Ciencias Sociales México , México, Viernes, 05 de marzo de 2010 a las 19:07

En México la equidad de género ha avanzado, pero aún no es suficiente: mujeres científicas

Es necesario crear condiciones para que las mujeres científicas se puedan desarrollar igual que los hombres: Herminia Pasantes

AG/AMC/DICYT A pesar de que existe un avance en la incorporación de mujeres a la producción científica en nuestro país, éste aún no es suficiente, debido a que las políticas gubernamentales de investigación y desarrollo no han considerado hasta ahora las necesidades específicas de las mujeres en este ámbito.

 

Un estudio realizado por la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), presentado recientemente por la presidenta de este organismo, Rosaura Ruiz Gutiérrez, en la Reunión Anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, revela que para mejorar el desarrollo científico y tecnológico del país, se deben tomar medidas para remediar la subrepresentación femenina y generar un equilibrio entre los sexos en el ámbito de la investigación.

 

Es necesario, señala, implementar políticas científicas, educativas y laborales con perspectiva de género y plantear criterios académicos, políticos y de financiamiento innovadores que, llevados a la práctica, garanticen la igualdad entre hombres y mujeres en la actividad científica.

 

Indica que un reflejo de la inequidad que se vive en México, es el hecho de que en la propia AMC, que cuenta con poco más de 2 mil integrantes, sólo 22.4% sean del sexo femenino. En la actualidad, las mujeres representan 13.86% de los mil 46 miembros de la Academia consagrados a la investigación en ciencias exactas; 25.82% de los 697 dedicados a las ciencias naturales, y 40.24% de quienes se enfocan a las ciencias sociales y a las humanidades.


Otras Academias del mundo, advierte, presentan todavía mayor disparidad. En la Royal Society de Londres, de sus mil 327 miembros, alrededor de 5% son mujeres; la National Academy of Sciences de Estados Unidos tiene 2 mil 6 miembros y sólo 7% son mujeres; en Brasil, de los 649 integrantes de su Academia de Ciencias, 11.4% son mujeres; en la Academia Chilena de Ciencias, representan 10%; en el Consejo de Ciencia de Japón, 20.5%, y en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de España, 3.7%

 

Esto tiene que ver, ciertamente, con la tasa de académicas en condiciones de dedicarse a la investigación científica. En el Informe Comparativo Regional del Proyecto Iberoamericano de Ciencia, Tecnología y Género de la UNESCO (GENTEC–UNESCO) del año 2004, se muestra que, del total de graduados de doctorado, el porcentaje de mujeres que obtienen el grado de doctoras es mayor.

 

A pesar de ello, es menor el número de mujeres que se incorporan como investigadoras en las diferentes áreas del conocimiento. En Argentina, Brasil, España y México, el promedio de graduadas de doctorado es de aproximadamente 55.6%, pero trabajan en áreas de investigación un promedio de 36.4%, siendo México el país con el menor porcentaje de doctoras que laboran en el sector científico como investigadoras, apunta el trabajo de la AMC.

 

En entrevista, Soledad Loaeza Tovar, profesora-investigadora de ciencia política del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, indicó que si bien se ha desempeñado con libertad en el ámbito de investigación, sí ha experimentado restricciones al intentar acceder a posiciones directivas, y aseguró que los argumentos que utilizan para descalificar una candidatura son dominados por la percepción de género, totalmente sexistas.

 

Lamentablemente, consideró, esto está muy presente en el ánimo de las instituciones universitarias y la única defensa posible que tenemos las mujeres es el trabajo. “Debemos promover que haya un cambio de actitudes, reclamar y protestar cada vez que el argumento que se utiliza sea sexista y contraponerlos con otros que podrían ser igualmente sexistas, pero discriminatorios de los hombres”, apuntó.

 

En el marco del Día Internacional de la Mujer, la también coordinadora de la Olimpiada de Historia de la AMC indicó que la presencia de mujeres en el ámbito universitario se ha multiplicado y existe un importante espacio de acción, lo que sí hay que festejar, aunque no es suficiente. “Destruir los prejuicios que revolotean en torno a las mujeres toma mucho tiempo”, sentenció.

 

Todos los días las mujeres tenemos que confirmar que estamos donde estamos porque lo merecemos, no porque hayamos recibido ningún favor, lamentó, y eso habla de la inseguridad y la fragilidad de nuestra posición. La carrera de una mujer siempre es mucho más frágil, concluyó la investigadora.

 

Por su parte, Herminia Pasantes Ordóñez, investigadora emérita del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que hace 40 años ella vivió la búsqueda de la representación femenina en comités nacionales e internacionales, lo que fue favorable para su desarrollo profesional.

 

Sin embargo, opinó que las mujeres deben ser tratadas de manera igualitaria en todos los ámbitos, y se pronunció en contra de otorgar premios exclusivos para las mujeres. Los premios de ciencia deben ser para todos, de manera igualitaria, afirmó, pero sí se debe ampliar el requisito de la edad para la participación de las mujeres que tengan hijos, indicó, pues son ellas quienes desempeñan dobles roles, como madres e investigadoras.

 

La doctora en ciencias naturales y miembro de la AMC reconoció la necesidad de crear condiciones para que las mujeres en investigación se puedan desarrollar igual que los hombres, dotándolas de guarderías que se adapten a sus necesidades.

 

A su vez, María de los Ángeles Valdés Ramírez, investigadora de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN), relató que la agronomía, el área en donde ella se desempeña, es una disciplina principalmente masculina. “Cuando yo era joven y quería estudiar agronomía, la Universidad Autónoma Chapingo, era exclusivamente para varones, afortunadamente las cosas han cambiado”, recordó.

 

La especialista en programas de recuperación de la cubierta vegetal y miembro de la AMC, manifestó que las nuevas generaciones deben tener presente que las mujeres son igualmente capaces de llevar a cabo cualquier tarea intelectual que realicen los hombres e, incluso, algunas tareas físicas, como el trabajo de campo en agronomía.

 

Al hablar sobre el tema de su especialidad, los estudios de suelo, la investigadora reconocida con el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2008, dijo que el campo mexicano exige con urgencia la participación de investigadores que colaboren en su rehabilitación y opinó que las mujeres tienen mucho que aportar al respecto.

 

En tanto, Rossana Arroyo Verástegui, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN, consideró que, en su experiencia, el problema que enfrentan principalmente las estudiantes de doctorado consiste en que se encuentran en una etapa crítica en sus vidas, donde tienen que definir si se casan o si tienen hijos.

 

En ese sentido, la investigadora miembro de la AMC dijo que muchas mujeres se enfrentan a la disyuntiva de esperar a terminar su doctorado para casarse y tener hijos o esforzarse por completar sus estudios, al tiempo que son mamás y esposas.

 

Por otro lado, opinó que las instituciones de investigación podrían emprender acciones para apoyar a las mujeres científicas, una de ellas podría ser la creación de estancias para hijos de investigadoras donde pudieran acudir después de clases.

 

Finalmente, al dirigirse a toda la población femenina, subrayó que las mujeres pueden desempeñarse en todas las áreas igual o “incluso mejor que los hombres, por que tenemos la capacidad de ser multitareas”, expresó.