Ciencias Sociales España , Valladolid, Viernes, 11 de septiembre de 2009 a las 14:47

“El conocimiento en el área de humanidades es tan necesario como en otros campos científicos”

María Isabel del Val, directora del Instituto Universitario de Historia Simancas, considera que hay que potenciar la conciencia social al respecto

CGP/OEI-AECID/DICYT La Universidad de Valladolid cuenta con una prestigiosa licenciatura en Historia, y desde hace más de 20 años dispone además de un Instituto de estudios históricos denominado Simancas, como el ilustre archivo de la localidad cercana a la ciudad. El centro realiza una importante labor de investigación en cinco áreas históricas: medieval, contemporánea, social, económica y de la ciencia, con el objetivo de aportar un conocimiento necesario a la sociedad. Maria Isabel del Val, directora del Instituto, aborda en esta entrevista la situación de las humanidades respecto a otras ciencias y reconoce las dificultades profesionales por cuestiones de género, una tendencia que afortunadamente está cambiando.


P: ¿A qué dedica su labor el Instituto Universitario de Historia Simancas?
R: El Instituto se dedica a la investigación en el área de la historia y tiene un amplio ámbito temporal, ya que abarca desde la Edad Media hasta el periodo Contemporáneo, aunque también contamos con miembros de otras áreas como la Prehistoria. Nos dedicamos a la historia social, la historia económica y la de la ciencia. Es un Instituto que tiene más de 20 años y fomenta la investigación en el campo de la historia, con proyectos, becarios y profesores adscritos, la mayor parte de la Universidad de Valladolid y excepcionalmente de fuera. Además, tiene la peculiaridad de contar archiveros, pues las dos grandes fuentes de información que se utilizan son la arqueología y la documentación. Estamos muy orgullosos de esta diversidad de miembros. El Instituto organiza seminarios y congresos de carácter científico, cursos y cuenta con una cátedra de Estudios Hispánicos. Al ser un instituto universitario, ha tenido estudios de doctorado y ahora que se han extinguido imparte un master que se titula Europa y el Mundo Atlántico. Es interuniversitario e internacional, puesto que participa otra universidad española, la del País Vasco, y las universidades de Nantes, Verona y L’Ehess (París), y da acceso a un doctorado con mención de calidad.

 

P: ¿Cómo se forjó un Instituto de investigación de estas características en la Universidad de Valladolid?
R: Cuando se pusieron en marcha los institutos universitarios hace más de 20 años, cuatro profesores de Filosofía y Letras y de Económicas, entre ellos yo, consideramos que siendo Valladolid un centro de referencia para los estudios históricos y teniendo además una licenciatura de prestigio en el campo de la historia, sería bueno que contara con un instituto propio. Comenzamos su la gestación contando con el apoyo del rectorado de la universidad en todo momento, y después de mucha burocracia constituimos el instituto, que echó a andar hasta hoy.

 

P: ¿Cuál es el método científico que sigue la investigación histórica?
R:Se sigue el método científico histórico, que no se puede explicar con unas pocas palabras. Los historiadores intentamos acercarnos al pasado a partir de los restos documentales, que pueden ser arqueológicos, iconográficos, documentales e incluso fuentes orales en el caso de la historia más reciente. Con todo esto, aplicando un método contrastado, se analiza la información y se plantean las preguntas oportunas. Hay hipótesis de partida como en todas las ciencias, que se contrastan con los registros de información, luego se elabora una síntesis y una propuesta de interpretación que es discutida y contrastada. El trabajo del historiador supone un conocimiento de la bibliografía, de los registros de información. Hay historiadores que utilizan fundamentalmente el registro arqueológico, otros que usan exclusivamente el registro de fuentes escritas y hay otro tipo de fuentes complementarias, iconográficas, etnográficas. Se trata de estudiar esas fuentes a partir de unos planteamientos previos, obtener información y elaborar una síntesis.

