Medio Ambiente México , Baja California Sur, Miércoles, 24 de mayo de 2023 a las 10:46
COLUMNA | SOMOS MAMÍFEROS

Entre sistema inmunitario innato y el adquirido

Ante las agresiones externas e incluso internas que recibe el organismo de cualquier mamífero que compromete la homeostasis del sistema inmunitario, éste actúa para regresar a las condiciones basales

Alina Gabriela Monroy-Gamboa y Sergio Ticul Álvarez-Castañeda/CIBNOR/DICYT El sistema inmunitario se encuentra extendido por todo el organismo y trabaja como una sinfonía en la que diferentes tejidos y órganos diseminados en el cuerpo aportan diversos elementos, que en conjunto protegen al “todo” de cualquier alteración causada por modificaciones internas y externas, biológicas o químicas. El nivel de respuestas es diferencial dependiendo de la agresión que se presente, lo que se determina como la respuesta inmunitaria. Las respuestas se pueden dividir en dos grandes grupos, la innata y adquirida.


La respuesta inmunitaria innata (natural o inespecífica) se ha observado en casi todos los seres vivos. Este sistema tiene dos grandes ramas para detectar cuando el organismo puede estar comprometido. El primero es el patrón molecular asociado al peligro (DAMP, por sus siglas del inglés) y el segundo es el patrón molecular asociado a patógenos (PAMP). La combinación de los dos patrones puede identificar a las células dañadas y distinguirlas de las células de los tejidos sanos. Las moléculas DAMP se encuentran dentro de las células, se liberan cuando una célula está dañada o moribunda ocasionado por traumatismo o infección de un patógeno. Son la llamada de emergencia del organismo ante daños o infecciones. Los DAMP al liberarse inducen una respuesta inflamatoria, lo que activa la respuesta inmune innata con lo que el organismo inicia el proceso de eliminar a los invasores dañinos. Las moléculas PAMP son estructuras moleculares pequeñas dentro de algunos tipos de microbios y no presentes en el huésped. Siendo distinguidos por los receptores de reconocimiento de patrones, lo que activa sistema inmunitario innato.


En contraparte, la respuesta inmunitaria adquirida permite reconocer patógenos específicos por medio de la memoria inmunitaria, producto de la experiencia previa con un patógeno específico, lo que tiene como efecto una mejor y más rápida respuesta en infecciones subsecuentes. La inmunidad adquirida está estrechamente relacionada con la inmunidad innata debido a que interviene en el inicio del proceso.​ La inmunitaria adquirida a diferencia de la innata es altamente específica para cada patógeno en particular que el cuerpo ha encontrado. Esto es lo que crea una memoria inmunitaria después de una respuesta inicial a un patógeno específico, de esta manera la respuesta va mejorando en el futuro. El resultado de este tipo de respuesta es la producción de anticuerpos que quedan presentes y proporcionan una protección duradera que puede ser de por vida o muy largo tiempo para ese patógeno. Las vacunas utilizan este proceso para la creación de resistencia a ciertos patógenos. La respuesta adquirida también es conocida como "adaptativa" debido a que se va incrementando a medida que el organismo está en contacto con diferentes patógenos y se “elaboran” los anticuerpos específicos. El sistema inmunitario adquirido puede ser también un problema, en el momento que por alguna razón codifique un elemento del mismo organismo como patógeno y cree los anticuerpos al respecto, en este caso se presentan las alergias y la autoinmunidad, donde el organismo se combate a sí mismo. La inmunidad adquirida es un sistema que se adapta y cambia fácil y continuamente. Los orígenes de este proceso es la capacidad de los genes que codifican los anticuerpos que tengan mutaciones genéticas aleatorias aceleradas, lo que repercute en una gran codificación de anticuerpos, incluso en la creación de especificidad novedosa. Dígase de otra manera, la creación de anticuerpos para enfermedades que el organismo no ha detectado todavía, por lo que tienen una librería disponible para cuando sea necesario. Lo que en conjunto con la capacidad de la recombinación aleatoria de una región variable, una de diversidad y una de unión. Esto implica que las tres partes fundamentales de los anticuerpos se pueden “intercambiar fácilmente” para tener la combinación adecuada del segmento antígeno-receptor en cada linfocito. Así con pocos mecanismos se tiene una gran cantidad de receptores para antígenos diferentes. Una vez detectada la combinación necesaria existe un reordenamiento del gen, lo que conduce a un cambio irreversible en el ADN de cada célula y toda la descendencia de esa célula heredan los genes necesarios que codifican la misma especificidad de receptor, incluidas las células de memoria B y T, que son las que mantienen la codificación genética a largo plazo.


La inmunidad innata es no específica, lo que implica que la respuesta es genérica con la artillería de células que todo el sistema tiene. De esta manera se activan todas las células del sistema inmune y se destinan a los sitios de infección y de la inflamación producida. Destacan en este caso las citoquinas. Las citoquinas son proteínas pequeñas responsables de la comunicación intercelular, se destacan por la activación de los receptores específicos de membrana y la modulación de la secreción de inmunoglobulinas. Son secretadas células del mismo sistema y al ser inicio del proceso también tienen un efecto proinflamatorio.​ Este proceso se puede decir que sirve para localizar los puntos en los que el sistema inmunitario debe de hacerse presente. Una vez localizado el punto de acción, se activa el sistema de identificación de células extrañas y los complejos de anticuerpos. Los leucocitos abren las vías de acceso mediante la remoción de sustancias extrañas o que limiten el acceso de las células inmunológicas y por último activan la respuesta inmunitaria adquirida mediate la denominada presentación de antígenos. Las células presentadoras de antígeno (APC, son al menos de seis tipos diferentes) captan y los trasportan por el sistema linfático hacia los nódulos linfáticos, donde se los presentan a las moléculas antigénicas, al linfocito T. El linfocito T inicia las respuestas inmunitarias antigénicas.


En el caso de una reinfección de un patógeno, el antígeno es presentado, y como ya se encuentra en la librería inmunitaria de los linfocitos B o linfocitos T de memoria. La replicación es mucho más rápida y la respuesta es más intensa y específica. Los linfocitos B o T empiezan la selección clonal, en la que se multiplican y se producen clones de las células que se dirigen al mismo antígeno. Las células en reposo se diferencian, activan y adquieren el antígeno indicado por lo que se procede a la inactivación y eliminación de los patógenos.


Las respuestas del sistema inmunitario contribuyen a la supervivencia de los organismos, eliminando cuerpos extraños que pueden causarle daño.

 

Autores

 

Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México. Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).