Alimentación España , León, Jueves, 17 de diciembre de 2009 a las 16:32

El Instituto de la Viña y el Vino obtiene en laboratorio vides libres de hongos de la madera

El trabajo de la institución de la Universidad de León está vinculado a un proyecto de I+D+i con Bodegas Emilio Moro

Antonio Martín/DICYT Las afecciones relacionadas con los hongos de la madera en viña ha crecido en los últimos años casi a la misma velocidad en la que se han ido plantando nuevas vides y se han creado bodegas. Estos patógenos afectan tanto a las cepas nuevas como a las más veteranas y son los causantes de, según afirma José Enrique Garzón, director del Instituto de la Viña y el Vino, "las enfermedades del futuro: matarán a gran cantidad de plantas en los próximos años". La institución de la Universidad de León ha conseguido recientemente avances en la investigación científica en este campo, fruto de un proyecto de I+D+i con Bodegas Emilio Moro.

 

A raíz de un encargo de esta compañía productora de vino, de la Denominación de Origen Ribera del Duero, el Instituto de la Viña y el Vino ha realizado diferentes trabajos analíticos encaminados a la superación de estas plagas. A través de analíticas de PCR (reacción en cadena de la polimerasa, un método capaz de producir múltiples copias de un fragmento de ADN y detectar, en tiempo real, la amplificación del genoma de interés) ha analizado la sanidad del material vegetal que recibe y envía la bodega. Es habitual que, para mejorar la productividad de sus cepas, se reciban de un vivero yemas para injertos en las cepas y se envíen al mismo vivero plantas. El instituto se ha engarzado de este modo en esta relación empresarial como un eslabón más. En sus laboratorios ha procedido a analizar las cepas dañadas, en las que ha identificado diferentes familias de hongos de la madera, ha establecido factores de riesgo y ha obtenido en el laboratorio vides libres de este patógeno. "Creemos que este tipo de colaboración es pionera en España", afirma a DiCYT José Enrique Garzón.

 

Los hongos de la madera producen enfermedades como la yesca, la eutipiosis o el pie negro. Son, además, muy diferentes entre sí: unos atacan las raíces, otros se expanden por el aire, los hay que combinan ambas vías. "Este tipo de patógenos son extremadamente difíciles de tratar: cuando se expresan algunos rasgos de su ataque, como, por ejemplo, que amarilleen las hojas, se puede pensar que la causa es la falta de nutrientes, por ejemplo; en este caso se puede reaccionar aportando más abono a la planta, y esos nutrientes son también útiles para la proliferación del hongo", explica el experto.

 

A la hora de analizar las cepas dañadas, los técnicos del Instituto de la Viña y el Vino han estudiado los grandes pagos de la finca, ubicada de Pesquera de Duero (Valladolid), y han determinado las cepas que deben ser arrancadas por ser foco de infección. No existe actualmente otro método fiable que la erradicación de los focos.  Por eso, los científicos del centro leonés, que ha inaugurado sede en Ponferrada en septiembre, han comenzado la búsqueda de alternativas naturales a los tratamientos químicos, muy agresivos. Una de ellas está en la obtención de vides libres de hongos de la madera. Cultivados en laboratorio, donde se reprodujeron las condiciones naturales, las nuevas vides están ya disponibles para su siembra o utilización en investigación.

 

Factores de riesgo

 

Además, los científicos han identificado factores de riesgo para la proliferación de los hongos asociadas con el manejo de los cultivos. Uno de ellos es la mecanización de las labores agrícolas: el uso de tijeras de poda en cepas contaminadas, por ejemplo, puede propiciar la expansión a otras sanas. Otro es el uso de ciertos abonos. También está implicado el riego: "En algunas ocasiones, en la planta afectada amarillean las hojas. Se puede interpretar que está causado por estrés hídrico, cuando en realidad oculta el ataque de un hongo de la madera".

 

El trabajo es fruto de un convenio de colaboración firmado por las instituciones implicadas  el 30 de abril de 2008 firmaron, a través de la Fundación de la Universidad de León (Fgulem). En origen, el trabajo científico lo comenzaron ingenieros agrónomos, pero en la actualidad colaboran también genetistas y fisiólogos, para determinar las características de los diferentes hongos de la madera y poder determinar un tratamiento efectivo ante ellos.