Health Brazil São Paulo, São Paulo, Friday, October 06 of 2023, 08:16

Identifican en un estudio seis medicamentos que pueden reposicionarse para tratar la toxoplasmosis

La molécula más prometedora podrá ponerse a prueba en humanos como posible tratamiento contra la forma crónica de esta enfermedad

AGENCIA FAPESP/DICYT – La ciencia se encuentra abocada a la búsqueda de nuevas opciones de tratamiento contra la toxoplasmosis, una infección que afecta a más de una tercera parte de la humanidad. Uno de los avances más recientes lo dieron a conocer en la revista PLOS ONE científicos de la Facultad de Medicina de Jundiaí, en el estado de São Paulo, Brasil.

 

El grupo de investigadores evaluó 160 medicamentos que integran la llamada “COVID Box” – una biblioteca de compuestos con actividad prevista contra el virus SARS-CoV-2 cuyo desarrollo estuvo a cargo de la Medicines for Malaria Venture (MMV), una entidad sin fines de lucro orientada hacia el desarrollo de tratamientos contra enfermedades desatendidas.

 

“Identificamos seis compuestos que son al menos 30 veces más letales contra el parásito de la toxoplasmosis que para las células hospedantes”, comenta Juliana Quero Reimão, investigadora responsable del estudio.

Los compuestos seleccionados fueron etaverina, fluspirileno, tietilperazina, PB 28, nebivolol y almitrina. “De ellos testeamos en ratones con toxoplasmosis crónica la almitrina, recomendada en el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica [EPOC]. Observamos que este compuesto fue eficaz al promover una disminución significativa de la carga parasitaria en el cerebro”, informa Quero Reimão, docente de parasitología y directora de investigaciones que se llevan a cabo en el Programa de Posgrado en Ciencias de la Salud de la Facultad de Medicina de Jundiaí.

 

El estudio contó con financiación de la FAPESP (proyectos 18/18954-4 y 20/03399-5) y con la colaboración de investigadores vinculados a otras instituciones brasileñas (de la Universidad Federal de Alfenas y de la Universidad Federal de Paraíba).

 

Los experimentos

 

En el laboratorio, los compuestos de la biblioteca COVID Box se evaluaron inicialmente en células humanas infectadas con el protozoo Toxoplasma gondii, el agente causal de la toxoplasmosis. También se realizaron estudios computacionales para evaluar las propiedades de absorción, distribución, metabolismo, excreción y toxicidad. “Todos los compuestos seleccionados mostraron una alta absorción gastrointestinal y permeación de la barrera hematoencefálica [la estructura que protege al cerebro contra las sustancias tóxicas], una característica deseable para el tratamiento de enfermedades causadas por parásitos que se alojan en las células cerebrales. Buscamos compuestos capaces de ingresar en las células y eliminar al patógeno, pero que preservasen a las células que lo albergaban”, dice la investigadora.

 

Aun cuando se hace necesaria la realización de más pruebas para que este descubrimiento pueda aplicarse en humanos con esa finalidad, la investigadora celebra los resultados y vislumbra los frutos que este estudio podrá generar. “Otros trabajos se harán con base en este. Hay más compuestos que aún estamos evaluando y que quizá sean tan buenos o incluso mejores que los que ya se han identificado”, dice.

 

Tal como lo explica, es importante hallar nuevas posibilidades de tratamiento contra la toxoplasmosis. “Contamos con una cantidad limitada de medicamentos para tratar esta infección durante su fase aguda, lo que a menudo deriva en hipersensibilidad y toxicidad. Y existe a su vez un arsenal restringido de opciones de medicamentos seguros y eficaces para aplicarse durante la gestación y contra la toxoplasmosis crónica, lo que pone en evidencia la necesidad de investigar más.”

 

La complejidad del tratamiento contra la toxoplasmosis se relaciona con la existencia de dos fases de la enfermedad. Actualmente existen medicamentos eficaces para su aplicación durante la fase aguda, pero que no se los recomienda para la etapa crónica. El período agudo de la toxoplasmosis corresponde al estadio inicial de la contaminación, que ocurre debido a la exposición al protozoario durante la ingestión de agua o de alimentos mal cocidos y contaminados, o también debido a la transmisión congénita durante la gestación.

 

En esta fase, que puede durar algunas semanas, el parásito se reproduce rápida e intensamente y procura alojarse en las células de su hospedante (fundamentalmente en las del cerebro, las de los ojos y las de los músculos), creando una especie de escondrijo en donde se aloja bajo la forma de quistes. A partir de allí, los síntomas desaparecen o disminuyen y la enfermedad entra en su fase crónica, con la presencia del parásito en estado latente.

 

El peligro resurge si mengua la inmunidad del hospedante. En dichas circunstancias, el Toxoplasma gondii puede reactivarse y causar problemas aún mayores, con secuelas cerebrales, e incluso provocar la muerte. El test para rastrear el T. gondii se le aplica como rutina a las mujeres embarazadas durante el primer trimestre de gestación. El riesgo de la toxoplasmosis en ese grupo reside en el contagio del feto, que resulta en la toxoplasmosis congénita. En tanto, los varones pueden pasar su vida sin aplicarse el test de rastreo del parásito y solamente descubrir un posible contagio en caso de experimentar una baja de sus defensas.

 

En humanos, la contaminación se produce fundamentalmente debido a la ingestión de agua y alimentos contaminados. En la forma congénita, cuando la transmisión se produce durante la gestación, existen riesgos de aborto, de malformaciones y de secuelas neurológicas, auditivas y oculares. En Brasil, se estima que una de cada tres personas tiene toxoplasmosis, de acuerdo con el Instituto Adolfo Lutz, el laboratorio público de referencia del estado de São Paulo. En Estados Unidos, de acuerdo con el Centers for Disease Control and Prevention (CDC), son 40 millones de personas acometidas entre adultos y niños, y esta dolencia constituye la principal causa de muerte atribuida a enfermedades transmitidas por alimentos.

 

En general, las personas en su mayoría no presentan síntomas, aunque algunas pueden tener manifestaciones tales como dolores musculares y en las articulaciones, un malestar análogo al de una gripe, inflamación de los ganglios linfáticos y fatiga. Los grupos con mayor riesgo de desarrollar toxoplasmosis grave son los bebés nacidos de madres infectadas poco antes del embarazo o durante la gestación y las personas con el sistema inmunológico debilitado, como quienes se someten a ciertos tipos de quimioterapia contra el cáncer o a trasplantes, e individuos con el virus VIH. En todas estas situaciones, vale la pena realizarse el examen de diagnóstico. En caso de dar positivo, las personas deben tratarse hasta la mejoría de los síntomas.

 

Los próximos pasos del referido estudio incluyen la evaluación de los restantes compuestos prometedores en animales con toxoplasmosis tanto en la fase aguda como en la crónica. El grupo ya ha efectuado la selección de otras cajas provistas por la MMV, con lo cual totalizan más de 600 los compuestos evaluados. “Otros dos compuestos mostraron resultados prometedores en animales infectados. Los resultados obtenidos se encuentran en proceso de publicación”, adelanta la investigadora.