Tecnología España Valladolid, Valladolid, Lunes, 20 de abril de 2015 a las 15:01

Investigadores de la UVA crean un dispositivo que permite identificar personas a partir de sonidos

¿Se podría identificar a personas distintas que se encuentren en una misma sala a través de sonidos rebotados en ellas? La biometría dice que sí

Francisco B. Carrete/DICYT El Grupo de Procesado en Array (GPA) de la Universidad de Valladolid (UVA) ha desarrollado un dispositivo que permite identificar personas a partir de los rebotes generados al chocar una onda sonora contra su cuerpo. La biometría es el estudio de las técnicas que permiten reconocer y diferenciar seres humanos. Si esas técnicas se basan en el sonido, se trata de biometría acústica. Es en este concepto sobre el que se asientan las bases de este proyecto en el que el grupo de la UVA lleva trabajando cerca de tres años. La aplicación está orientada a mejorar el campo de la seguridad, industrial, prevención de plagas, etc.

 

Un array es un concepto utilizado en el mundo de la programación para definir zonas de almacenamiento continuo, son mapas ordenados que relacionan componentes entre sí. El GPA basa su funcionamiento en arrays, como indica su nombre, pero unidos a la acústica. Así, emplean micrófonos y altavoces puesto que las señales con las que trabajan son ondas sonoras.

 

Actualmente, en el array que están trabajando han desarrollado una placa con una tecnología basada en micrófonos MEMS (Microelectromechanical System). “Los micrófonos son muy pequeños entonces en una superficie de dimensiones muy pequeñas podemos colocar cientos y cientos de micrófonos y procesar todas las señales de forma simultanea”, según ha declarado a DiCYT Alberto Izquierdo, responsable del GPA.

 

El array que han desarrollado cuenta con 64 sensores a través de los cuales reciben información que procesan para conocer por ejemplo la posición de la fuente sonora. Pero la novedad en la que están trabajando con mayor intensidad actualmente es en conseguir la identificación personal a través de este dispositivo.

 

Los investigadores se están centrando en la respuesta acústica de una persona ante el envío de señales sonoras. “Cada persona va a tener una respuesta acústica distinta por sus características biométricas, es su firma acústica”, añade el director del proyecto.

 

Este sistema de reconocimiento está pensado para entornos de trabajo más reducidos, no pretende constituir un sistema de identificación masiva “para eso hay sistemas como la huella dactilar o el iris que están diseñados para esta clasificación”, según Alberto Izquierdo. Además se presenta como un sistema propio o complementario, algo que está en boga actualmente, la creación de sistemas mixtos en los que se utilicen distintos sensores.

 

Una de las ventajas que presenta este array frente a otros es el uso de la tecnología de micrófonos MEMS que reduce considerablemente el coste de la construcción del aparato. Además no es un sistema intrusivo. “No es como cuando uno va a un aeropuerto y le meten en esa especie de jaula que es el escáner; de alguna forma te puedes sentir agredido. Esto básicamente es una pequeña señal acústica, un ruido que percibes, y con la respuesta a ese ruido que enviamos a la persona tomamos gran cantidad de información de la misma”, agrega.

 

También hay que tener presente que utiliza una frecuencia de onda baja, por lo que la distancia deja de ser un problema. Los sistemas que utilizan ondas ultrasónicas requieren una gran cercanía al sensor, por ejemplo, en una ecografía, el sensor debe estar pegado a la piel. Al trabajar con frecuencias de audio de entre 50 hertzios y 20 kilohertzios se puede captar la respuesta de la persona a la señal sonora sin importar tanto la distancia.

  

Futuro del array

 

El grupo pretende crear una base de firmas acústicas en el menor tiempo posible con un número de personas significativo. “Nuestra idea es crear una base de datos acústica, por lo que en breve pediremos colaboración a los alumnos de la escuela para que pasen como voluntarios para tomarles sus firmas”, apunta Izquierdo.

 

Otra línea futura de trabajo se fundamenta en la holografía acústica. Esta necesita estar próxima a la fuente sonora, pero permite saber exactamente en qué parte de la fuente sonora se está produciendo la vibración.

 

Por otro lado, la idea es integrar el array en un dron para poder hacer análisis acústicos del terreno desde el aire. Con la incorporación de un array a un dron se podrá por ejemplo, “caracterizar si en un cultivo hay algún tipo de plaga si ésta que genera un ruido detectable”.

 

 

Un grupo mixto y colaborativo

El Grupo de Procesado en Array está formado por tres profesores de la Universidad de Valladolid, Alberto Izquierdo (responsable del grupo), Laura del Val y José Villacorta; un profesor de la Universidad Pontifica de Salamanca (UPSA), Mariano Raboso, y un profesor de la Universidad de Burgos (UBU), Luis Suárez.