El manejo adecuado de las pasturas en la Amazonia puede estimular la captura de metano desde el suelo
AGENCIA FAPESP/DICYT – Un estudio publicado en la revista Science of The Total Environment demostró que las pasturas sembradas con gramíneas en la Amazonia aumentan la capacidad de secuestro de metano cuando se las compara con áreas de apacentamiento ganadero con suelo descubierto. El metano (CH4) es uno de los más importantes gases de efecto invernadero, con una capacidad 21 veces mayor de retener calor en la atmósfera que el dióxido de carbono (CO2). De este modo, las estrategias de manejo de pasturas poseen potencial como para mitigar el calentamiento climático.
“Estudiamos las consecuencias del desmonte en la Amazonia, seguido por el establecimiento de pasturas, con enfoque en los flujos de gas metano entre el suelo y la atmósfera”, explica Leandro Fonseca de Souza, quien actualmente lleva adelante su posdoctorado en las áreas de ecogenómica y microbiología ambiental en el Departamento de Genética de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), en Brasil. “Nos percatamos que las pasturas con gramíneas poseen capacidad para secuestrar más metano –si bien que mucho menos que el suelo selvático– que los suelos de apacentamiento del ganado al descubierto, sin vegetación y en degradación”, dice Fonseca Souza, cuya investigación doctoral, detallada en el artículo, contó con el apoyo de una beca de la FAPESP y la dirección de tesis de la profesora Tsai Siu Mui, en el Centro de Energía Nuclear en la Agricultura (Cena) de la USP.
Una de las razones que los autores detectaron para que se produzca ese efecto reside en que en la capa de suelo que se encuentra en contacto directo con las raíces (rizosfera) de las gramíneas hay menos microorganismos que producen metano, las arqueas metanogénicas. Se estima que su cantidad es diez veces menor. Tanto los microorganismos productores como los consumidores de metano habitan en los suelos. La alteración de bosque a área de apacentamiento afecta a los consumidores y aumenta la cantidad de productores. En un campo bien cuidado, las raíces de las gramíneas hacen que disminuya la cantidad de microorganismos que producen metano. “La comprensión de este proceso indica que el manejo del suelo cuenta con potencial para reducir los impactos de la ganadería sobre las emisiones de CH4”, dice Fonseca Souza.
El equipo también verificó que el pH típicamente ácido del suelo boscoso es importante para que este ejerza su papel de sumidero de metano. “Tan es así que, cuando efectuamos el encalado [o enmienda calcárea del suelo, una técnica que se utiliza para preparar el suelo agrícola mediante el agregado de piedra caliza para neutralizar la acidez y aumentar la productividad], se registró una merma de su capacidad de secuestrar el metano atmosférico, y en algunos casos pasaron incluso a emitir metano”, afirma Fonseca Souza. Según el biólogo, las investigaciones indican que entre el 60 % y el 80 % de las áreas deforestadas de la Amazonia se utilizan como pasturas. Y entre el 40 % y el 60 % de ellas se encuentran degradadas en algún nivel.
Estudios en invernadero y en el campo
En el estudio encabezado por Fonseca Souza, se analizaron los flujos de metano de los suelos selváticos y de pastos en experimentos realizados en invernadero con humedad controlada con o sin cobertura de gramínea (Urochloa brizantha cv., conocida popularmente en Brasil como capim marandu) y con o sin encalado. También se analizaron las alteraciones en la estructura de la comunidad microbiana en esos suelos, mediante la cuantificación de la microbiota del ciclo del metano a través de sus respectivos genes marcadores relacionados con la generación de metano (mcrA) u oxidación (pmoA). En los experimentos, se utilizaron suelos del este y el oeste de la Amazonia, y un estudio de campo simultáneo demostró la misma tendencia. La presencia de una cobertura de pasto no solamente aumentó la absorción de metano hasta un 35 % en los suelos de apacentamiento, sino que también redujo la abundancia de la comunidad metanogénica. El encalado del suelo para aumentar el pH comprometió la capacidad de los suelos boscosos y de pasturas para actuar como sumideros de metano y, en lugar de ello, convirtió en entre 40 y 80 días suelos forestales anteriormente consumidores de CH4 en fuentes de ese gas de efecto invernadero.
Las tasas de deforestación en la Amazonia variaron sobremanera desde que empezó a efectuarse la medición, en el año 1988. Las mayores se registraron entre 1995 (29.059 km²/año) y 2004 (27.777 km²/año). En el período comprendido entre 2004 y 2012, se redujeron un 84 %. Tras llegar a la mínima hasta ahora registrada en 2012 (4.571 km²), los niveles de desmonte volvieron a aumentar y superaron los 10 mil km² en el año 2019. Actualmente, el 70 % (37 millones de hectáreas) del total de pasturas existentes en la Amazonia pueden atribuirse al proceso de desmonte acaecido durante los últimos 35 años.