Alimentación España , León, Jueves, 19 de mayo de 2011 a las 15:46

El Ibiomed halla en un antioxidante propiedades para inhibir el crecimiento de células tumorales hepáticas

La investigación, realizada en colaboración con centros brasileños, abre una nueva posibilidad para el arsenal terapéutico frente al hematocarcinoma

Antonio Martín/DICYT La colaboración que el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) desarrolla con grupos de investigación brasileños ha permitido ampliar el conocimiento en torno a las propiedades de la quercetina, un antioxidante en el que el centro leonés trabaja desde hace una década. Una reciente publicación en Journal of Nutrition de este equipo científico, la Universidad Federal de Río Grande del Sur y el Hopital de Clínicas de Porto Alegre, describe nuevas propiedades del flavonoide en materia de frenar la progresión del cáncer hepático. Según la investigación, este antioxidante es capaz de bloquear la actividad del receptor de un factor de crecimiento.

 

La experimentación se realizó en modelos animales de rata, en los que se indujeron una cirrosis hepática y se estudiaron los posibles beneficios de la quercetina. "Interesaba ver si la quercetina establecía una relación con los marcadores de la cirrosis, de tal manera que se conociera si influía en la evolución posterior hacia hepatocarcinoma", explica a DiCYT el director del Ibiomed, firmante del trabajo de investigación junto a las también investigadoras María José Cuevas y María Jesús Tuñón. Los marcadores indican la situación en la que se encuentra la cirrosis y si puede dar origen a un cáncer hepático. Entre el 80 y 90% aproximadamente de los hepatocarcinomas se asienta en una cirrosis hepática previa.

 

Los científicos determinaron que este antioxidante previene la inflamación y también reduce la expresión de estos mediadores, que están involucrados en la evolución hacia el cáncer hepático. Para llegar a esta conclusión, los científicos estudiaron los cambios producidos en el receptor del factor de crecimimiento epidérmico (denominado EGFR, por sus siglas en inglés) y en los gliomas GL1 y GL2, entre otros. Para producir la cirrosis, los animales de laboratorio se sometieron a una ligadura de su conducto biliar. Tras cuatro semanas, los hígados mostraron un aumento de la expresión de los genes asociados con la progresión del cáncer. Los animales a los que se administró un tratamiento de quercetina dos semanas después de la cirrosis inducida tenían una mejor predisposición para prevenir la formación del tumor que el grupo control.

 

Nueva posibilidad para el arsenal terapéutico

 

"Hay que ser prudentes con los resultados del experimento", advierte Javier González Gallego, que considera que hay que realizar estudios posteriores para conocer todas las posibilidades que ofrece el flavonoide. "En todo caso, el antioxidante es un potencial candidato para formar parte del enorme arsenal terapéutico en el tratamiento del hepatocarcinoma asociado a otras moléculas". Uno de los motivos de la proliferación de células tumorales en el cáncer de hígado es el aumento de la expresión de facotres como el EGFR. Los antioxiditantes poseen capacidades antiproliferativas conocidas desde hace años, y uno de los más abundantes en la dieta es la quercetina. Este y otros flavonoides son capaces de inhibir esta proliferación, por lo que causan la parada del ciclo celular e inducen apoptosis (o muerte programada) en diferentes células.

 

"La quercetina se trata de una molécula presenta en una dieta equilibrada en concentraciones más altas que algunas vitaminas", la define González Gallego. En este sentido, el Ibiomed trabaja a nivel experimental en diferentes modificaciones en la dieta para potenciar la ingesta de quercetina, y por lo tanto, aumentar sus propiedades beneficiosas sobre el organismo, y en el conocimiento más profundo sobre los efectos del antioxidante en modelos animales. El flavonoide está presente en una importante cantidad en manzanas, las uvas, el brócoli o el té y especialmente en algunas clases de cebollas.

 

La colaboración con los centros de investigación brasileños ha permitido que en el país americano se realizara el trabajo de experimentación con los modelos animales de rata, y en los laboratorios del Ibiomed en León se procedieran a los estudios analíticos y estadísticos.