“El cambio climático está afectando a los ciclos biológicos de las mariposas”
MMG /DICYT El fotógrafo y entomólogo Juan Carlos Vicente pronunciará hoy dentro del ciclo Los Viernes Ecológicos, en Ávila, una charla sobre las mariposas diurnas en Castilla y León, una Comunidad en la que, de momento, existen un total de 187 especies catalogadas y de los biotopos y lugares donde estas viven. Vicente considera a las mariposas como “un tesoro que hay que preservar”, ya que desde su punto de vista “muchas de ellas son especies muy raras y escasas, que no gozan quizás de ninguna protección”. Y eso a pesar de que cómo él mismo asegura, al ser éstas parte integrante de nuestro patrimonio natural “sería necesario conservarlas para que las conozcan generaciones futuras”.
En este sentido, además de tener que hacer frente al hombre como principal "predador" de las mismas, las mariposas se enfrentan hoy en día a los estragos que en la naturaleza causa el cambio climático. “Todavía queda mucho por conocer en este sentido”, asegura el entomólogo, “pero una subida de temperaturas lenta pero constante, y quizás la ausencia prolongada de falta de lluvias afecta negativamente a los ciclos biológicos de las mariposas, ya que se adelantan los vuelos de las mismas”. Además, según asegura Vicente “las orugas necesitan de sus plantas nutricias para sobrevivir, y la desaparición de las plantas conlleva la desaparición de las mariposas que viven de ellas. Las especies que necesitan cierta humedad y viven en lugares serranos o frescos pueden verse desplazadas o desaparecer”.
Por todo ello, Vicente considera que estos animales deberían estar dotados de una protección especial. “Algunas especies son muy escasas y localizadas y si sufren cualquier desaguisado de los que se hacen por el monte, corren riesgo de desaparecer”, se lamenta. De hecho, asegura que para especies como la Erebia zapateri cuyo hábitat se reduce a un diminuto pinar ubicado en la provincia castellanoleonesa de Segovia, un incendio en ese lugar tendría catastróficas consecuencias”. “Nosotros”, continúa”, “hemos propuesto que se declare una micro reserva para estas mariposas, a fin de proteger la Erebia zapateri, y a una gran cantidad de especies que habitan en este interesante espacio”.
Además, hay que tener en cuenta que las mariposas, como asegura este entomólogo, “son parte integrante de la diversidad biológica de nuestro planeta y por tanto, son integrantes de la cadena trófica esencial para el equilibro natural. Según él, “cumplen una función importante como bioindicadores de la salud ambiental de los ecosistemas, al ser seres vivos muy sensibles a la alteración del medio”. De hecho, su presencia, así como su ausencia nos sirve para evaluar el estado de conservación de un espacio natural.
Dentro de Castilla y León, una de las más mariposas más abundantes es, según Vicente, la blanquita de la col (Pieris rapae) y también la colias común (Colias Crocea). “Son muy habituales por toda la Comunidad, incluida la provincia de Ávila”. Y dentro de las más raras se encuentra, por ejemplo, la erebia de montaña (Erebia neóridas) de la que se sólo han visto dos o tres ejemplares en los Picos de Europa, en León, o la Mariposa tigre, especie migradora de climas cálidos que habita solo en las costas mediterráneas y portuguesas y que apareció en junio del pasado año en el Valle del Tiétar. “Su presencia en nuestra región es todo un interrogante”, medita en voz alta.