Medio Ambiente Panamá , Panamá, Mi茅rcoles, 06 de mayo de 2020 a las 08:40

El desarrollo costero es tan negativo para los arrecifes de coral a largo plazo como un derrame de petr贸leo

Analizan durante tres d茅cadas las consecuencias de un accidente en una refiner铆a y lo comparan con la degradaci贸n de una 谩rea afectada por el desarrollo costero y la deforestaci贸n

STRI/DICYT En 1986, los hábitats cercanos a la costa de Bahía Las Minas, en el Caribe central de Panamá, sufrieron contaminaron severa tras un accidente en una refinería. Durante los siguientes cinco años, hubo una disminución significativa en la cantidad y diversidad de corales. Treinta años después, investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) e instituciones colaboradoras informan sobre los cambios a largo plazo del derrame de petróleo en las comunidades de coral. Sus hallazgos fueron publicados en la revista Marine Biodiversity.

 

Se sabe que la contaminación por hidrocarburos causa respuestas letales y subletales en las comunidades de coral a corto plazo, pero sus efectos a largo plazo no se han estudiado ampliamente. El derrame de petróleo de Bahía Las Minas, que contaminó unos 40 kilómetros cuadrados cerca del Laboratorio Marino del Smithsonian en Punta Galeta, en Colón, ha sido el más grande registrado en habitats costeros en Panamá. Esto permitió estudiar cómo los arrecifes de coral en los ecosistemas tropicales se recuperan de la contaminación aguda a través del tiempo.

 

"El monitoreo de estos arrecifes de coral fue complejo, agotador e intenso debido a la gran escala del proyecto", comentó Héctor M. Guzmán, ecólogo marino de STRI. "Originalmente, comparamos el área de la refinería contaminada con sistemas de arrecifes no contaminados a unos 50 kilómetros al este, entre Portobelo e Isla Grande".

 

Después de los primeros cinco años, el equipo descubrió que la abundancia y diversidad de la mayoría de los corales duros (Scleractinia), algunos corales ramificados y masivos, y los corales de fuego (Millepora) habían disminuido en el área afectada. Otros organismos, como las algas coralinas crustosas, un tipo de algas pedregosas incrustantes que crece en los espacios entre los arrecifes de coral, y Agaricia tenuifolia, un coral duro del tipo lechuga, habían aumentado.

 

"Los residuos de petróleo en la superficie del sedimento se degradaron rápidamente a través de los procesos naturales de meteorización", comentó Stefanie Kaiser, bióloga marina. "Sin embargo, una gran cantidad de petróleo quedó atrapada en capas más profundas, donde estos procesos de meteorización se ven obstaculizados. Los efectos crónicos de esta filtración recurrente de petróleo de los sedimentos pudieron haber sido mucho peores para las comunidades de coral afectadas que los efectos agudos del derrame".

 

Un fenómeno similar ocurrió después del derrame de petróleo de Deepwater Horizon en el Golfo de México en abril del 2010, el más grande en la historia de los Estados Unidos. Diez años después, se siguen encontrando altos niveles de contaminación por petróleo en organismos que habitan el fondo marino. Sin embargo, a medida que las corrientes marinas agitan estos sedimentos contaminados, también contaminan a las especies que viven en aguas menos profundas.

 

Treinta años después del derrame en Bahía Las Minas, no se encontraron diferencias significativas entre el área cercana a la refinería de petróleo y el área que el equipo originalmente utilizó para la comparación. Desde mediados de la década de 1990, esta área se vio afectada por el desarrollo costero y la deforestación. En ambas áreas, el número y la diversidad de especies había disminuido y el número de colonias juveniles era bajo. Es decir, los corales más jóvenes y los organismos asociados no eran suficientes para regenerar las comunidades de coral.

 

Las similitudes entre ambas áreas tuvieron más que ver con el deterioro sostenido de la zona costera entre Portobelo e Isla Grande que con una mejora en las condiciones de Bahía Las Minas tras el derrame de petróleo. Estos efectos estaban relacionados con el desarrollo costero y otros impactos humanos en los arrecifes, como el aumento en la temperatura del mar, las enfermedades de los corales, la sobrepesca y la contaminación, además del incremento en la sedimentación.

 

"El impacto inicial en la comunidad de arrecifes fue claro y algo predecible, una recuperación gradual y un aumento en las especies de coral más resistentes", comentó Guzmán. "Sin embargo, no esperábamos ver una respuesta similar en nuestros arrecifes de "control", donde el impacto a largo plazo del desarrollo costero fue igual o mayor que el derrame de petróleo inicial".

 

Aunque no se pudieron determinar las consecuencias a largo plazo de la contaminación por hidrocarburos en las comunidades de arrecifes, a los científicos les preocupa la forma en que otros factores externos continúan contribuyendo al deterioro de los ecosistemas marinos en áreas que solían estar sanas y obstaculizando la recuperación en áreas afectadas por la contaminación por hidrocarburos.

 

"Los arrecifes de coral a lo largo de la costa caribeña central de Panamá están prácticamente condenados por el desarrollo costero", comentó Guzmán. "Si el desarrollo no planificado continúa aumentando los arrecifes podrán sobrevivir, pero sin una recuperación sustancial".

 

Los miembros del equipo de investigación están afiliados al Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, la Universidad de Hamburgo, la Universidad de Lodz y la Universidad de Puerto Rico. Los investigadores involucrados fueron financiados por el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el Programa de Ciencias Ambientales de la Institución Smithsonian, el Servicio de Manejo de Minerales de EE. UU. Y la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Panamá (SENACYT).

 

El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, en ciudad de Panamá, Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad, capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos, y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales.