Medio Ambiente Venezuela , Venezuela, Viernes, 07 de agosto de 2020 a las 16:29

Identifican las diferencias genéticas de las poblaciones de cocodrilo americano

Distribuido por casi todo el continente americano, enfrenta diversas amenazas que ponen en riesgo su supervivencia. El análisis de ADN ayudará a dirigir mejor los esfuerzos de conservación

DICYT - Un análisis genético del cocodrilo americano (‘Crocodylus acutus’) ha permitido mejorar el conocimiento de la estructura de sus poblaciones, lo que ayudará a su conservación. Se trata de un estudio colaborativo que abarca siete países y que ha sido dirigido por investigadores de la Wildlife Conservation Society y la Universidad de Bristol (Reino Unido).


El cocodrilo americano está muy extendido en todo el continente americano: desde el sur de Florida hasta Venezuela, a través de las Antillas Mayores y desde México hasta Ecuador. El éxito de esta especie se debe su capacidad para prosperar en entornos de agua salobre y salada.


Los esfuerzos para conservar estos cocodrilos comenzaron 1975, cuando su estado se catalogó como vulnerable en la lista roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Sin embargo, aunque se han realizado acciones de conservación, el cocodrilo americano enfrenta más amenazas, incluida la degradación del hábitat debido al desarrollo costero.


Obtener una mayor comprensión sobre cómo una especie se ha distribuido tan ampliamente y cómo las poblaciones pueden diferenciarse genéticamente, puede aportar información a las regiones sobre la mejor manera de gestionar estas poblaciones.


El estudio incluyó un muestreo de ADN de cocodrilos americanos en siete países, incluidos Venezuela, Jamaica y Cuba. Los resultados del estudio señalan que las poblaciones en el norte, centro y sur de América y las Grandes Antillas difieren genéticamente. Asimismo, se encontraron similitudes entre las poblaciones de Costa Rica y Jamaica. En Venezuela, identificaron tres nuevos haplotipos, que son genes estrechamente relacionados que ayudan a los científicos a identificar un origen de la distribución.


El trabajo, publicado en ‘PLOS One’, apunta a que el apareamiento con diferentes especies podría haber contribuido a esta distribución, también conocida como hibridación. Los cocodrilos hibridan fácilmente, lo que contribuye a su capacidad de supervivencia desde la prehistoria. Además, en Florida, el análisis genético mostró que había habido un caso de translocación no intencional, es decir, la especie se había trasladado de un lugar a otro. Investigaciones anteriores ya sugerían que los cocodrilos con haplotipos de América Central y del Sur habían sido transportados a Florida, muy probablemente para el comercio de mascotas, y luego escaparon o los propietarios los liberaron en la naturaleza.


"Nuestro estudio involucró a varios equipos de investigación en múltiples lugares y países y, a menudo, en condiciones de campo difíciles Durante cuatro años, entre mayo y julio, el equipo registró, marcó y tomó muestras de las crías de cocodrilos y de cocodrilos juveniles y adultos en el pantano de Birama, uno de los sitios de estudio dentro de Cuba. No era inusual pasar horas en los manglares esperando a que apareciera uno, y cuando sucedía, todo el equipo tendía que entrar al agua para ayudar a atraparlo. Aunque es un trabajo emocionante y gratificante, también es peligroso ya que los cocodrilos son poderosos e implica mucho trabajo conjunto”, recuerda Natalia Rossi, de la Wildlife Conservation Society y coautora del estudio.


Al identificar estas diferencias entre las poblaciones regionales de ‘C. acutus’, los esfuerzos de conservación pueden dirigirse a establecer grupos que consideran a las poblaciones como unidades de manejo independientes que pueden tener diferentes necesidades y enfoques.


En el trabajo participaron diversas entidades de España y América Latina como la Estación Biológica El Frío (Venezuela), el Museo Nacional de Ciencias Naturales (España), el Museo de Biología de la Universidad del Zulia (Venezuela), el Refugio de Fauna Monte Cabaniguán-Ojo de Agua (Cuba).