Diseñado un método reducir el uso de herbicidas en el cultivo de la remolacha en un 30%
Beatriz G. Amandi/DICYT La Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera (Aimcra) está a punto de presentar un estudio que muestra el modo de reducir en un tercio el empleo de herbicida en los cultivos. Se trata de una investigación que permitirá un nuevo recorte en el empleo de estos agentes químicos, que se añade a una reducción anterior del casi 50 por ciento lograda en los últimos doce años de trabajo.
Aimcra también ha conseguido, a través de sus investigaciones, reducir en un tercio el agua empleada por los agricultores para conseguir una tonelada de azúcar, y mantiene una web que renuevan semanalmente en la que van indicando a sus socios el nivel de agua que los cultivos requieren en cada momento.
Los estudios que se realizan en la asociación abarcan todos los aspectos del cultivo de la remolacha y tienen como objetivo rentabilizar al máximo las producciones. Para ello, realizan continuamente ensayos de variedades de este cultivo. Estos ensayos se realizan con 150 ó 160 variedades distintas que son facilitadas por los propios agricultores y, en ocasiones, por la Administración, para comprobar su viabilidad. Tras tres años de análisis, se realizan unas recomendaciones que no incluyen más de 15 variedades y que son las que, según explicó a DICYT, el director de Aimcra, José Antonio Esteban Baselga, “mejores resultados pueden dar en cada tipo de clima”.
Estos amplios análisis que se realizan incluyen la tolerancia a enfermedades propias de la especie que se dan con frecuencia como son la rizoctonia (la podredumbre total de la planta) y la rizomania (enfermedad provocada por un virus y transmitida por el hongo Polimyxa betae).
Asimismo, Aimcra mantiene estudios continuos sobre diferentes problemas de malas hierbas, lo que les permite disponer de programas de consejo a los agricultores sobre los modos y casos más adecuados para emplear los herbicidas, teniendo en cuenta el impacto ambiental y los resultados.
En este sentido, mientras que han conseguido reducir el uso de herbicidas, desde Aimcra se recomienda el incremento del uso de fungicidas (productos utilizados para proteger las hojas), puesto que se ha comprobado que así se mejora la calidad del producto.
Según indica José Antonio Esteban, “como consecuencia de estos avances se han conseguido doblar la producción de azúcar por hectárea en los últimos doce años y también por ello, se ha reducido el empleo de imputs”.
El nitrógeno, básico en el crecimiento de la remolacha
Otro de los aspectos en los que han realizado numerosos esfuerzos los investigadores de Aimcra es en la reducción de los abonos en los cultivos. Según señala el director del centro de investigación, “existe la creencia de que cuanto más se abona, más produce la tierra” y, sin embargo, los estudios realizados han ido demostrando que con dosis adecuadas de fertilizantes el crecimiento es el adecuado, se gastan menos recursos y se mejora el medio ambiente.
Para conseguir hallar las cantidades necesarias, Aimcra analiza los suelos, interpreta los resultados de los análisis y realiza las recomendaciones correspondientes para cada uno de ellos. Se presta especial atención a los resultados referentes a fósforo, potasio y, especialmente, al nitrógeno. Éste último es un elemento básico para la evolución de la planta, que necesita de grandes aportes para su crecimiento. Sin embargo, se trata de un componente que no se sujeta bien al suelo y que en cuanto se dan determinados fenómenos atmosféricos, como la lluvia, se ve barrido o lavado, lo que puede hacer que se contaminen otras superficies o capas freáticas, por lo que es muy importante realizar bien el abonado de esta sustancia.
En este sentido, Aimcra recomienda realizar un análisis del suelo antes de comenzar el abonado de la remolacha. Para ello se dan consejos a los agricultores, como la toma de muestras para el análisis, que debe ser de alrededor de 500 gramos, tomados de la capa arable de la tierra (hasta los 30 centímetros de profundidad) y procurando que sea representativa de la parcela, para lo que se aconseja realizar un mínimo de diez picadas para completar la muestra.
Con sede en Valladolid y mayoría regional | |
Se trata de una asociación en la que están representados todos los agentes que intervienen en la elaboración y comercialización de la remolacha azucarera en España, desde los agricultores, a la industria química y de semillas, la industria genética, agroquímica, de fertilizantes, empresas que lo comercializan y administraciones públicas. En total, agrupa en España a 17.000 agricultores, y en Castilla y León a 12.500 y se mantiene de su propia actividad, así como también de las cuotas de los socios. Desde que se creo en el año 1966, el reparto de poder de decisión en su seno interno es equitativo, el 50% pertenece a los agricultores y el 50% a la industria azucarera. Su primera sede estuvo en Zaragoza, pero tras incorporarse una masa importante de agricultores en Castilla y León, se trasladó la sede a Valladolid en el año 1980. Aimcra investiga para todos ellos, pese a que se trata de modos distintos de cultivo, puesto que mientras que en Castilla y León y la zona centro, los cultivos son 100% de riego, se siembran en primavera y se recoge en otoño; en las tierras del sur, sin embargo, se siembra en otoño y los cultivos son un 70% de riego y un 30% de secano. En la zona centro del país se cultivan algo más de 60.000 hectáreas, 55.000 de ellas en Castilla y León; mientras que en el Sur las cifras ascienden a 40.000 hectáreas. El centro de investigación realiza unas recomendaciones cada nueva temporada, con las que se creen que pueden ser las mejores prácticas en ese momento, que hacen llegar a sus socios a través de una publicación periódica o a través de su web. Según el director gerente, un nuevo agricultor que nunca ha trabajado con remolacha, puede llegar a conseguir una buena cosecha tan sólo siguiendo las instrucciones que publican periódicamente. |