El nexo entre la enfermedad renal diabética y los problemas cardiovasculares
AGENCIA FAPESP/DICYT – Científicos de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, investigaron de qué manera ciertas alteraciones metabólicas que se registran en individuos con enfermedad renal diabética pueden favorecer la acumulación de colesterol en las arterias y aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Con el apoyo de la FAPESP, se efectuó un seguimiento de 49 personas con diabetes tipo 2 (desde hacía al menos diez años) y enfermedad renal en diferentes estadios, pero con control glucémico similar. Los análisis mostraron que en esos pacientes la proteína albumina producida en el hígado es más susceptible al proceso denominado carbamoilación, una reacción espontánea no enzimática que modifica la molécula.
“La albuminas de los individuos con enfermedad renal diabética sufren mayor carbamoilación y [debido a esa alteración] perjudican la remoción de colesterol de las células a cargo de las lipoproteínas de alta densidad [HDL], también denominadas partículas que transportan el colesterol “bueno”. Las HDL tienen la función de retirar el excedente de colesterol depositado en los vasos sanguíneos mediante el transporte reverso. Cuando este transporte se ve perjudicado, el colesterol se acumula en los macrófagos y favorece la aterosclerosis”, escribe el grupo en un artículo publicado en el Journal of Diabetes and Its Complications.
El 10 de marzo se celebra el Día Mundial del Riñón, una fecha establecida por la Sociedad Internacional de Nefrología (ISN) para la concreción de acciones de concientización acerca de la importancia de la salud de los riñones y de los impactos que las enfermedades renales generan sobre las poblaciones y los sistemas de salud de todo el mundo. Se estima que existen 850 millones de personas en el mundo con enfermedad renal ocasionada por diversas causas, y alrededor de 10 millones de ellas están en Brasil, de acuerdo con el Ministerio de Salud nacional. Esta enfermedad afecta a entre el 20 y el 40 por ciento de los pacientes con diabetes.
Según la profesora Márcia Silva Queiroz, una de las supervisoras del trabajo, la literatura apunta que las personas con diabetes y enfermedad renal están sujetas a un mayor riesgo de padecer hipertensión y alteraciones del colesterol, aparte de una mayor probabilidad de muerte por problemas cardiovasculares. Con todo, existe lagunas en la comprensión sobre cómo transcurre esa conexión y cómo se produce la acumulación de placas de grasa en las arterias de esos individuos.
“Es un rompecabezas. Hemos puesto una piecita más en el mecanismo fisiopatogénico, en busca de contribuir para lograr una mejor comprensión del motivo de que estos pacientes sufran más eventos cardiovasculares”, afirma Silva Queiroz, quien al momento de la investigación estaba en la Facultad de Medicina (FM) de la USP, y ahora es docente de la Universidade Nove de Julho (Uninove).
El organismo de las personas con enfermedad renal retiene sustancias tóxicas como la urea, pues sus riñones pierden la capacidad de eliminarlas a través de la orina. La urea en exceso modifica diversas proteínas por carbamoilación y esto aumenta de acuerdo con la gravedad de la enfermedad renal. Un proceso análogo sucede cuando el exceso de glucosa en las personas con diabetes modifica proteínas por glucación, un proceso en el cual las moléculas de azúcares e hidratos de carbono se unen a una proteína, lo que hace que esta no logre cumplir su papel en el organismo.
Tanto la carbamoilación como la glucación favorecen la acumulación de la lipoproteína de baja densidad (LDL, también llamada colesterol “malo”) y disminuyen la cantidad y la función de la HDL, contribuyendo así para la aparición de enfermedades cardiovasculares. La aterosclerosis es una de las principales causas de infartos cardíacos y de accidentes cerebrovasculares, que en la mayoría de los casos suceden cuando se produce una rotura de una de las placas que lleva a la formación de coágulos y a la interrupción del flujo sanguíneo.
Las enfermedades cardiovasculares afectan sobremanera a las personas con diabetes, cuyos organismos no producen o no logran utilizar adecuadamente la insulina para controlar a cantidad de glucosa existente en la sangre. Según la Sociedad Brasileña de Diabetes, alrededor de 13 millones de personas viven con la enfermedad en el país, lo que representa aproximadamente un 7 por ciento de la población.
La metodología
A los 49 participantes en la investigación, seleccionados en el Hospital de Clínicas (HC), el complejo hospitalario administrado por la FM-USP, se les extrajeron muestras de sangre con 12 horas de ayuno. Se midió en las muestras la fructosamina, la glucemia, los triglicéridos, el colesterol total, el colesterol HDL, la creatinina y la urea.
Los participantes quedaron divididos en cinco grupos, de acuerdo con las tasas de filtración glomerular, una medida estándar que se utiliza para evaluar la función renal. Las franjas son: por encima de 60 mililitros por minuto (mL/min); entre 60 y 45; de 45 a 30; entre 30 y 15, y debajo de 15, un estadio avanzado de la enfermedad. En adultos jóvenes sanos, la tasa de filtración glomerular se ubica entre 90 a 100 mL/min.
“Uno de los objetivos de esta división consistió en analizar si el hecho de que un paciente tenga diabetes y se altere la tasa de filtración glomerular empeora la glucación o la carbamoilación, como así también el impacto provocado en el transporte reverso del colesterol”, explica Silva Queiroz. Este estudio, producto del doctorado del médico endocrinólogo Aécio Lopes de Araújo Lira, también contó con un grupo de control, formado por ocho personas sin ambas enfermedades.
En el artículo, los investigadores arriban a la conclusión de que “la carbamoilación fue mayor en albuminas aisladas en los individuos con tasas de filtración glomerular reducida. Y la albumina carbamoilada perjudicó la función del HDL de remover colesterol de los macrófagos”.
La profesora Marisa Passarelli, quien también supervisó el estudio, destaca que se están llevando a cabo otros trabajos para analizar los efectos del proceso de glucación y qué efectos tienen en el desenlace cardiovascular en la diabetes mellitus y en la enfermedad renal diabética las alteraciones en el control glucémico.
“Nuestros resultados apuntan una alteración de la función de HDL para remover colesterol celular, como consecuencia de la glucación y de la carbamoilación de la albumina. La albumina modificada induce estrés celular, perjudicando así la salida de colesterol hacia las HDL y su transporte al hígado, que asegura su eliminación del cuerpo a través de la bilis y de la materia fecal. Esto no aparece en los análisis médicos de rutina, pero contribuye en el riesgo de padecer aterosclerosis”, afirma Passarelli.
En el ámbito de un Proyecto Temático, la investigadora, quien es vicecoordinadora del Laboratorio de Lípidos del HC de la FM-USP y docente del Programa de Posgrado en Medicina de la Universidade Nove de Julho (Uninove), participa en el estudio que apunta a develar los mecanismos implicados en el control glucémico y en las complicaciones crónicas de la diabetes.