Investigadores del CSIC presentan dos prototipos para almacenar mercurio de forma segura
CSIC/DICYT Investigadores del CSIC presentan hoy en Almadén (Ciudad Real) dos métodos para almacenar mercurio de forma segura y eficiente. Ambos dispositivos son el resultado de un proyecto europeo dirigido a buscar soluciones para almacenar los excedentes de este metal, ya que la Unión Europea prohibirá su uso y comercialización a partir de marzo de 2011.
El mercurio líquido presenta una alta toxicidad para los seres vivos y el medio ambiente. Uno de los compuestos más tóxicos del mercurio, el metilmercurio, que puede originar graves problemas de salud, se produce en la naturaleza a partir de los vertidos de mercurio. Por eso, la Unión Europea (el mayor productor mundial, con España a la cabeza) prohibirá su comercialización y uso a partir de 2011.
“La prohibición de la Unión Europea genera la incógnita de qué hacer con los excedentes, tanto con el mercurio ya extraído de la mina como los residuos usados por las empresas”, explica la investigadora del CSIC Ana Conde. Los expertos barajan en la actualidad diversas soluciones. Los investigadores han explorado dos vías para solucionar el problema: almacenar el mercurio de manera que se pueda recuperar en caso necesario, o hacerlo de forma definitiva convirtiéndolo en un material inerte y no contaminante.
La investigadora del CSIC Aurora López, también parte del proyecto, explica una de las posibilidades: “Hemos desarrollado un dispositivo de almacenamiento temporal seguro en forma de esfera con doble pared de acero, con capacidad para 50 toneladas de mercurio líquido y que permite controlar, mediante diversos automatismos, el estado de almacenamiento y vigilar en línea todo el sistema”.
El segundo método de almacenamiento es definitivo, y se basa en un procedimiento químico que transforma el mercurio líquido en un sólido inerte y no contaminante mediante tecnologías de encapsulación. “De este modo, el mercurio transformado en un material estable puede almacenarse de manera permanente y segura”, explica López. El proceso ha sido objeto de una patente por parte del CSIC. Además, los investigadores estudian vías para utilizar este material, ya que posee una gran impermeabilidad y una alta resistencia a la corrosión incluso en ambientes muy agresivos.
En el proyecto, financiado por la Unión Europea en el marco del programa LIFE Medio Ambiente, participan investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CSIC) y la Universidad de Castilla-La Mancha, así como de Minas de Almadén y Arrayanes SA (Mayasa), la empresa que explota las minas de mercurio de Almadén, el mayor productor europeo de este metal.