Salud España , León, Miércoles, 26 de mayo de 2010 a las 14:18
DÍA MUNDIAL DE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Dos nuevos fármacos dirigidos a los linfocitos intentarán mejorar el tratamiento de la esclerosis múltiple

El jefe del servicio de Neurología del Hospital de Basurto explica en León los avances en esta enfermedad neurodegenerativa

Antonio Martín/DICYT Dos nuevos medicamentos llegan al repertorio médico para tratar la esclerosis múltiple, una enfermedad neurodegenerativa que provoca pérdida de movilidad al principio de la adultez. Los fármacos, están en fase de evaluación por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (conocida por sus siglas en inglés, FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos y se espera su comercialización "a finales de 2010 o principios de 2011", afirma el jefe del servicio de Neurología del Hospital de Basurto (Bilbao), Alfredo Rodríguez-Antigüedad, que acudió hoy a los actos conmemorativos del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple organizados por la Aldem (Asociación Leonesa de Esclerosis Múltiple). Estos medicamentos, junto a otros avances científicos pueden permitir "un futuro muy diferente al que se pensaba hace 25 años", aventura el especialista.

 

Los nuevos fármacos se denominan cladribina y fingolimol y la primera novedad que aportan es su administración. "Los tratamientos tradicionales desde hace 15 años se realizan por inyección, vía subcutánea, o por infusiones en los centros de día", explica a DiCYT el doctor Fernández-Antigüedad. Los dos tienen en común que se centran en el control de los linfocitos T (células responsables de coordinar la respuesta inmune ante una agresión exterior) para evitar el daño en el organismo. En la esclerosis múltiple, "los linfocitos T, en vez de defendernos de tumores y otras agresiones, empiezan a atacar a partes del propio organismo", explica el experto.

 

En el caso de la cladribina, el fármaco es de carácter inmunosupresor, al focalizar su diana en los linfocitos T protagonistas del daños cerebral y en la médula, característicos de esta enfermedad. El fingolimod, por su parte, impide que los linfocitos T salgan de los ganglios linfáticos. Estas estructuras funcionan como "cuarteles generales" en todo el sistema linfático y el fármaco obliga a que estas células defensivas, que forman parte de los leucocitos o glóbulos blancos, permanezcan acantonadas. Por este motivo, al modificar el comportamiento, en vez de inmunosupresor como el primero, este medicamento tiene propiedades inmunomoduladoras. En los dos casos, Fernández-Antigüedad advierte que "no se han descrito efectos indeseables en el sistema inmune hasta la fecha", por lo que a pesar de centrarse en la muralla defensiva del organismo, los medicamentos parecen no dañarla con su acción.

 

Fernández-Antigüedad recuerda que "toda la investigación actual está dirigida a la respuesta inmune, por ser el capítulo afectado en la esclerosis múltiple". En la actualidad, otras líneas de investigación tratan de obtener nuevos medicamentos para reducir los efectos de la paralizante esclerosis múltiple. La investigación clínica trata de obtener nuevos inmunosupresores, inmunomoduladores y "misiles para bloquear los mecanismos que conducen a la inflamación característica de la enfermedad", a partir de anticuerpos monoclonales.

 

Investigación en España

 

El experto, que es vocal del Área Científica de la Sociedad Española de Neurología y uno de los neurólogos de referencia en esclerosis múltiple en el país, afirmó que la situación de la investigación en este campo en España "es francamente buena". Fernández-Antigüedad destacó los grupos de científicos que trabajan en hospitales de Cataluña (Vall d'Hebron y Clínic de Barcelona), Andalucía y Madrid (Clínico). "La actividad, con el Vall d'Hebron como punta de lanza, es bastante potente y se ha experimentado un cambio para mejor en los últimos 20 años", expresó. En Castilla y León destacó el papel de investigadores de León, Valladolid y Salamanca. De forma particular, el grupo de Fernández-Antigüedad trabaja actualmente en estudios clínicos de fase 3 con fingomilod; laquinimod, otro inmunomodulador; y cladribina asociado a interferón, el medicamento convencional usado en esclerosis múltiple. El Hospital de Basurto, además, colabora con la Red de Farmacogenética y el Departamento de Neurociencias de la Universidad del País Vasco (UPV), encabezado por Carlos Matute.

 

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa que causa daños desde los 28-30 años, cuando comienzan los proyectos vitales de calado de un ser humano, y dura hasta su fallecimiento, porque en pocos casos causa mortalidad. En estos momentos, no existe curación y los tratamientos van encaminados a reducir sus efectos paralizantes. El jefe de Neurología del Hospital de Basurto confía en que no sea "insensato pensar en darle la vuelta a la enfermedad, como ha ocurrido con el sida". Entre 80 y 100 individuos de cada 100.000 padecen esclerosis múltiple en España, una enfermedad que se ceba en el sector femenino, donde ocurren dos casos por cada uno de entre el sector masculino. La esclerosis múltiple afecta fundamentalmente a la movilidad de los afectados, "porque el cerebro no manda las órdenes adecuadas", explica el experto. A la hora de identificarla, hay que tener en cuenta que la esclerosis múltiple empieza por episodios puntuales (síntomas, por ejemplo, parecidos a que se duerma un pie) y por rasgos como la fatiga inesperada.