Ciencia España , Valladolid, Lunes, 07 de marzo de 2011 a las 16:29
MAÑANA, 8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

“El modelo de mujer científica ha cambiado y las jóvenes se sienten más identificadas”

María Luz Rodríguez, investigadora de la Universidad de Valladolid y directora de la Cátedra Brasil, trabaja a nivel internacional en el desarrollo de sensores

Cristina G. Pedraz/DICYT El trabajo de la científica es, en ocasiones, poco conocido. Al igual que en otras profesiones estas mujeres encuentran serias dificultades para conciliar su vida familiar, teniendo en cuenta además las peculiaridades del trabajo en el laboratorio. La prestigiosa investigadora de la Universidad de Valladolid María Luz Rodríguez, directora de la Cátedra Brasil, miembro fundador del Centro Tordesillas de Relaciones con Iberoamérica (CTRI) y profesora titular de Química en la Escuela de Ingenierías Industriales, ha valorado en una entrevista a DiCYT la situación actual de la científica, en el marco de la celebración, mañana martes 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer.


¿Ha encontrado alguna vez dificultades para conciliar la vida familiar y la laboral?
Muchísimas. El trabajo en un laboratorio científico es muy complicado, los experimentos no entienden de horarios y si por algún motivo es necesario esperar, tienes que estar allí. Personalmente, soy soltera y esos horarios extremos hacen que los novios y los compañeros aguanten bastante mal. 

 

¿Existe igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito científico?
Es una pregunta difícil de contestar. Por una parte, es cierto que en el día a día una no encuentra unas barreras diferentes a las de los hombres. Sin embargo, es un hecho bien conocido que hay muchas menos mujeres en investigación que hombres. Desde hace años hay más mujeres estudiando carreras universitarias que hombres, en torno a un 60 por ciento. Cuando llegamos al doctorado el porcentaje se iguala e incluso se invierte, y ya cuando se continúa la carrera y se llega a los profesores titulares, solo un 30 por ciento son mujeres. En las cátedras el porcentaje se sitúa entre un 12 y un 15 por ciento. Es lo que llamamos el techo de cristal.


¿A qué puede deberse esta situación?
Creo que es problema de conciliar la vida laboral y la familiar, que hace que las mujeres vayan abandonando y al final no lleguen a los puestos importantes y de decisión. No es que en el día a día el jefe prefiera trabajar con un hombre o con una mujer, sino que las mujeres van abandonando por las dificultades tan enormes que encuentran. Pertenezco a una asociación de mujeres científicas que se llama AMIT y que estudia este problema. Lo que vemos es que las mujeres que llegan a ciertos puestos de importancia o bien están solteras o bien no tienen hijos, y las que no es porque sus compañeros apoyan al cien por cien su actividad y colaboran con las tareas del hogar y con los hijos.

 

A lo largo de su carrera científica, ¿ha visto alguna evolución en términos de igualdad?
Ahora las chicas están menos influenciadas, ven más claro que son iguales. Yo las comparo con las de mi generación, cuando en el colegio nos decían que las mujeres teníamos que ser obedientes. Las chicas de ahora tienen las riendas de su vida y se ven en plena igualad con los chicos, y también creo que los chicos se ven en igualdad con las chicas. La educación está produciendo ese efecto, aunque queda mucho por hacer. Luego hay otro aspecto importante, que son los modelos. Hasta hace poco tiempo el modelo de mujer científica era Marie Curie, que es una mujer admirable con dos premios Nobel, pero su aspecto no parecía una cosa muy atractiva de intentar imitar. Las chicas ahora ven a otro tipo de mujeres que les son más cercanas.

 

¿Qué se puede mejorar a corto plazo en el camino a la igualdad?
Creo que todavía falta muchísimo. Los números están ahí y no hemos llegado a la igualdad ni mucho menos. Personalmente he visto que la educación en los jóvenes es fundamental, que vean que la casa es cosa de dos, que los hijos son cosa de dos. En concreto, en Ciencia hay una cosa que funciona y está descrita, los modelos. Yo estoy en una escuela de ingenieros y hay menos chicas estudiantes que chicos, pero muchos de los alumnos que vienen a hacer conmigo el proyecto fin de carrera son chicas. Creo que el ver mujeres que van llegando a ciertos puestos hace que ellas también se sientan más a gusto.

 

¿De qué logros profesionales se siente más orgullosa?
He logrado financiación a nivel nacional e internacional, aunque en este momento el mayor logro es la oposición a cátedra que tengo en 15 días y creo que voy a sacar. Para mi es el sueño por el que he trabajado tantos años, el llegar a ser catedrática y además en una Escuela de Ingenieros. Creo que para mi sí ha sido más difícil que para otros.

 

Ahora mismo, ¿en qué líneas de investigación está trabajando?
Llevo muchos años trabajando en el desarrollo de sensores. Empezamos detectando gases polucionantes y líquidos de distinta naturaleza. Juntando muchos sensores se puede hacer una nariz o una lengua electrónica que tratan de funcionar como las humanas. Tenemos muchos sensores que al oler o beber algo reaccionan y mandan una señal al cerebro. Nosotros hacemos lo mismo, tenemos una serie de sensores y mandan su señal a un software y eso lo estamos aplicando a la industria de la alimentación, por ejemplo al análisis de vinos, aceites o café. En los últimos cinco años estamos modificando la manera de hacer sensores. Ahora los hacemos nanoestructurados, de forma que podemos desarrollar unos sensores tan ordenados y con tanto control que mejora mucho la sensibilidad y funcionan mejor. Se trata de una investigación a nivel internacional. En mayo voy a dar una conferencia a Nueva York y estoy también orgullosa de ello, porque en Castilla y León se hace muy buena ciencia, pero no estamos en el centro del mundo y sin embargo estamos haciendo cosas que interesan en el extranjero.

 

¿En qué trabaja la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas?
Estas asociaciones surgieron en Madrid y en Barcelona donde hay unos movimientos muy fuertes de mujeres científicas que se han dedicado a estudiar la situación de la mujer en la Ciencia. Son asociaciones que se dedican a hacer este tipo de estadísticas que comentaba. También han estudiado la influencia de los modelos. Nuestra aspiración es convertirnos en un lobby y acceder hasta los gobiernos para decirlos cómo vemos la situación y qué creemos que se puede hacer, y desde luego se está logrando. Hay veces que se toman medidas controvertidas, como esa paridad que tienen que haber en los tribunales de oposición o los que dan proyectos. Ese tipo de medidas me parecen controvertidas. En mi caso, estoy en estos tribunales y creo que es por mi curriculum, aunque todo el mundo pueda creer que estoy ahí porque soy mujer. Lo importante es caminar en ese sentido y que el techo de cristal se rompa, que es un poco el objetivo en que trabaja la asociación.