Health Brazil São Paulo, São Paulo, Monday, April 11 of 2022, 08:57

El síndrome metabólico perjudica la función pulmonar y la respuesta inmunológica en ancianos

Resultados de un estudio en la revista Scientific Reports ayudan a entender por qué los portadores de esta condición se ubican entre los más afectados por el COVID-19

AGENCIA FAPESP/DICYT – Obesidad abdominal, hipertensión arterial, glucemia alterada y diabetes, alto nivel de triglicéridos y bajo nivel de HDL, el buen colesterol: las personas que exhiben tres de estos factores padecen el llamado síndrome metabólico. Esta condición tiene en su base la resistencia a la acción de la insulina, la hormona que hace posible la entrada de la glucosa en las células. Y esto significa que esa sustancia actúa menos en los tejidos, con lo cual fuerza al páncreas a elaborar una cantidad mayor de la misma, que va a parar a la circulación sanguínea.

 

Este cuadro desencadena una leve inflamación en el organismo y es el disparador de cambios estructurales y funcionales de diversos órganos, en especial el corazón, el cerebro, los riñones y el páncreas. La ciencia ya sabe también que el mismo deriva en alteraciones de la función pulmonar y de la respuesta inmunológica, y que las enfermedades respiratorias crónicas son más frecuentes en personas con obesidad grave y síndrome metabólico, pero esto aún no había sido dilucidado con claridad, especialmente en ancianos. Por eso, la fisioterapeuta brasileña Maysa Alves Rodrigues Brandão Rangel, becaria de la FAPESP, dedicó su tesis doctoral al tema.

 

Para la concreción de este estudio, realizado en el marco de una colaboración entre la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y la Municipalidad de São José dos Campos (en el estado de São Paulo, Brasil), fueron reclutadas mil personas en cuatro hogares de ancianos del municipio. Quedaron excluidos quienes tenían historial de tabaquismo, diagnóstico de enfermedades respiratorias, degeneración crónica, enfermedades autoinmunes o neurológicas o que practicaban actividades físicas regularmente. Las restantes quedaron divididas en dos grupos de 77 participantes: uno con 26 mujeres y 51 varones con edad promedio de 68 años, todos con síndrome metabólico, y el otro con 21 varones y 56 mujeres con edad promedio de 67 años y sin la enfermedad.

 

Los voluntarios fueron sometidos a un estudio denominado oscilometría de impulso, un método no invasivo con el que se evalúa la mecánica respiratoria y posibles alteraciones pulmonares mediante ondas sonoras superpuestas a la respiración normal. Y también se analizó la fuerza muscular de los músculos respiratorios. A su vez, se les extrajeron muestras de sangre para analizar factores tales como los niveles de colesterol y triglicéridos. El suero sanguíneo y el aire condensado, obtenido a través de la inspiración y espiración de los individuos durante 15 minutos en la boquilla de un aparato y luego congelado para la realización de análisis, se utilizaron para investigar la presencia de citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias, como así también factores antifibróticos y profibróticos (estos últimos derivan en la destrucción progresiva de los pulmones, mientras que los primeros la combaten).

 

Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports, no dejaron dudas en lo que concierne a que la inflamación provocada por el síndrome metabólico también afecta a los pulmones, acelerando el proceso inflamatorio y fibrótico. Esto quedo claro porque los participantes con la enfermedad exhibiron niveles más altos de los factores proinflamatorios y prófibróticos y una merma en las sustancias que cumplen el papel contrario al proteger al organismo.

 

“La evaluación del aire condensado también puso en evidencia que las citoquinas inflamatorias y los factores de crecimiento profibróticos hallados en la sangre de esos ancianos estaban presentes en sus pulmones”, dice Alves Rodrigues Brandão Rangel. Los datos recabados por los investigadores apuntaron también que los participantes con esa enfermedad exhibieron alteraciones inmunológicas y un deterioro significativo de la fuerza de los músculos respiratorios necesarios para la respiración. Esto es especialmente importante, pues las personas situadas en esa franja etaria tienden de por sí a exhibir más problemas respiratorios en general.

 

Con esta información, es posible entender los mecanismos del problema y diseñar estrategias tendientes a evitar complicaciones. “También quedó claro que los médicos que atienden a ancianos deben evaluar con atención sus pulmones y su respuesta inmunológica, particularmente cuando padecieron síndrome metabólico”, afirma Rodolfo de Paula Vieira, supervisor de Alves Rodrigues Brandão Rangel.

Por último, estos hallazgos revelan por qué las personas obesas y con síndrome metabólico que exhibieron un leve grado de inflamación constituyeron algunos de los grupos poblacionales que más sufrieron con el COVID-19.

 

“Este trabajo demostró que el grupo de ancianos con síndrome metabólico también puede ser más susceptible tanto a la contaminación con el coronavirus como al desarrollo de formas más graves de la enfermedad, pues ya exhibieron un cuadro de pérdida de la función pulmonar y mengua del sistema inmunológico”, añade Rangel.