil. Lo primero es tener en cuenta que le tienes que dedicar tiempo. Si quieres que la gente vea tu proyecto atractivo, tienes que hacerlo entendible y cercano, y dejar claro en qué vas a utilizar el dinero recaudado. En general, hacer un video ayuda a que la gente entienda el proyecto. Pero tiene que ser un video explicativo, corto y concreto. Además, tienes que pensar en qué recompensas puedes dar, que estén relacionadas con tu proyecto y que sean interesantes para la gente que esté dispuesta a participar en el crowdfunding aportando su dinero. Sin embargo, la cosa no termina ahí. Estás involucrando a la gente en tu proyecto y necesitas que exista una interacción continua entre el público y tú como científico. No sirve poner tu proyecto con un video estupendo en una de las plataformas de crowdfunding que hay. Tienes que llevar tu proyecto a la gente. Tienes que darle publicidad. Hacer “marketing científico”. Pasar la información por las redes sociales y a medios de comunicación para darle más difusión. Porque cuanta más gente conozca tu proyecto, habrá más posibilidades de que tu proyecto llegue a las personas que puedan estar interesadas en participar. Y eso lleva tiempo y esfuerzo. Además, el que tu proyecto no esté aislado, sino que forme parte de algo más grande que contenga más proyectos aumenta las posibilidades de llegar a más personas, y que estas personas puedan realmente elegir.

 

Analizando las diferentes iniciativas de crowdfunding científico que ha habido podemos ver que los proyectos que suelen tener más éxito, son aquellos cuyo científico responsable les ha dedicado tiempo y mimo, haciendo que hayan tenido difusión en medios de comunicación y en las redes sociales, con un video explicativo claro y entendible, unas recompensas pensadas para la gente y un objetivo financiero realista y en general relativamente bajo. Así, teniendo en cuenta estas características, queda claro que el crowdfunding no es tanto una herramienta de financiación de la investigación sino de divulgación científica.