Desalinización de agua de mar a través de membranas cerámicas
Agencia ID/DICYT El recurso más preciado del mundo es también de los más estudiados por el sector científico. En México, los investigadores han manifestado constantemente su preocupación por esa situación y, sobre todo para proponer soluciones que ayuden a optimizar el abasto y manejo sustentable del vital líquido en diferentes regiones.
Las soluciones propuestas por diversas universidades e instituciones del país van desde un manejo responsable del recurso, la optimización de los esquemas tarifarios, el reciclaje del líquido, hasta la forma de aprovechar el agua salada, la cuál representa el 97 por ciento del total del recurso existente en el planeta.
Conscientes de la importancia de aprovechar el agua salada, científicos de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), desarrollan un nuevo proceso de desalinización de agua de mar que se basaría en el uso de membranas cerámicas modificadas, utilizadas para eliminar el Sodio (Na), Potasio (K), Magnesio (Mg), Calcio (Ca) y cloruros que se encuentran presentes en el recurso proveniente de los océanos, y lo cual permitiría generar un líquido óptimo capaz de ser utilizado en el uso doméstico, riego agrícola y, sobre todo, el consumo humano.
“El trabajo que estamos desarrollando consiste en tres etapas principales, la primera realizar un muestreo y someter el recurso a un análisis físico-químico y microbiológico, con el objetivo de conocer las características particulares de la zona donde se tomaría el recurso para ser tratado con nuestro proceso de desalinización.
Posteriormente, implementaremos un sistema de reactor a membrana, basado en materiales cerámicos modificados a fin de optimizar la remoción de las sales y minerales; y en la última etapa realizaremos un análisis comparativo entre la metodología tradicional (ósmosis inversa) y el proceso que estamos desarrollando, además de elaborar un estudio de factibilidad económica”, señaló el investigador Víctor Pérez Moreno, responsable del proyecto.
El experto de la Facultad de Química de la UAQ detalló que la primera etapa ha sido concluida y durante ella se obtuvieron datos georeferenciados de la zona de muestreo. “Fuimos directamente a un punto en la playa y con un sistema GPS determinamos las coordenadas exactas del punto de muestreo, el cual se sitúo en Playa Blanca, Guerrero con una extensión de 80 kilómetros (desde Troncones hasta El Calvario). Este proceso se realizó durante un año con intervalos de dos meses, a fin de determinar qué tanto cambian las características físicas, químicas y microbiológicas del agua durante la estacionalidad del año”, explicó.
De esta etapa, añadió, pudimos concluir que la calidad del agua en la zona muestreada cumple con los estándares de calidad para obtener agua potable, ya que no contienen coliformes totales ni fecales, que están relacionados con problemas de salud. De igual manera las características físico-químicas y microbiológicas del agua no cambian significativamente con la estacionalidad del año ni en los 80 kilómetros de extensión de la zona de muestra.
Proceso de desalinización
Una vez identificada la zona de donde se obtendrá el agua de mar, el investigador explicó que el proceso desalinización por medio de membranas cerámicas inorgánicas modificadas. “Las membranas ya traen una capa activa y nosotros pensamos modificarla con algunos metales como rutenio (Ru) y platino (Pt) con la finalidad de que la membrana se comporte de manera selectiva durante los intercambios iónicos que ocurren cuando el líquido tratado es pasado a través de la membrana, y así se optimice la retención de los metales y sales a remover del agua de mar”.
El experto detalló que el proceso de remoción opera a través de un reactor a membrana, el flujo se hace pasar por el porta-membranas con una bomba, y en el interior de las mismas se llevan acabo una serie de intercambios iónicos entre los metales seleccionados para modificar las membranas y los materiales a remover. Por un lado saldría el agua menos salada y por otro la más concentrada (el agua no se purifica al cien por ciento en un solo proceso y sería necesario someter el líquido a diversos ciclos para disminuir de manera sustancial las sales).
“El proceso opera como una especie de filtro de café, con la diferencia de que nuestro material es capaz de actuar selectivamente y retener las sales que deseamos remover”, enfatizó.
Esta etapa, dijo, está aún en proceso y con ella determinaran qué porcentaje de desalinización se alcanza, y a partir de esos resultados y los que obtengamos de la tercera etapa -la comparación con los métodos tradicionales (osmosis inversa), y el estudio de factibilidad económica-, determinar si nuestro proceso podría ser aplicado de manera exclusiva o complementario a otro tratamiento, ya sea previo, intermedio o posterior a la ósmosis inversa.
Finalmente, el doctor Pérez Moreno adelantó que una posible aplicación de este proceso sería la construcción de una red de suministro de agua en regiones cercanas a los océanos y la cual sería abastecida por el agua de mar, que en el mismo trayecto hacia pequeñas comunidades o campos agrícolas sería tratada a través de las membranas para que al llegar a su destino se encuentre en condiciones óptimas para su utilización.