 

P: Estamos acostumbrados a que la investigación se realice en campos científicos tradicionales. ¿Le ha costado a las humanidades abrirse un hueco en este mundo?¿tiene que pujar por financiación con otros campos?
R: La historia es una investigación que tiene sus particularidades y es diferente a otras. No exige grandes instalaciones como otros campos científicos, exige en ocasiones esfuerzo económico fundamentalmente en bibliotecas, medios técnicos relacionados con las tecnologías de la información, ordenadores, conexiones a internet, bases de datos, y gastos de desplazamiento. Si uno trabaja con un registro biológico tiene que hacer una excavación, lo que supone un enorme esfuerzo económico que es financiado habitualmente por entes públicos. Pero cuando uno necesita desplazarse a un archivo, vivir en la localidad que sea y esto por mucho tiempo, en el propio país e incluso fuera, son gastos que hay que afrontar y sí encontramos financiación a través de contratos, proyectos de investigación o convenios. Luchamos como todos los campos científicos por conseguir esa financiación y lo vamos logrando.

 

P: ¿Está denostada la investigación histórica o en humanidades respecto a otro tipo de ciencias clásicas?
R: No lo creo, la sociedad cada vez es más consciente de que las humanidades o el conocimiento de cualquiera de las ciencias que se agrupan en humanidades, es tan necesario como otros conocimientos. Cada uno tiene el valor en su campo. Una sociedad sin humanidades sería una sociedad cercenada, por lo tanto se necesitan y están presentes, quizá lo que hace falta es potenciar la conciencia social al respecto.

 

P: A nivel personal, ¿en qué momento de su vida decidió dedicarse a la investigación?
R: A lo largo de mis estudios universitarios. Estudié Filosofía y Letras, que es como se llamaba entonces, en la rama de historia. Por lo tanto, estudiábamos tanto geografía, como historia o historia del arte, y al hilo de esos estudios, como esta facultad siempre ha tenido muy buenos profesores y ha sido un buen puntal de referencia, me fue interesando la investigación. Decidí culminar los estudios con la elaboración de un trabajo de investigación y luego hacer la tesis doctoral, a partir de ahí cada vez me fue gustando más, y hasta ahora.

 

P: ¿Qué le aporta a su persona esta labor?
R: Es un trabajo muy satisfactorio, no se si una realización personal, puesto que ésta tiene muchísimas facetas, pero para mi siempre ha sido muy gratificante tanto desde el punto de vista de mi propia labor de investigación como lo que es la formación de investigadores, en los grados de licenciatura y en doctorado. Dirigir tesis doctorales es iniciar realmente en la investigación, ver cómo van avanzando los estudiantes en su trabajo produce muchas satisfacciones a nivel profesional.

 

P: ¿Ha encontrado alguna dificultad en su carrera por cuestiones de género?¿Cree que existe el llamado ‘techo de cristal’?
R: Si, desde luego. Siempre ha habido una tendencia social a considerar que son los varones quienes están en el primer plano, y todas las mujeres, conscientes o no, hemos tenido importantes dificultades de partida. Es lo que viene de la coaptación, algo que hacen de manera inconsciente tanto varones como muchas mujeres, cuando hay que elegir a alguien para un puesto pensar siempre en un varón. En las redes de relación que se establecen priman a los varones, aunque ahora esto afortunadamente se está rompiendo. Las que estamos en cargos hemos tenido la suerte de que esto no nos ha frenado, aunque creo que funciona de manera inconsciente y que hay que hacerlo consciente para luchar contra ello y evitarlo, que me parece que es el camino que está siguiendo ahora mismo la sociedad y por eso las cosas están empezando a cambiar.

 

P: ¿Qué planes de futuro tiene el centro?¿en qué ámbitos se va a trabajar?
R: Por supuesto en mantener y reforzar lo que tenemos, la investigación en el campo de la historia, en potenciar las relaciones científicas de historiadores con iberoamérica y en animar a los jóvenes a investigar. Junto a eso, intentar salir a la sociedad y mostrar la importancia de la investigación en el campo de la historia, revalorizar lo que esto significa, no solo el conocimiento del pasado, sino contar con una formación importante en el campo de las humanidades y concretamente en el campo de la historia.