#DiarioDelDolmen: Carta de I帽igo, viviendo la excavaci贸n desde la distancia
Todos los que se dedican a este loco mundo de la Arqueología y la Prehistoria entenderán lo que decimos cuando os contamos que sentimos una tremenda alegría cuando nos enteramos de los nuevos hallazgos. Sabemos de primera mano el esfuerzo que gastáis, las horas de frío y de calor, las fatigas y los dolores de piernas, espalda y brazos después de una jornada de trabajo. Y esa alegría por vosotros, porque os lo merecéis, es también orgullo. Orgullo de un trabajo perfecto (sois los mejores) sin descanso y sin tregua (bueno, este año hay un día de descanso ;-), pero también es tristeza. Tristeza por no estar allí, por no poder compartir con vosotros conversaciones, bromas, almuerzos, historias, la excavación… la vida en definitiva.
Es justamente esta vida, la de cada uno, la que nos ha llevado a muchos por caminos distintos, a buscar diferentes trabajos, alejados de la Arqueología o de Arcadia en Valladolid, pero todos y cada uno de nosotros estamos con vosotros en el dolmen. Todos, vosotros y nosotros, tenemos la gran satisfacción de que, a pesar del tiempo y la distancia, somos “el equipo de Manolo”. Ya lo sabéis, lo que sentimos ahora es como estar lejos de la familia, de esta otra gran familia que es Arcadia, que disfruta junta excavando y conviviendo, pero que lo hace también con las alegrías compartidas de la vida cotidiana y con las preocupaciones recíprocas como en esta época del coronavirus.
Precisamente, este sentimiento de pertenencia, de familia, de grupo, tal vez sea lo que nos hizo humanos y “monumentales”, quizás sea lo que esté detrás de las personas depositadas en El Pendón, detrás de cada ajuar, de cada esqueleto que en su día tuvo un nombre y ahora, y hace milenios, se convirtió en un antepasado, justamente, para vertebrar y unir el grupo.
Todo esto os lo contamos en este blog para vosotros y para toda la gente que lo sigue, para que sepan todo lo que significa una excavación y un grupo de amigos, y que conozcan como desde la distancia se valora aún más la absoluta trascendencia e importancia de este dolmen burgalés que estáis excavando y rescatando. Pero sobre todo para que sepan y sepáis que os echamos de menos, que nos gustaría estar allí con vosotros y que tenéis todo nuestro ánimo, nuestro recuerdo y nuestra alegría.
Íñigo García Martínez de Lagrán