El suero contra el veneno disminuye el riesgo de necrosis de la piel por picaduras de arañas del rincón
AGENCIA FAPESP/DICYT – Uno de los efectos más temidos de las picaduras de las arañas del rincón o arañas violinistas –tal como se conoce popularmente a los arácnidos del género Loxosceles– es el surgimiento de lesiones necrosantes en la piel. No obstante, y tal como quedó demostrado en un estudio clínico publicado recientemente en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, estos problemas pueden prevenirse mediante la aplicación de un suero antiarácnido, especialmente si se lo aplica durante las primeras 48 horas tras el accidente.
En este trabajo, se utilizó un suero elaborado en el Instituto Butantan, vinculado a la Secretaría de Salud de la Gobernación del Estado de São Paulo, en Brasil. Tal como lo explican los autores, hasta ahora no existía un consenso acerca de cuál era la mejor estrategia para evitar la ulceración y la necrosis en casos de envenenamiento provocado por picaduras de arañas del rincón.
Una investigación realizada en el año 2009 con conejos ya había mostrado que, aun cuando se inyectó la sustancia dos días después del envenenamiento, las lesiones necróticas fueron aproximadamente un 30 % menores. “Así y todo, hasta ahora no se había concretado ningún estudio clínico que demostrara si ese suero contra el veneno evitaría la necrosis cutánea y hasta cuánto tiempo después del accidente sería adecuado aplicarlo”, comenta Ceila Maria Sant’Ana Málaque, médica del Hospital Vital Brazil, del Instituto Butantan, y de la Unidad de Terapia Intensiva del Instituto de Infectología Emílio Ribas, especialista en accidentes con animales ponzoñosos y enfermedades infecciosas y parasitarias, y autora principal del trabajo.
Para obtener estas respuestas, los investigadores del Hospital Vital Brazil del Instituto Butantan realizaron un estudio prospectivo observacional que se extendió durante seis años (desde noviembre de 2014 hasta noviembre de 2020) y que abarcó a 146 pacientes, de los cuales a 74 se les aplicó el suero, no así a los otros 72. “Como el uso del suero antiarácnido es una orientación del Manual de Diagnóstico y Tratamiento de Accidentes con Animales Ponzoñosos [de la Fundación Nacional de Salud de Brasil], no pudimos concretar un estudio doble ciego y aleatorizado, por eso analizamos a los pacientes que quienes se les aplicó la sustancia cuando aún no exhibían necrosis de la piel, de acuerdo con la evaluación que se concretó al momento de su ingreso en la unidad”, explica Sant’Ana Málaque.
Por ende, en el grupo de control se incluyó a pacientes que ingresaron más de 48 horas después de haber sido picados y a quienes no se les aplicó el suero. La investigación se llevó a cabo en el marco de un proyecto financiado por la FAPESP y coordinado por Marcelo Larami Santoro, investigador del Instituto Butantan y coautor del artículo.
Un peligro silencioso
Los pacientes suelen no sentir cuando sufren una picadura de una araña del rincón, o a no darle valor. La lesión en la piel evoluciona progresivamente durante las primeras 24 horas después del incidente. El loxoscelismo cutáneo se caracteriza por el surgimiento de una mancha dolorosa en la zona de la picadura, donde surge una mezcla de áreas de color violeta y áreas pálidas, por eso se le da el nombre de “mancha marmórea”. Algunos casos evolucionan hacia la necrosis de la piel. Hay pacientes que desarrollan un cuadro denominado loxoscelismo cutáneo hemolítico, caracterizado por una lesión en la piel asociada a la rotura de los hematíes (los glóbulos rojos de la sangre), que causa anemia e incluso insuficiencia renal aguda.
Se invitó a participar en este trabajo a aquellos pacientes a los que se les dio el diagnóstico de loxoscelismo vía anamnesis y un análisis físico cuidadoso, y una vez descartados otros diagnósticos diferenciales.
“Resulta importante recordar que este estudio se realizó en el Hospital Vital Brazil del Instituto Butantan, una institución de referencia con vasta experiencia en accidentes con animales ponzoñosos. Si hubiera habido cualquier duda en cuanto al diagnóstico, la persona no habría sido incluida en la investigación”, remarca Sant’Ana Málaque.
La investigadora subraya también que, en todos los trabajos publicados sobre loxoscelismo, la frecuencia de identificación de la araña causante es baja: de menos del 15 %, ya que en la mayoría de las ocasiones no es posible tener acceso al animal. Según Sant’Ana Málaque, el diagnóstico se establece con base en información sobre cómo se produjo el accidente, sobre los primeros signos y síntomas, la evolución de la lesión cutánea y las alteraciones sistémicas, entre otros datos.
Con base entonces en los datos recabados en el marco de este trabajo, quedó evidente que los participantes que ingresaron 48 horas después del accidente y a los que se les aplicó el antídoto exhibieron una menor frecuencia de necrosis que aquellos que llegaron al hospital luego de ese período, a los que no se les aplicó el antídoto. Asimismo, la administración de la sustancia se mostró segura y con baja incidencia de efectos adversos.