Alimentación Colombia , Bogotá D.C., Martes, 20 de marzo de 2012 a las 10:30

Encuentran nuevas especies de lagartija mabuya

La mabuya o lagartija lisa, como es conocida por las características de su piel, es la única en Colombia que se reproduce como los seres humanos: no pone huevos para tener sus crías, sino que es vivípara

UN/DICYT Investigadores descubren que hay diferentes especies de la lagartija lisa o mabuya distribuidas a lo largo del territorio colombiano. Antes se creía que esta población pertenecía a una sola especie. El trabajo de los investigadores de la UN y la UIS de Bucaramanga ha consistido en formular hipótesis de relaciones de parentesco de poblaciones de mabuya distribuidas en el país con poblaciones de especies ya descritas. Este proceso se ha realizado a través de la recolección de ejemplares para analizarlos en el laboratorio y así obtener datos de su secuencia de ADN.

 

“Toda la información que obtenemos sirve, en parte, para saber cuántas especies hay y para entender cómo llegaron a ocupar su espacio actual; es decir, para determinar si hubo procesos de dispersión y establecer qué factores la produjeron”, afirma Martha Lucía Calderón, docente y curadora de la Colección de Reptiles del Instituto de Ciencias Naturales de la UN.

 

Asimismo, el grupo de investigadores ha buscado determinar realmente cuántas especies de género hay distribuidas en América Latina. Para ello, intentan reconstruir su parentesco en un contexto histórico y así delimitar las especies, utilizando caracteres moleculares o secuencias de ADN, pues con esta familia de lagartijas resulta bastante complicado un análisis morfológico dada su gran similitud física.

 

La mabuya o lagartija lisa, como es conocida por las características de su piel, es la única en Colombia que se reproduce como los seres humanos: no pone huevos para tener sus crías, sino que es vivípara. Esta especie desarrolla placenta, un tejido muy pequeño a través del cual se transmiten los nutrientes de la madre al embrión. Esta placenta es estructural y funcionalmente casi tan compleja como la de los mamíferos, tal como asegura Martha Calderón: “La mabuya es de los pocos reptiles que tienen un modo de reproducción muy particular, pues paren a sus crías directamente, después de una preñez de doce meses. No todos los reptiles se reproducen a través de huevos, que es lo que casi todo el mundo cree”.

 

El proyecto de investigación “Sistemática filogenética de las poblaciones de lagartijas del género mabuya (Scincidae) distribuidas en territorio colombiano” comenzó en 2009, y es liderado por Martha Patricia Ramírez, profesora de biología de la UIS, Martha Lucía Calderón, coinvestigadora, un estudiante de doctorado de la UN y un asesor internacional.

 

Trabajar con estos reptiles no ha sido sencillo. El muestreo realizado incluye San Andrés y Providencia, algunas regiones del Caribe, la zona andina, el Chocó biogeográfico y parte de los Llanos Orientales. Sin embargo, los investigadores han tenido que enfrentar diversos problemas burocráticos para poder obtener permisos ante al Ministerio de Ambiente, y han tenido que limitar las zonas de muestreo precisamente por la dificultad para obtener los permisos, el tiempo de espera y el dinero para costear estos trámites, a pesar de estar financiados por Colciencias.

 

Los resultados finales de la investigación estarán disponibles en el segundo semestre de 2012 y servirán para revelar la verdadera diversidad de este grupo de lagartos. Pues siempre se ha pensado que existe una sola especie altamente distribuida en el país, pero con este hallazgo se han logrado reconocer hasta el momento cinco de ellas.

 

“Nosotros muestreamos prácticamente a lo largo de todo el país, secuenciamos algunos genes y, a través de algunos análisis filogenéticos, obtuvimos el patrón de relaciones históricas, es decir: cuál se parece más a cuál históricamente hablando. Juntando toda la información de distribución de todas estas poblaciones, encontramos hasta este momento que existen cinco linajes que potencialmente corresponderían a especies distintas’’, asegura la profesora Calderón.

 

El muestreo realizado permitió encontrar características de la mabuya que habrían sido imposibles de detectar con un estudio morfológico. La primera fase de la investigación consistió en el conocimiento de la diversidad colombiana, su origen y distribución. La segunda fase fue indagar acerca de cómo se generó esa diversidad, si fue la geografía, la dispersión o las barreras climáticas.

 

27 especies

 

Por otra parte, la literatura científica ha descrito 27 especies de esta lagartija, contando información de morfología y datos de moléculas, y los investigadores han encontrado cinco grupos o linajes y han logrado establecer el grado de parentesco entre algunas especies. “El caso es que hay unas poblaciones que están más relacionadas entre sí que con otras. Teniendo en cuenta ese parentesco, nosotros definimos cinco grupos históricos que llamamos linajes. Y en un par de casos coinciden con especies que ya se habían descrito en la literatura, pero que no se habían reportado para el país”, asegura Calderón.

 

Finalmente, la distribución de las mabuyas en Colombia resulta interesante para la ciencia, pues es difícil establecer con exactitud cómo llegaron a ocupar ciertos territorios. Así lo explica Martha Calderón: “Las lagartijas también se dispersan y la gente no lo cree. Ellas se pueden subir en balsas de vegetación o accidentalmente caer en ellas y son arrastradas por corrientes marinas. Pueden entonces ocurrir procesos de dispersión, de movimiento físico de lagartijas de un lugar a otro a lo largo de grandes distancias”.

 

Las poblaciones ancestrales estaban distribuidas en todo el territorio antes de que se levantara la cordillera de los Andes. Existe, entonces, la hipótesis de que pudo levantarse y separar a las poblaciones, con lo cual se volvieron divergentes. Asimismo, las causantes de toda esa diversificación pudieron ser las barreras ecológicas. Es decir, poblaciones ancestrales que constituyen especies diferentes porque hubo un cambio en el clima. Y si las condiciones a las cuales han estado acostumbrados cambian, entonces se restringe la distribución, las especies quedan aisladas y ocupan nuevas zonas.

 

Actualmente, existen potenciales especies en Colombia que ocupan nichos ecológicos distintos, en donde varían detalles como la temperatura, la humedad y la vegetación.