Salud España , España, Lunes, 29 de noviembre de 2010 a las 17:21

El cloro de las piscinas cubiertas puede provocar daños en el ADN y problemas respiratorios

Un total de 49 nadadores presentó efectos genotóxicos tras nadar 40 minutos en una piscina tratada con cloro

CIBERESP/DICYT Un estudio coordinado por investigadores del CREAL (Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental) y el IMIM-Hospital del Mar de Barcelona, que ha contado con ayuda del CIBERESP, ha analizado los efectos de los subproductos de la desinfección (DBP) de las piscinas tratadas con cloro y con bromo y su capacidad para provocar mutaciones permanentes en el ADN. En las cubetas con aguas cloradas también se analizaron los efectos respiratorios. El trabajo se ha publicado en la revista Environmental Health Perspectives.

 

Después de nadar durante 40 minutos en una piscina tratada con cloro, 49 nadadores presentaron efectos genotóxicos Los biomarcadores que aumentaron fueron dos: los micronúcleos en sangre, un biomarcador que indica daños en el ADN y que se considera indicador de riesgo de cáncer en individuos sanos; y el de la mutagenicidad urinaria.

 
Los subproductos de la desinfección (DBP) se producen a partir de la reacción entre el cloro y los diferentes tipos de materia orgánica presentes en las piscinas (pelo, sudor, restos de piel, orina). Aunque se han identificado más de 100 DBP, algunos no descritos antes en agua de piscina o agua potable clorada, los autores del estudio remarcan que una buena desinfección es suficiente para reducir los riesgos. En este sentido, aconsejan aplicar rigurosamente las medidas higiénicas habituales: ducharse antes del baño, uso del gorro, no orinar en la piscina y realizar un correcto mantenimiento.

 

Además también se midieron los niveles de subproductos de desinfección exhalados más comunes, trihalometanos, en el aire circundante y en el aire exhalado por los sujetos y se ha publicado en un artículo aparte. Se encontró un cambio en un biomarcador, el de la proteína CC16 en suero, que puede indicar un aumento de la permeabilidad del epitelio pulmonar. Según la investigadora Cristina Villanueva, “este aumento en la proteína CC16 se ha detectado previamente en un estudio en Bélgica y se puede explicar por los efectos del propio ejercicio, así como la exposición a los DBP. Se necesita investigación adicional para clarificar la relevancia clínica de este cambio agudo y especialmente en su importancia en el asma”.

 

El co-director del CREAL, Manolis Kogevinas, señala que el estudio se ha realizado con exposiciones de corta duración y que ahora se hace necesario investigar un número superior de participantes, con exposiciones de larga duración, así como en piscinas bajo diversas condiciones de mantenimiento.

 

Este trabajo ha sido financiado por las organizaciones españolas Plan Nacional y Fondo de Investigación Sanitaria (Instituto de Salud Carlos III) y por la U.S. Environmental Protection Agency. Asimismo, también ha contado con la participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del Hospital Clínic de Barcelona y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) junto con científicos de EUA, Alemania y Holanda.