El Ibiomed de León descifra el mecanismo molecular en un modelo animal del fallo hepático fulminante
AMR/DICYT Investigadores del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) han descrifado el mecanismo molecular por el que el virus que ocasiona la enfermedad hemorrágica en conejos daña irreversiblemente el hígado de estos animales. La importancia del hallazgo radica en que esta enfermedad es utilizada como modelo animal del fallo hepático fulminante, un síndrome que afecta al ser humano y tiene una alta mortalidad. Conocer estas acciones moleculares del virus ha permitido al equipo investigador leonés iniciar una colaboración con el Centro de Investigación Médica Aplicada de Navarra para ensayar fármacos que reduzcan el daño en el hígado.
El fallo hepático fulminante es un síndrome muy grave que afecta a personas de diferentes edades consecuencia de una afección de gran parte del hígado. Provoca gran morbilidad y mortalidad. En la Europa continental, la principal causa es el efecto que ocasiona en el hígado el virus de la hepatitis, especialmente el de la hepatitis B. El síndrome tiene una baja incidencia, pero sus efectos son letales en un alto número de casos. No existe ningún tipo de terapia en la actualidad, excepto el transplante de urgencia, pero esta solución no siempre es posible. El fallo hepático fulminante se manifiesta y desarrolla en pocas semanas y, en estas condiciones, los servicios médicos no siempre disponen de un hígado suplente a mano.
A través de un trabajo previo de profesor de la Facultad de Veterinaria de León Marcelino Álvarez, se conocían detalles de la enfermedad hemorrágica del conejo, un mal que fue descubierto en 1984 y ocasiona gran mortalidad en esta especie. Esta “verdadera hepatitis vírica”, como la define Tuñón, presenta semejanzas importantes con el fallo hepático fulminante humano.
Los investigadores de la Universidad de León empezaron a asociar las consecuencias de los dos males y establecieron un modelo animal novedoso. “A nadie se le había ocurrido desarrollar un modelo utilizando agentes infecciosos víricos en animales, los utilizados hasta entonces eran modelos basados en substancias químicas o técnicas quirúrgicas”, explicó la especialista. A partir de 2003, los investigadores avanzaron en este modelo. Primero, caracterizaron a través de datos histológicos y bioquímicos la enfermedad animal y observaron que, además de ser “prácticamente igual al caso del ser humano”, cumplía todos los requisitos para ser modelo. Después demostraron la importancia del estrés oxidativo y la falta de regeneración hepática en el desarrollo de la enfermedad hemorrágica del conejo. Finalmente, descubrieron la importancia de la apoptosis o muerte celular que producía el virus en las células hepáticas del conejo.
Fisiopatología
La última investigación, publicada este mes en Veterinary Research, describe los mecanismos moleculares implicados en la fisiopatología de la enfermedad hemorrágica del conejo. Conocer cómo incide a nivel molecular el virus en las células del hígado permitirá en un futuro atacar las consecuencias de su acción a través de fármacos. La investigación, que forma parte de la tesis doctoral de Rodrigo García Lastra, calificada en el pasado mes de julio con sobresaliente cum laude, analiza los factores de transcripción y las vías de señalización celular en el desarrollo del modelo animal.
Los investigadores leoneses encontraron que el virus parece inhibir la proteína STAT3, y aunque pueden intervenir otros factores, el hecho de que la citada proteína supresora de la señal de citoquinas SOCS3 se encuentre sobreexpresada en los conejos infectados puede ser causa de su inhibición. La proteína STAT3 está implicada en la respuesta antivírica y en la supervivencia celular y una acción negativa en su actividad puede acelerar el proceso de apoptosis.
Nuevas líneas
La investigación sobre el modelo animal abre ahora la vía a ensayos para regenerar el daño producido en los hígados por estos virus. El grupo de investigadores de IBIOMED y el grupo de investigación del doctor Jesús Prieto del CIMA de Navarra -ambos forman parte del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del Instituto de Salud Carlos III- han comenzado un ensayo preclínico con un fármaco, la cardiotrofina-1, que ha producido importantes resultados en infarto de miocardio. La molécula en la que se basa el fármaco ha mejorado ya la supervivencia de los conejos con enfermedad hemorrágica. Los resultados de la investigación, prevé Tuñón, “serán públicos a lo largo de 2010”.